El futuro de la industria automotriz pasa por el Big Data y el coche conectado. Así explican diferentes instituciones en base a varios proyectos que tienen en marcha y que tratan de conectar el coche al Internet de las Cosas.
En este escenario, el vehículo actuaría como un sensor avisando al resto de conductores de las inclemencias del tiempo o de los problemas en el tránsito, entre otras cosas.
La nube, el auto conectado y la llegada de los vehículos autónomos son los tres retos del futuro de la seguridad vial que ya no parecen tan lejanos. Según Jorge Ordás, subdirector general de movilidad y tecnología de la DGT, lo tiene claro: "Estamos muy implicados en utilizar la tecnología para salvar vidas".Ordás explica varias de las líneas que ya dibuja la DGT de cara al futuro. "Queremos convertir a los vehículos en sensores".
El organismo ya tiene lectores de matrícula desplegados a la entrada y a la salida de las grandes ciudades, también aforadores para contar vehículos, casi mil radares y estaciones meteorológicas para saber el estado de cada vía.
Además de eso, la DGT ya tiene en marcha un ambicioso plan basado en Big Data que dará sus primeros frutos "a final de año", según Ordás.
Sin desvelar muchos detalles, Ordás asegura que la premisa pasa por un auto cada vez más inteligente, conectado a Internet pero también a la DGT, y que envíe los datos de la experiencia de la conducción al organismo regulador. Desde allí quieren avanzar hacia un "modelo colaborativo" en la nube en el que cada vehículo avise al de al lado de las posibles inclemencias del tiempo en una región o del estado del tráfico en una ciudad.
La infraestructura ya está "montada" según Ordás y estará basada en "tecnologías celulares" que desplegarán todo su potencial con la llegada del 5G. El Internet de las Cosas también va de coches.
"Ya hay algunos coches que registran cuando das las luces antiniebla, cuándo salta el ESP [control de estabilidad] y si te estás deslizando por la vía; el vehículo es consciente de cuándo le das las luces de warning o de cuándo activas el limpiaparabrisas...", continúa Ordás. Aunque hoy por hoy esos datos no salgan del coche, desde la DGT confían en que el futuro y la tecnología terminen llevando esa información hasta ellos "con la finalidad de compartirla para que todos aquellos ciudadanos que se acerquen a un punto concreto no tengan sorpresas en la vía", explica.En este punto parece razonable hacerse la pregunta de si esta información también servirá a la DGT para sancionar las posibles infracciones. Ordás lo niega: "Lo que tiene que ver con vehículo conectado es un campo que tenemos muy separado de lo que es el mundo de la infracción. No estamos pensando en utilizar la conectividad para denunciar al ciudadano sino para ofrecerle servicios de valor".
Para entenderlo mejor, Ordás pone un ejemplo: "Si una ruta tiene unas condiciones de niebla en un momento determinado, vamos a ser capaces de saberlo porque va a haber varios vehículos que nos van a decir que hay niebla en una determinada zona". El subdirector de movilidad y tecnología de la DGT desvela que los primeros "casos de uso" se están llevando a cabo con la marca Seat y se muestra prudente, ya que por el momento solo se están dando los "primeros pasos" que cristalizarán en resultados a final de 2019.
El vehículo autónomo y el Infotainment
Algunos estudios prevén que el sector de la automoción inteligente sobrepase los u$s132.000 millones para 2024 y se estima que en el año 2040, entre el 80 y el 90% de los coches formarán parte del Internet de las Cosas.
Desde la DGT saben que algún momento del futuro tantos los coches inteligentes como los convencionales tendrán que compartir espacio en las rutas y los nuevos modelos de movilidad estarán basados en el "Infotainment".
Este concepto, tradicionalmente aplicado a los medios de comunicación que mezclan información y entretenimiento entre sus contenidos, Ordás lo usa para el sector de la automoción del futuro.
"El vehículo va a tener una serie de servicios adicionales que le van a proveer los fabricantes: por ejemplo, el hecho de que tú te acabes de comprar un coche y te avisen de que en 5.000 kilómetros tendrías que cambiar la correa de la distribución o someter a tu vehículo a un chequeo y que si lo haces en un taller, que encima te pilla de camino, te van a dar un descuento del 25%, eso no deja de ser negocio de fidelización", explica. "O que eches la gasolina en una gasolinera muy concreta donde ese fabricante tiene un acuerdo", continúa el de la DGT.
El coche autónomo es otro de los grandes interrogantes del futuro. Ordás reconoce que "hace unos años que hemos sacado ya una instrucción que habilite a los fabricantes a poder hacer pruebas en España", pero evita hablar de una fecha en la que este tipo de vehículos estén desplegados ampliamente por nuestro país: "El mensaje más claro que damos es que el autónomo llegará, pero como no sabemos cuándo y todavía le quedan unos años, mientras tanto no podemos quedarnos cruzados de brazos y permitir que sigan muriendo más en la rutas".
Apps antirradares y drones en carretera
La DGT no está en contra de las apps que avisan de los radares sino de las que avisan dónde hay un control policial: "La página web de la DGT avisa de dónde están los radares fijos y avisa de cuáles son aquellos sitios donde mayoritariamente se ubican los radares móviles. En esto no hay ningún problema, en compartir esta información". Asegura que tienen "intención de perseguir" a las aplicaciones en las que se comparta información sobre "dónde está la agrupación de tráfico de la Guardia Civil o la Policía".
"Actualmente tenemos 11 drones pero tenemos en marcha ya un contrato para adquirir otras 28 unidades. Por lo tanto, poco a poco iremos teniendo cada vez más medios en este sentido", explicó. La DGT los prefiere porque pueden ver infracciones "a cuatro kilómetros de distancia", matrículas "a un kilómetro" y otorgan a la institución "muchísima flexibilidad y versatilidad para detectar comportamientos imprudentes".