Hacia principio de 2017 muchos bares, restaurantes y hoteles de Bariloche y San Martín de los Andes colocaban en sus mesas y recepciones un pequeño cartel que sentenciaba "Recibimos Bitcoin".

La presencia de este medio de pago estaba en otros centros turísticos internacionales y la cordillera regional no quería quedar fuera de esa tendencia. Nadie conocía bien el uso de esta criptomoneda, pero era común ver en los medios masivos de comunicación el furor que estaba generando como medio de resguardo e inversión.

Por ese entonces cotizaba en torno a los 360 dólares por unidad, por lo que una familia extranjera tipo en una semana, en cualquiera de estas localidades cordilleranas, podría llegar a gastar entre 3 y 5 bitcoin dependiendo de la calidad de los servicios que recibía.

Cinco años después, los carteles desaparecieron de las mesas de restaurantes y recepciones de hoteles. Por un lado, porque la pandemia sepultó la industria turística y, por el otro, porque el Bitcoin salió de la escala comercial para este tipo de servicios.

Los números son impresionantes. Los turistas que destinaron en enero de 2017 esos 5 Bitcoin para cancelar su paquete de una semana en Bariloche terminaron gastando unos 1.800 dólares. Hoy esos mismos 5 Bitcoin cotizan a 175.000 dólares. Sin dudas, un mal negocio para el grupo familiar.

La volatilidad de las criptomonedas (Bitcoin y Ethereum, entre otras) en el mercado global ha sido una constante desde la década pasada. Sin embargo, cuando se tira una línea de tiempo los ciclos marcan una tendencia claramente positiva. Sin ir muy lejos, en marzo de 2010 el Bitcoin cotizaba a poco más de 4 dólares contra los cerca de 36.000 dólares del cierre de este fin de semana. Ethereum, cuando comienza a cotizar en forma global a principios de 2016, tenía un valor de 6 dólares por unidad; hoy supera la barrera de los 1.000 dólares.

En 2020 el Bitcoin registró un crecimiento del 301% mientras que Ethereum lo hizo a una tasa del 468%. Números con ganancias difíciles de conseguir en los tradicionales segmentos conservadores de la plaza financiera.

Evolución de la cotización del Bitcoin durante los últimos 12 meses

Con toda la estadística en mano, que refleja las altas tasas de crecimiento de las criptomonedas, no son pocos los que se preguntan si esto es una nueva burbuja impulsada por el sistema financiero o, por el contrario, este tipo de monedas están consolidadas en el mercado y todavía presentan un recorrido importante de cara al futuro.

Las primeras reivindicaciones de que Bitcoin es solo una burbuja salieron del extitular de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Alan Greenspan, quien en 2013 señaló que "uno se tiene que esforzar en imaginar para deducir cual era el valor del Bitcoin. Yo todavía no he sido capaz". Cuatro años después Greenspan señaló que "los humanos compran todo tipo de cosas que no valen nada. La gente juega en los casinos cuando la suerte está en su contra. Esto nunca ha detenido a nadie" ante la fuerza que presentaban el Bitcoin.

Su colega Ben Bernanke y la recientemente nombrada titular del Departamento del Tesoro de la administración de Joe Biden, la economista Janet Yellen, expresaron su preocupación acerca de la estabilidad del precio del Bitcoin y su ausencia de uso como medio de llevar a cabo transacciones. El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo en 2017 que el Bitcoin "Es una burbuja que va a dar a las personas momentos emocionantes a medida que sube y baja su valor". Enfatizó en ese entonces que el uso de las criptomonedas estaba dominado principalmente por criminales, que carecían de un propósito socialmente útil y que su comercio debería ser considerado ilegal. Paul Krugman, otro enorme catedrático, distinguido también con el nobel de Economía, escribió en 2018 que esta singular moneda virtual "es una burbuja encerrada en tecno-misticismo envuelto en una ideología libertaria".

Por la velocidad con los que se presentan los acontecimientos, para los seguidores de las criptomonedas, los conceptos de estos distinguidos economistas son parte del pasado. No reflejan los cambios que ya se están dando en el mercado. Aseguran que Bitcoin es ya un método confiable de pago de bienes y servicios en el mercado sin necesidad de terceros como los bancos. Adquirir criptomonedas es bastante sencillo y su adopción por parte de comercios físicos y digitales va en un sostenido aumento.

Evolución de la cotización de Ethereum durante los últimos 12 meses

Sin ir más lejos, esta semana Elon Musk, el conocido multimillonario propietario de Tesla y SpaceX, dos de las empresas más innovadoras del mundo, dijo recientemente que no rechazaría pagos en Bitcoin para sus industrias. Respondiendo a un tuit de Ben Mezrich, un reconocido defensor de las criptomonedas, que decía: "Nunca más rechazaré un pago en Bitcoin"; Elon Musk le respondió: "Yo tampoco". Una contundente señal para los mercados.

Pero Musk fue el único de la casta de las grandes fortunas que dio este primer paso. Por ahora ninguno de los magnates conocidos del mundo han dado su aval para abrir sus carteras a este tipo de inversión.

En definitiva, solo el tiempo terminará por decir quien tuvo la razón. La mayor parte de los analistas, de un lado y del otro del mostrador, coinciden en señalar que este dilema se va a definir en el transcurso del año 2021. El dato clave: si las criptomonedas consolidan un nuevo piso en torno a los valores actuales que se registran en el mercado, la avanzada sobre el viejo sistema será irreversible, indicó Río Negro.

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