"Elijo seguir estando", fue la frase que utilizó Marcelo Gallardo para confirmar que finalmente seguirá siendo Director Técnico de River un año más. El anuncio puso fin a las especulaciones e incertidumbre generadas cuando declaró que se tomaría unos días para analizar su permanencia en el club, después de ganar con su equipo la Liga Profesional 2021.
Luego de un par de semanas de espera, la confirmación del "Muñeco" en su rol, al menos durante el 2022, devolvió la alegría al plantel, hinchas y dirigentes de River por igual. Tal es así que su figura será inmortalizada con una estatua de bronce de siete metros de alto en el estadio Monumental.
La admiración por el DT parece no tener fisuras, no sólo por sus cualidades personales, sino porque desde su ingreso como entrenador, acompañó a su equipo en la conquista de 14 títulos:
- Copa Libertadores 2015 y 2018
- Copa Sudamericana 2014
- Recopa Sudamericana 2015, 2016 y 2019
- Copa Suruga Bank 2015
- Copa Argentina 2016, 2017 y 2019
- Supercopa Argentina 2017 y 2019
- Liga Profesional de Fútbol 2021
- Trofeo de campeones 2021
Lo cierto es que, más allá de sus logros deportivos, cuando se habla de Gallardo es inevitable asociar su figura a la de un líder carismático.
Cómo convertirse en un líder
¿Cuáles son las cualidades que convierten al DT en un verdadero líder positivo?. Rubén Figueiredo, profesor Titular, Área Comportamiento Humano de IAE Business School de la Universidad Austral, asegura a iProUP que "analizar el fenómeno sin ver el contexto es muy difícil".
"Hay que cuantificar el rol de Gallardo, jugadores, presidente del club, vínculos políticos. No se puede recortar una figura de un fenómeno sistémico", destaca. Y añade que reúne características visibles en cualquier persona que sabe ejercer el liderazgo y que son comunes a otros personajes de talla mundial: el afán de poder.
"Este atributo está presente en aquel que quiere ejercer un rol protagónico, porque sin eso no se puede construir", completa. Otra cualidad importante es el carácter, que permite manejarse en un entorno de tensión. Tanto como la templanza y la perseverancia, que ayudan a salir mejor parados y rápido de los fracasos.
Lo que no le puede faltar a un buen líder es la capacidad de conformar equipos y gestionarlos, con estilos personales. Cuando lo consiguen, es más difícil que los miembros abandonen el proyecto común, incluso el propio líder.
El líder tiene que ser capaz de motivar más allá de lo económico: impulsar la idea de que se está cambiando el mundo
"Al afán de poder, el carácter y la construcción del equipo se suma la capacidad de instalar una visión o propósito común. Finalmente, otro aspecto, acaso el más delicado de todos, la integridad: hasta qué punto una persona es íntegra y cuánto tiempo puede mantenerse en un rol sin perder la integridad moral. Quien tenga estos atributos tendrá más posibilidades de movilizar a una organización hacia un lugar que beneficie a todos", enfatiza Figueiredo.
Si tales características hacen al liderazgo, la capacidad de sostenerlo en el tiempo también es un tema clave. En ese sentido, Alejandro Melamed, referente en temas de Liderazgo con Propósito y Futuro del Trabajo, explica a iProUP que el tema de los problemas de sostenibilidad de los procesos exitosos es algo que se estudia cada vez más.
"En Gallardo se combina el éxito y la capacidad de mantenerlo en tiempo. Su nivel de inspiración e impacto son crecientes, no solo deportivos sino culturales, económicos y de prestigio. Irradia una serie de generadores de beneficios que son llamativamente positivos", suma.
Para Melamed, el "Muñeco" tiene, además, una identidad muy conectada con la organización: siempre busca el máximo nivel y tiene la aptitud de buscar talento joven para desarrollar.
"Quizá, uno de los atributos más importantes está vinculado con la generación de un clima positivo en su grupo. A lo largo de estos años no se escuchó peleas internas, ni rivalidades", explica Melamed. Y suma que Gallardo es un generador de confianza, que supo construir un sentido de creencia en el proyecto a su alrededor.
"Es muy fiel a sus creencias. Fundamentalmente instaló una serie de valores fundamentales en la lógica de trabajo. Tiene rigurosidad y disciplina, al establecer el marco de referencia de los valores, y a partir de eso poder identificar quién esta adentro y quien está afuera", completa.
Se trata de puntos cruciales: cuando el grupo, la organización y el proyecto están en sintonía, los resultados acompañan y se renuevan objetivos; el temor por no conseguir una configuración similar en otra parte suele postergar la decisión del líder de abonar el grupo.
Cómo debe ser el Gallardo "corporativo"
Muchas de las cualidades que ostenta Gallardo son trasladables al líder de un equipo en una empresa: identificación de talento, generación de cultura, descripción de valores claros para toda la organización y la capacidad de sostenerse en el poder.
También tiene un rol clave la motivación del equipo, sea de trabajo o deportivo. En ese sentido, Leo Piccioli, economista y escritor, aclara a iProUP que más allá de la cuestión económica, es decir, las personas que buscan dinero a cambio de un trabajo, existe un fin ulterior, mucho mayor.
"Por ejemplo, vamos a ser el mejor equipo, ganar el campeonato o implementar este proyecto porque va a mejorar el mundo. Lo que hacen los buenos líderes es proponer mejoras que van más allá de cuestiones económicas, algo que haga que la gente no solo se mueva por el dinero, porque nunca es suficiente", explica.
No obstante, Piccioli explica que el objetivo de una empresa no es principalmente el bienestar de los equipos, sino cumplir con su misión y para eso tiene que ser rentable en el largo plazo.
"El bienestar de los empleados es importante algunas veces: solo cuando hace al bienestar de la organización. Hay que desmitificar la idea de que el jefe que no tiene empleados contentos, no va a ser exitoso. Elon Musk y Steve Jobs no son jefes empáticos ni simpáticos, sin embargo, sus compañías son muy exitosas", dispara.
En cambio, Melamed remarca que sí existe una relación entre el bienestar del equipo y la rentabilidad o el éxito de una organización. Para el experto, "el liderazgo inspirador primero se preocupa por garantizar ese bienestar, porque si el equipo está bien, genera buenos resultados que impactan en la productividad y se produce un círculo virtuoso".
Un líder debe tener habilidades humanas además de los conocimientos técnicos o de negocio
"La base está en identificar una estrategia clara, apropiada y tener el talento adecuado para adaptarse a esa estructura y lograr metas. En esta época donde hay un déficit de líderes inspiracionales y figuras, está bueno que aparezcan estos modelos, que brindan resultados, pero además trabajan de manera aspiracional", remarca
Estas cualidades también son compartidas por los líderes de proyectos en empresas 4.0, donde además se espera que las personas con ese rol sean ágiles, dinámicas, visionarias y tengan la capacidad de adaptarse rápidamente a distintos tipos de circunstancias.
"Esas son las características centrales, pero fundamentalmente los líderes de proyecto deben contar no solo con capacidades técnicas sino también humanas. Sobre todo, en estos tiempos de trabajo remoto o híbrido, que exigen el cuidado de las personas", remarca Melamed.
En línea con su colega, Piccioli suma que "las tecnológicas están acostumbradas a promover a personas del rubro, pero ese modelo comienza a hacer agua porque a veces el mejor en alguna actividad técnica termina no siendo bueno con las habilidades humanas. Puede ser bueno resolviendo un problema, pero tal vez es el que crea uno nuevo por no entusiasmar a la gente", precisa.
El déficit de profesionales informáticos suma un plus de estrés al líder de un proyecto, en el que la presión por retener a los talentos se vuelve una preocupación constante. En esa línea, la gestión del capital humano es un tema clave dentro de las tecnológicas.
"Hoy tienen un vértigo que otras industrias no tienen, porque el talento argentino puede trabajar en cualquier lado. Los profesionales son disputados en todo el mundo y cobran en dólares", opina Figueiredo.
Lo cierto es que, ya sea en la cancha o al frente de un proyecto en una organización, fijar metas claras, motivar al equipo y mantenerlo unido por un objetivo común son factores clave para alcanzar el éxito. Y Gallardo lo hizo de nuevo, al menos por un año más.