"Creo que ha llegado el momento en que Greg (Abel) debería convertirse en el director ejecutivo de la empresa a fin de año", con esta frase, Warren Buffett, considerado por muchos el mejor inversor de la historia, anunció su retiro en la reunión de accionistas de Berkshire Hathaway, su holding con sede en su ciudad natal, Omaha.
En ese encuentro, muy esperado por los inversores y que el propio magnate definió como el "el Woodstock de los capitalistas", Buffett prometió "estar presente" para asistir a la compañía, algo que consideró que puede "ser útil en ciertos aspectos si nos topamos con períodos de grandes oportunidades".
A sus 94 años, se despide de las grandes ligas el "Oráculo de Omaha", tal como lo llaman en Wall Street para destacar su capacidad para analizar empresas, identificar las de verdadero valor a futuro y saber dónde apostar su dinero.
La mayoría de las veces que Berkshire Hathaway compró o vendió acciones de cierta compañía, muchos inversores lo imitaron. Buffett no defaudó en la gran mayoría de las veces.
Actualmente, es el cuarto hombre más rico del mundo con una fortuna valuada en más de u$s154.000 millones. Lo superan Elon Musk (u$s342.000 M), Mark Zuckerberg (u$s215.000 M), Jeff Bezos (u$s215.100 M), Larry Ellison (u$s192.000 millones) y Bernard Arnault (u$s178.000 M).
"Comprar y aguantar" se convirtió en uno de sus mantras a la hora de invertir. Esto lo aprendió a los 11 años cuando compró sus primeras acciones. Por ese entonces adquirió un par de títulos de Cities Services a u$s38 cada uno y los vendió al poco tiempo apenas subió su cotización. Hoy su empresa tiene participación en más de 90 firmas, entre ellas algunos pesos pesados como Coca-Cola, Amazon, American Express y Apple.
De canillita a inversor
La Bolsa no era terreno desconocido para Buffett: su padre Howard era corredor. Por eso, desde chico ya quiso iniciarse en el mundo de la compra y venta de acciones. No obstante, su verdadero sueño era más superficial: ser millonario.
La primera vez que lo fantaseó fue cuando vio a otro stockbroker seleccionando sus propias hojas de tabaco para que le armaran un cigarro a medida. "Esto es todo, no se puede conseguir algo mejor", pensó. A partir de ese instante, sabía que haría todo para conseguirlo.
Para ser millonario primero tenía que ahorrar dinero. Por eso comenzó a trabajar repartiendo diarios y de vez en cuando también ayudaba en el mercado que manejaba su abuelo.
Ahí también se desempeñó Charlie Munger, quien varias décadas después se convertiría en su confidente y mano derecha. Llegó a armar una especie de Pyme de entretenimiento con un pinball antiguo que había comprado por solo u$s25.
Le propuso a un amigo que si lo arreglaba, podían situarlo cerca de algún negocio y dividir las ganancias. Al año ya tenían tres máquinas funcionando en la ciudad y finalmente las vendió por u$s1.000.
Sin embargo, Buffett sufrió el desarraigo cuando tuvo que mudarse a Washington DC. Su padre había sido electo como congresista por el Estado de Nebraska, cargo para el cual serviría por un total de cuatro períodos, y la familia dejó Omaha.
"Se sentía cómodo en su ciudad natal, pero era infeliz en otros lados", asegura Alice Schroeder, autora del libro The Snowball: Warren Buffett and the business of life. A pesar de su espíritu competitivo que lo guiaba siempre, la única clase en la que le iba bien era en dactilografía.
Algo parecido le sucedió a la hora de continuar su vida como estudiante. La presión de su familia influyó para que se anotara en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. Duró solo dos años.
Finalmente, se inscribió en la Universidad de Nebraska, en la que se graduó como bachiller en Administración de Negocios. Tras culminar esta etapa tenía decidido volver a Omaha, pero algo cambió su panorama. El libro The intelligent investor lo había fascinado e incluso moldeó su visión a la hora de invertir.
Tenía decidido acudir a la universidad donde enseñaban sus autores, David Dodd y Benjamin Graham, para conocerlos. Entonces realizó su MBA en la Universidad de Columbia en 1951. Luego sí inició su carrera en el mundo de los negocios.
El Oráculo de Omaha
De regreso en Omaha trabajó unos años en el estudio de corretaje de la familia, Buffett-Falk & Co. El interés que alguna vez había tenido por seguir la carrera de su padre se fue esfumando con el tiempo y ver de cerca el negocio fue justamente el disparador.
"Se dio cuenta que en realidad los corredores de Bolsa se enriquecían no por generarles dinero a los clientes, sino por las comisiones que ganaban al comprar y vender acciones por fuera de sus pedidos", contó un allegado al magnate.
El teléfono sonó y volvió a situarlo en la Gran Manzana. Su mentor, Graham, lo llevó como analista a su firma Graham Newman Corp, en la que pasó a ganar u$s12.000 al año.
Pero nunca se sintió cómodo lejos de casa. Volvió decidido a descansar un poco y analizar el panorama para decidir qué hacer de su vida. Durante una reunión familiar, varios miembros de su círculo le consultaron qué hacer con sus ahorros.
"No pienso volver a vender acciones, pero si quieren pueden invertir en un fondo conmigo y lo manejaré como si fuera mi dinero, haciéndome cargo tanto de las ganancias y pérdidas. Pero todo con una condición: no les diré en qué voy a invertir", les exclamó. Así nació el hedge fund Buffett Partnership Limited en 1956, cuando tenía solo 26 años.
Administró esta sociedad durante 13 años. En su momento cúlmine llegó a tener 105 millones de dólares en activos bajo administración y varios socios en diversas ciudades.
Como manager del fondo empezó a hacerse un nombre en la industria. Por caso, llegó a conocer al propio Walt Disney y después del encuentro compró títulos de la compañía por las que obtuvo un rendimiento del 55%.
En 1962 también fue comprando, poco a poco, acciones muy baratas, a tan solo u$s8 cada una, de una pequeña fábrica textil llamada Berkshire Hathaway, de la cual al año siguiente se transformaría en el principal accionista.
"A finales de los '60 había una inundación de chanchullos contables y fusiones construidas en base a números falsos y personas engañosas. Era una época en la que prevalecían muchos charlatanes en la Bolsa y eran aplaudidos por Wall Street. Entendí de qué trataba el juego, pero no quería jugar", asegura Buffett sobre el motivo por el que disolvió su fondo en 1969. Inmediatamente después de eso asumiría como chairman en Berkshire Hathaway.
El imperio Buffett
"El dinero se hace invirtiendo en buenas compañías por un largo período. Si comprás buenas empresas, hacelo por un tiempo. Van a rendir bien en 10, 20 o 30 años", apunta el empresario. Y agrega: "Si están intentando comprar y vender acciones y se preocupan porque bajan un poco su cotización y creen que tienen que venderlas apenas suban, entonces no van a tener un buen resultado".
El negocio textil no era la unidad que, según Buffett, convertía a su firma en un diamante en bruto, sino la pata dedicada a los seguros. El magnate utilizó a Berkshire Hathaway como una plataforma para invertir al mismo tiempo que potenciaba y sumaba sectores de su interés. Hasta que la parte textil directamente dejó de existir. Consumo, retail, banca y aerolíneas son algunos de los rubros de mayor estima para el "oráculo".
Hoy, el top-5 del portfolio de Buffett se compone con las siguientes empresas:
- Apple: $60.270 millones
- American Express: $38.240 millones
- Bank of America: $25.920 millones
- Coca-Cola: $29.700 millones
- Chevron (CVX): $16.360 millones
Desde 1978, Charlie Munger lo acompañó en su holding bajo el cargo de vicechairman. Se conocieron en un almuerzo, a través de un conocido, e inmediatamente se dieron cuenta de que se llevarían bien. Por eso Buffett le insistió varias veces para que dejara el mundo legal y se le uniera.
"No hay muchas personas a las que escuche, pero Charlie me ha dado muy buenos consejos. He vivido una mejor vida gracias a él", confesó el multimillonario. Munger murió en 2023, a los 99 años. Pero la estrategia para el retiro ya estaba delineada desde antes.
En enero de 2018 ascendió a Greg Abel, quien hasta entonces se había desempeñado como director ejecutivo de la subsidiaria de energía, al cargo de vicechairman de operaciones de non-insurance, y a Ajit Jain, titular de la unidad de reaseguros, como vicechairman de las operaciones de seguros.
Al poco tiempo, Buffett reconoció que ambos nombramientos formaban parte del plan de sucesión. Y cumplió. Abel será quien lo suceda desde el año próximo. Mientras tanto, la mayoría de la fortuna Buffett será donada cuando muera: cree que demorará 15 años que todos los títulos en su poder vuelvan al mercado.