Los sueños son fantasías que no se suelen cumplir, nos da poderes increibles que nos permiten volar o pegar saltos y golpes imposibles. Los cuentos y las historias que leemos muchas veces también lo son aunque varias veces su ficción se cumple, como los casos del submarino o celular de Julio Verne, hasta las dibujitos de los Simpsons que vaticinan el futuro.

Los que estan en el mundillo de la tecnología también fantasean y es esa fantasía la que permite idear las soluciones que hoy tenemos. Pero es muy común reconocer la diferencia entre la realidad y lo que se imaginaban décadas atrás los primeros en hablar de estos temas, como cuando en 1995 se hablaba del futuro del internet, pocos o nadie dimensionaban el sucesos y rol de las redes sociales.

Bueno, en el ecosistema de las criptomonedas y más específicamente del Bitcoin, también, existe un sinfín de fantasías de lo que puede llegar a pasar en el corto, mediano o largo plazo.

Cuando hablamos del largo plazo podemos fantasear un mundo donde el Bitcoin se convierte en la principal reserva de valor y donde las demás monedas tienen un rol secundario, o un escenario más descentralizado y confiable donde el código abierto es el rey, la blockchain son las venas y la transparencia es la sangre de un sistema de gestión más justo, confiable y transparente.

Aunque es muy probable que la realidad no se asemeje en todo a nuestra ficción, la complejidad mayor se da cuando pensamos en el corto plazo. Un ejemplo de esto es la Hyperblockchainización. Desde el 2014, muchísimas de las consultoras globales, o mismo IBM, empezaron a armar y ofrecer sus equipos de consultoría blockchain, asesorando a miles de empresas en ese sentido.

Pero años después, son pocas las industrias que lo adoptaron y ninguna en forma masiva. Esto no significa que no vaya a pasar solo que saber cuando es dificil y la visión de corto plazo de estas consultoras, que requieren retornos rápidos, difiere de la realidad, tanto que IBM abandonó gran parte de sus esfuerzos.

Con Bitcoin, el gran dilema es el de la Hiperbitcoinización. Como organizador y asistende de varias conferencias Bitcoin, este tema solía surgir reiteradas veces. De qué forma llegaríamos a un punto donde toda la sociedad usara Bitcoin y qué sería necesario para que eso suceda: qué estrategias de comunicación serían necesarias, qué avances tecnológicos deberían estar instrumentados o cuanto tiempo podría llevar eso, etc. En todo análisis objetivo de corto plazo aparecen las razones por las que las cosas no pueden ser ya.

Pero el 5 de junio de 2021 algo pasó, algo que dificilmente estaba en los sueños más húmedos y de corto plazo de cualquiera de nosotros. Algo sucedió que pateó los relojes del tiempo y que acortó las distancias de la expansión.

Un país entero decide aceptar Bitcoin como alternativa válida de moneda legal junto a su vigente dólar. Y así, de repente, sin cuestionar si la tecnología está al alcance, si la sociedad está lista, o lo que sea, El Salvador decide ser el primer país es abrazar con toda la extensión de sus brazos al Bitcoin y con él a su ecosistema de emprendedores y los invita a estar a la altura del desafío, aunque no se crean listos.

Y el desafío no es poco, cómo formar a 7 millones de ciudadanos en sólo 3 meses, cómo contar con el apoyo del gran porcentaje del empresariado que no lo votó, cómo manejar la volatilidad, cómo disipar los temores, cómo asegurar la conectividad, etc.

Pero el presidente no sólo tiro la piedra y alinéo a todo su gabinete en la concreción de estos objetivos, sino que además (y hete aquí lo más increible y alejado de toda fantasía), por cadena nacional se calzó el guante y mostró él mismo a todos sus ciudadanos cómo funciona Bitcoin y qué pueden esperar de la billetera que desarrolla el gobierno.

Cómo convertir el Bitcoin a dolares y viceversa. Este presidente, en sus diferentes apariciones, no sólo demuestra un gran conocimiento sobre Bitcoin, sino también un enorme convencimiento que parece ir mucho más allá que mero discurso de atracción de inversiones.

Quizás alguno se imaginó esta situación, pero seguramente nadie la hubiera imaginado ya, o sin considerar que no estamos listos. Quién se hubiera imaginado que hoy muchísimos más paises empezarían a imaginarse y debatir una situación similar.

Lejana quedó nuestra fantasía de que almenos Bitcoin sea parte de las reservas de varios bancos centrales (hoy lo es, pero no publicamente), pareciera que nos salteamos ese paso y se acerca la de que directamente sea una alternativa oficial y legal.

Para quienes no estén convencidos del potencial futuro de Bitcoin se preocuparán por los desafíos del corto plazo, pero para quienes estamos confiados de su largo plazo, esta decisión es quizás una de las decisiónes más importantes que un gobierno haya hecho en las últimas decadas para dar una real oportunidad a su históricamente oprimido pueblo y ofrecerles un futuro diferente y mejor. Y por qué no, de convertirse en una nación rica además de un ejemplo para todo el mundo.

 Hágame caso, en Bitcoin todo puede pasar, pero quizás pase un poco antes de lo que nos imaginábamos.

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