De indumentaria con fibras de origen natural y alimentos sin ingredientes animales hasta equipos de audio, los casos de los que se animan a exportar
25.09.2019 • 11:30hs • Negocios
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En época de crisis, los argentinos se animan a exportar: ¿cuáles son las estrategias que usan y qué beneficios encuentran?
"Se dice que la empresa que exporta genera tres veces más empleo", afirma Paula Ortega, gerente de Productos de Comercio Exterior de ICBC, quien, junto a Adriana Marina, fundadora de Animaná y de la ONG Hecho por Nosotros; Oscar Bonello, presidente de Solidyne; y Mauricio Alonso, country manager de NotCo para Argentina y Uruguay, hablaron de cómo hacen las pymes locales para exportar.
"Esto es así porque genera un círculo virtuoso y la hace más competitiva", respondió Ortega a La Nación, y agregó que con la exportación también se genera mayor empleo calificado. En consecuencia afirmó que las pymes (y emprendedores) que busquen exportar deben tener en cuenta la estrategia de comercio exterior desde el principio del plan de negocios.
"Antes, lo que pasaba era que las empresas empezaban a abastecer el mercado local y después exportaban. No vemos una dicotomía entre exportar y abastecer el mercado local. Las empresas que más exportan tienen más productividad y más capacidad para abastecer al mercado local. Las empresas más exitosas en el camino exportador lo fueron porque concibieron la estrategia desde el principio", afirmó.
Una de las firmas reconocidas con el Premio ICBC al Comercio Exterior fue Animaná, fundada por Marina, una empresa social que posee la certificación de empresa B y que ofrece una alternativa a las formas de producción y consumo existente en la industria textil.
Nacida en la Patagonia, su marca hace ropa, accesorios, elementos de decoración y regalos empresariales a partir de fibras naturales de los Andes y reúne a productores de la Argentina, Perú y Bolivia. "Es un trabajo para dar fuerza a las microempresas y pymes de Latinoamérica", definió.
"De chica me enojaba porque desde la Patagonia exportábamos la lana sucia en vez de hacer suéteres. Hoy los fabrico y entendí que el mercado era el mundo, existe un nicho en el que las fibras exóticas y particulares tienen un lugar", contó Marina y agregó: "Una de mis mayores satisfacciones es tener una propuesta en esta industria tan inmensa y una de las más contaminantes y generadoras de trabajo esclavo del mundo. Hoy, nuestra ONG tiene estatus consultivo en las Naciones Unidas y colaboramos con universidades de todo el mundo, como el MIT, que presentan nuestra firma como caso de estudio".
La firma está generando un nuevo espacio dentro de Animaná para el desarrollo de tecnología: Animaná Tec.
Otro ejemplo es The Not Company, conocida como NotCo, llegó a la Argentina concentrada en el impacto medioambiental, pero con foco en la alimentación. Alonso trabaja como country manager de NotCo para la Argentina y Uruguay. "El ser humano es fanático del alimento. Es una de las cosas que más placer nos da, pero entendemos que nos puede hacer mal a nosotros y al mundo. Queremos sacar de la ecuación el ingrediente animal", explicó.
NotCo desarrolló un algoritmo que tiene la capacidad de reemplazar el ingrediente animal de los alimentos por insumos de origen vegetal. Hoy, en Chile, la mayonesa de NotCo, sin huevo, ya posee el 10% del mercado logrando que el propio fondo de inversión de Jeff Bezos apostara por la firma.
Por su parte, Bonello fundó Solidyne, en 1968, con el foco puesto en la innovación en ingeniería de audio. Hoy, la firma exporta a 65 países y el propio Bonello es conocido por su contribución a la acústica con el "Bonello Criteria" para el diseño de estudios de grabación y locución y por sus trabajos en electrónica avanzada, sonido y psicoacústica.
Al ser consultado por su primera exportación, el ingeniero habló de Cuba, pero no por ser el primer mercado per se, sino por el valor que sus radiotransmisores tomaron para los ciudadanos. "No me acuerdo bien cuál fue la primera exactamente, pero la más importante fue Cuba. Los equipos no tenían un gran valor tecnológico, porque los cubanos buscaban que fueran sólidos y económicos, y así lo fueron", contó, y cerró: "Treinta y cinco años después, me dicen que todavía funcionan perfecto".