Argentina se consolida como un actor clave en el desarrollo de videojuegos en América Latina. Con más de 200 estudios en actividad y cerca de 1.500 profesionales, el país aporta talento creativo, técnico y artístico a una industria global en constante evolución.
Sin embargo, detrás de cada éxito se esconde una realidad compleja: la creación de videojuegos desde Argentina enfrenta obstáculos estructurales que ponen a prueba la resiliencia de los desarrolladores locales, tanto independientes como consolidados.
Desde la distancia con los grandes hubs internacionales hasta las trabas económicas y cambiarias, el camino hacia el mercado global está lejos de ser sencillo. Y aunque algunos títulos logran destacarse en plataformas como Steam, PlayStation o Xbox, la mayoría de los proyectos lucha por sobrevivir en un ecosistema que todavía carece del soporte necesario.
Un sector en crecimiento, pero con desafíos persistentes
En diálogo con iProUP, Damián Hernaez, director de desarrollo y cofundador de Tlön Industries, advierte que producir videojuegos en Argentina implica competir en un mercado global sin las condiciones óptimas.
"La competencia por talento y el mercado objetivo son internacionales. Desde Argentina, enfrentamos desventajas por temas como la distancia física, barreras culturales, altos impuestos y restricciones cambiarias", explica.
Por su parte, Valentín Irribarren, fundador del estudio Montraluz, destaca el valor del talento argentino, pero también reconoce las dificultades para sostener proyectos de largo plazo sin apoyo externo.
Un ejemplo concreto fue el desarrollo de Dreamcore, un juego de terror psicológico lanzado en enero de 2025, que nació como una iniciativa independiente y logró ver la luz gracias al financiamiento de un publisher nacional. Aunque el título ya fue lanzado, su recorrido sirve como caso testigo para entender el esfuerzo que implica lanzar un videojuego completo desde Argentina.
Qué falta para impulsar la industria
A pesar del marco normativo que incluye beneficios a través de la Ley de Economía del Conocimiento, muchos desarrolladores consideran que estas herramientas resultan insuficientes para dinamizar la industria.
"No", responde sin rodeos Hernaez al ser consultado por iProUP sobre si los incentivos oficiales son efectivos para impulsar el sector.
En este sentido, los estudios reclaman políticas más específicas, financiamiento accesible y mayor visibilidad internacional, así como una mejor articulación entre el ecosistema público y privado.
El potencial del talento argentino
Según datos de ADVA (Asociación de Desarrolladores de Videojuegos de Argentina) y CADEVI (Cámara Argentina de Desarrolladores de Videojuegos), el país mantiene una posición destacada en la región, con profesionales que exportan servicios y creatividad a mercados como Estados Unidos, Europa y Asia.
Algunos de los títulos más reconocidos desarrollados en el país son Preguntados, Master of Orion, Per Aspera y Storyteller.
A estos se suman nuevas propuestas de estudios emergentes, que apuestan por experiencias narrativas, innovación visual y mecánicas originales.
Una industria que pide pista
El ecosistema gamer en Argentina está lejos de ser marginal: es una industria cultural y tecnológica con capacidad exportadora, que genera empleo de calidad y posiciona al país como polo creativo. Sin embargo, la falta de condiciones estables sigue siendo una barrera estructural.
Mientras algunos proyectos logran destacarse y llegar al mercado global, otros quedan en el camino por falta de recursos o apoyo. La experiencia de estudios como Montraluz y Tlön Industries demuestra que el talento existe, pero necesita un entorno más favorable para crecer y competir en igualdad de condiciones.