En el marco de la llamada Cuarta Revolución Industrial, la inteligencia artificial (IA) es la tecnología que marca un antes y un después en todos los aspectos.
Si bien busca copiar el funcionamiento del cerebro de una persona, lo hace con la posibilidad de procesar volúmenes de datos tan grandes que supera toda capacidad humana.
Cada vez son más las empresas que están adoptando estas tecnologías para avanzar en sus negocios.
Uno es el caso de la tarjeta Naranja, que en su nueva etapa, iniciada en 2017, creó un equipo de innovación que aplicó herramientas de Google y Facebook basadas en IA, para relacionarse con sus usuarios mediante redes sociales.
“La idea es anticiparse a lo que el cliente necesita y los resultados comienzan a verse: una de cada cuatro tarjetas se vende por un canal on line, y la venta por estos canales es 80 por ciento más eficiente”, señalan desde la compañía a La Voz de Córdoba. La atención al cliente incluye a Alfred, un asistente virtual del chat de internet, y Messenger de Facebook, capaz de reducir 50% los costos y resolver en el primer contacto una de cada tres consultas. El dato es que Alfred tiene una valoración de cuatro estrellas sobre cinco en satisfacción al cliente.
Para la emisión de tarjetas de crédito en el futuro se evalúan sistemas para validar la identidad automatizando procesos y apelando a robots.
Mientras que Aivo, desde hace unos años implementa en las empresas servicios de atención al cliente basados en dos grandes pilares: la omnicanalidad, esto es, utilizar todos los canales posibles para que la marca se conecte con su usuario (telefonía, internet, redes sociales, etc.) y la automatización, para que esté operativo las 24 horas y los siete días de la semana durante todo el año.
Detrás de estos sistemas funcionan algoritmos desarrollados por ellos mismos, capaces de reconocer expresiones regionales o populares, como también entender la escritura con errores de ortografía o el significado de los emojis.
Aivo está integrado por 92 personas y tiene oficinas en Córdoba, Buenos Aires, San Pablo, Bogotá, México DF, San Francisco (Estados Unidos) y Madrid (España).
Sus sistemas atienden a 150 millones de personas al año de más de 200 clientes en 53 países. Sus asistentes virtuales hablan español, inglés y portugués.
En el país, utilizan sus servicios Universidad Siglo 21, Visa, Personal, Cablevisión, ADT y Grupo Comafi, entre otros. “Hemos automatizado hasta una cadena de crematorios en Gran Bretaña”, dice Martín Frascaroli, CEO y fundador de Aivo.
Otro ejemplo es Kilimo, la plataforma cordobesa que asesora al agro en el uso inteligente del riego, creada por Jairo Trad, Juan Carlos Abdala y Rodrigo Tissera y que la semana pasada recibió el premio Emprendedor del Año de la mano del Presidente Mauricio Macri.
El sistema analiza más de 100 variables. Toma la información meteorológica que está libre en internet, los datos que carga el usuario y, en algunos casos, lo que emiten sensores en el campo; los analiza en función de las características del suelo y genera una serie de pautas de riego.
“Desde hace cuatro años se cargan datos. Al principio, la información no era buena. La repetición del proceso y la comparación durante varios años permitió ajustar el sistema”, indica Abdala, CTO (chief technology officer) de Kilimo a La Voz. El algoritmo toma la información satelital, la procesa y selecciona los datos correctos. Si encuentra una discrepancia (datos que no concuerdan) la saca. El equipo de esta startup está conformado por 18 personas que atienden a 150 clientes. Con su servicio ya llegaron a Estados Unidos.
Por otra parte, el Centro de Software en Córdoba de McAfee tiene 20 personas desarrollando funciones y mejoras a un producto que protege a 27 millones de dispositivos en el mundo. Se trata de McAfee Endpoint Security, que a diferencia del tradicional antivirus, aplica la inteligencia artificial.
En general, los hackers que atacan tienen en internet las herramientas para su malware, un software malicioso, o ransomware, capaces de “secuestrar” archivos.
El producto de McAfee releva esta oferta en forma constante, compara los archivos que llegan a la red y decide qué hacer: bloquearlo, contenerlo para hacer pruebas o eliminarlo.
“Se entrena con millones de ejemplos por día, ya que los atacantes cambian los métodos de forma permanente. La ventaja es que le quita al encargado la necesidad de hacer esto todos los días”, señala Guillermo Colsani, gerente McAfee Endpoint Security.
En Argentina, es utilizado por compañías bancarias, empresas de telecomunicaciones y grandes industrias, cuyos nombres la firma mantiene en reserva por convenios de confidencialidad.