La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca colocó aún más reflectores sobre las criptomonedas, con la creación de una reserva estratégica en Bitcoin y un fondo soberano de riqueza que podría también incluir activos digitales.
Sin embargo, también marcó el inicio de una nueva pelea por el dinero digital que Occidente venía perdiendo a manos de potencias como China y Rusia. Y despertó a otro gigante.
El nuevo paso de EEUU
El senador republicano Bill Hagerty presentó esta semana la iniciativa GENIUS (Guiding and Establishing National Innovation in U.S. Stablecoins, Guía y Establecimiento de Innovación Nacional en Stablecoins de EEUU), que busca dar mayor seguridad jurídica a los emisores de estos activos y proteger a los usuarios. El proyecto establece:
- Jurisdicción: los emisores de stablecoins con una capitalización de mercado inferior a u$s10.000 millones serán regulados a nivel estatal. Por encima de ese monto, pasarán al plano federal. USDT, por ejemplo, supera los u$s140.000 millones en circulante
- Enfoque multiagencia: el proyecto de ley designa dependencias federales específicas para supervisar a ciertos emisores, buscando un equilibrio entre la innovación y la protección al consumidor
A esto se suman dos órdenes ejecutivas que firmó Trump relacionadas con la materia, que muestra la fuerte apuesta hacia las monedas digitales:
El plan de Trump es mantener la supremacía del dólar estadounidense como moneda de referencia global. Este movimiento obliga a la Unión Europea a desempolvar una iniciativa para crear el euro digital. El proyecto data de 2023, pero no tuvo demasiados avances desde entonces.
De hecho, la senadora republicana Cinthia Lummins, autora de un proyecto de ley para crear una reserva cripto estratégica, remarcó que "crear un marco regulatorio bipartidista para las stablecoins es crítico para mantener la dominancia del dólar estadounidense y promover la innovación responsable".
Como respuesta, Piero Cipollone, miembro de la Comisión Europea, aseguró a Reuters que esto pone en alerta al "mundo político" y es posible que "veamos una aceleración del proceso" de creación de la moneda virtual del bloque.
En el Viejo Continente, los dólares cripto son muy utilizados para pagos internacionales. Justamente, el presidente republicano quiere aprovechar el poder de estos activos –en algún momento, elogió al USDT– para que el billete verde mantenga su rol de unidad de cuenta global.
Para ello, pretende que sean los privados –con controles estatales laxos– quienes tengan la responsabilidad de expandir los alcances del dólar. Y descarta la posibilidad de una moneda digital de banco central (CBDC). De hecho, instruyó a la Reserva Federal para que no efectúe ningún movimiento en esa dirección, aunque el propio titular del organismo, Jerome Powell, descartó intenciones de un dólar digital.
Justamente, el euro digital sería una CBDC, más afín al enfoque "estatista" de la tradición legislativa europea. Un formato que ya adoptaron Nigeria, Jamaica y Bahamas, pero que otros 44 países (China, Rusia, Australia y Brasil) avanzaron con pruebas piloto. Hasta Argentina soñó con su propio peso digital: el exministro y candidato presidencial Sergio Massa había sugerido una iniciativa de ese tipo.
Pero el poder de fuego de las stablecoins es mucho más amplio: al no estar a cargo del gobierno estadounidense, evita responsabilidades como garantizar la seguridad de las transacciones, afrontar gastos por su emisión y hasta mitigar riesgos inflacionarios al separar los dólares digitales de la política monetaria.
La moneda digital a vencer
La UE no es el único bloque que quiere moderar la supremacía del dólar. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) anunciaron el año pasado un sistema de pagos sin efectivo para uso internacional.
BRICS Pay es una nueva tarjeta de pago basada en blockchain diseñada para facilitar las transacciones comerciales entre los miembros del bloque. Pero además, busca crear un sistema financiero global más justo y equitativo, que sea independiente a las restricciones de Occidente.
El render de la moneda digital de los BRICS tiene la bandera argentina en el dorso
"La tarjeta fue probada durante el foro. Funciona a través de una aplicación móvil y permite realizar pagos en establecimientos que aceptan BRICS Pay", comentó a iProUP el especialista en tecnología Héctor Lucero.
Según el experto, el uso de blockchain "garantiza la seguridad y la transparencia de las transacciones, y la posibilidad de establecer relaciones directas entre bancos participantes promete agilizar los pagos internacionales".
Diego Gutiérrez Zaldívar, pionero en tecnología blockchain en el país, había señalado a iProUP que "estamos en el medio de un proceso de cambio respecto a quién controla el dinero. Hay tres poderes: Estados-Nación (status-quo), criptomonedas y corporaciones".
El experto, quien forma parte del Salón de la Fama de Bitcoin, remarcó que "es algo que China ya está haciendo. No es un CBDC, es un híbrido, cada país mantiene su sistema de pagos interno, no se meten dentro de la frontera, no tienen una moneda de referencia y puede funcionar con monedas locales".
Edgardo Aguirre, especialista en política internacional, había resaltado el objetivo principal: "Esto forma parte de una estrategia más amplia de los BRICS para reducir su dependencia del dólar estadounidense y fomentar la cooperación económica entre sus miembros".
Entre las características clave de BRICS Pay se destacan:
- Interoperabilidad: permite realizar pagos en diferentes monedas nacionales de los BRICS
- Tecnología QR para abonar de forma rápida y segura
- Inclusión financiera: busca ampliar el acceso a servicios financieros a la población excluída
- Integración: será compatible con otras plataformas de pago como Visa, Mastercard y WeChat Pay
Como curiosidad, el render del billete que difundieron los BRICS tiene en su dorso a las banderas de países adherentes, entre ellos, Argentina. Un estatus que perdió luego de que el presidente Javier Milei ordenara suspender cualquier intento para sumarse al bloque emergente.
"Aunque dicen que es descentralizado, la única forma sería con un mecanismo de prueba de trabajo (como Bitcoin). Por lo tanto, no deja de tener control de un miembro o colaborativo. Puede ser distribuido pero no descentralizado", cerró Gutiérrez Zaldívar.