Las fintech parecen desenvolverse en un universo paralelo. Un terreno fértil en el que crecen, se multiplican, diversifican, innovan y apuestan a nuevos negocios, con menos temor al fracaso y transitando un sendero distinto al de otras ramas de actividad.

En efecto, el país muestra sus principales indicadores en rojo: la inflación crece al 3,6% mensual, el desempleó trepó hasta el 11% y el PBI se desplomó casi 10% durante 2020.

En cambio, las fintech vienen siendo las grandes ganadoras: supieron capitalizar la crisis, el confinamiento y avanzar con sus servicios atacando segmentos que no encuentran respuesta rápida en la oferta tradicional.

Según el Estudio Fintech 2020 al que accedió iProUP, elaborado por Deloitte, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Cámara Argentina Fintech:

El secreto de su éxito

Para entender por qué las fintech mantienen una muy buena performance, a contramano del resto del universo empresarial que sufre los embates de la crisis económica, es necesario abordar el fenómeno con una lógica diferente y entender que tienen una naturaleza propia, coinciden los especialistas.

"Las fintech fueron creadas para el futuro y el futuro se adelantó", sentencia a iProUP Julián Colombo, CEO de N5. Además, nacieron con ciertos "genes" muy distintivos: la relación con sus clientes está caracterizada por la ubicuidad, menor burocracia, intolerancia a la fricción e inmediatez en las respuestas.

Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Argentina de Fintech, agrega a iProUP que, así como Netflix transformó el consumo de contenidos, los servicios financieros atraviesan un proceso disruptivo que se aceleró con la pandemia.

Ya existen más de 14 millones de cuentas virtuales en la Argentina

En este fenómeno, los dispositivos móviles, la digitalización y los emprendedores permitieron crear productos más amigables, eficientes y adaptados a las necesidades de distintos públicos, permiten llegar con una oferta financiera en la que no hay presencia de los actores tradicionales.

"Todo eso combinado da un modelo exitoso. En la pandemia se dio un crecimiento del 100% de las cuentas CVU (ya son 14 millones). Hubo una oportunidad de progreso de la inclusión y además es una industria que da trabajo a 10.000 personas", explica.

Para Antonio Peña, managing Partner del fondo Kamay Ventures, este es un momento de inflexión en el que se están probando diferentes modelos de servicios.

"El sistema financiero tradicional está buscando hacia dónde evolucionar y las fintech, en países como Argentina, con problemás económicos constantes, toman relevancia por afinidad y costos. Pero también porque ofrecen soluciones innovadoras, como productos relacionados con cripto, por ejemplo, que son temas de alto impacto porque es un refugio a los vaivenes de la moneda", revela.

Estamos mal, pero vamos bien

Del total de fintech relevadas, 15 registran ingresos mayores a $500 millones anuales

¿Es rentable para estas firmas operar localmente? ¿Les va bien? ¿En relación a qué otro sector? Estos son algunos interrogantes al momento de mensurar el camino ascendente de estas empresas.

En ese sentido, Colombo aclara que no es pertinente medir su éxito con relación al de la banca, por ejemplo, o en términos de rentabilidad. "Las fintech son exitosas haciendo algo que solo ellas se proponen fervientemente, mientras que los bancos tienen un set de objetivos diferentes", explica.

Y agrega: "Crecen en cantidad de clientes, número de transacciones, satisfacción de usuario, pero no necesariamente en rentabilidad. Mientras que un banco tradicional promedio en el mundo gana u$s12 por mes por cliente, uno digital pierde un dólar ".

"Los objetivos son muy diferentes. Cuando uno de estos bancos digitales tiene una demanda de sus inversores para rentabilizar, lo primero que hace es cobrar tarifas y está diciendo: 'Soy un banco tradicional'. Cuando los fines de las empresas empiezan a parecerse, entonces ellas se parecen también", remarca.

Otra de las características que para Colombo distingue a cada firma son los propietarios. Indica que "un banco multinacional promedio tiene 4 millones de dueños, a través de fondos de inversión".

"Un fondo que maneja jubilaciones lo único que quiere es previsibilidad de ingreso y no correr riesgos. Mientras que alguien que invierte en una fintech no se sorprende de que pierda plata porque hay otra apuesta", señala.

En línea con su colega, el ejecutivo de Kamay Ventures agrega que los números internos de algunas fintech probablemente no sean buenos. "No obstante, la apuesta es consolidar el producto, posicionarse y ganar mercado", asegura.

Plaza identifica dos características que cambian las expectativas en cuánto a los resultados: una es que todavía hay mucho capital disponible en el mundo para financiar estas startups y la otra es que tienen un mercado muy extenso todavía por conquistar.

"Si se observa la industria en general, no sé si hay rentabilidad. La lógica es invertir en algo que crece, que es el futuro. Es un mercado con alto potencial. Lo importante en esta etapa es tratar de ser líder o estar en los primeros puestos, no tanto ganar plata", subraya.

Hasta el infinito y más allá

Con un futuro promisorio por delante, las fintech avanzan en el diseño de más y nuevos servicios. Pese a que la situación del país no es la mejor, normativas como Transferencias 3.0 y la Ley del Economía del Conocimiento generan un espacio para crecer y desarrollarse.

Para Plaza, las billeteras electrónicas tienen mucho potencial para expandirse, convirtiéndose en super apps con una gran variedad de servicios para los usuarios dentro de una misma aplicación.

Según datos relevados por COELSA a iProUP, en Argentina:

"Así cómo existen más líneas celulares que personas, puede darse que los usuarios tengan más de una billetera. Sería interesante generar un ecosistema atractivo también para los inversores y el establecimiento de nuevas empresas. La exportación de talentos y de las plataformas a nuevos países podrían generar valor para Argentina", señala Plaza.

A su turno, Colombo destaca varios movimientos que van a tener peso en la configuración del ecosistema en el futuro:

"La Argentina es un mercado distintivo por la relevancia de Mercado Pago. Objetivamente, no veo lugar para tantos jugadores, porque es difícil competir con todos los bancos en su conjunto, por un lado, y con Mercado Libre, la mayor fintech de América latina, por el otro. Lo que si veo es un modelo open banking muy marcado y mercados más colaborativos", remarca.

Asimismo, el mercado de criptodivisas está cada vez más legitimado por grandes jugadores como Visa, que aceptará transacciones y pagos con estos activos; o Tesla invirtiendo en Bitcoins y ofreciéndolo como medio de pago de sus autos.

Según los expertos, las fintech vinieron a transformar las finanzas así como Netflix revolucionó la televisión

Otra tendencia que está despuntando es la incursión de players como Rappi o PedidosYa en el sistema financiero. De hecho, el primero de ellos firmó un acuerdo con Davienda para la creación de un banco digital en Colombia.

"Cualquiera de ellos que mañana decida convertirse en banco, por ejemplo, tiene más clientes que cualquier entidad hoy. Lo mismo podría suceder con los operadores móviles que ya poseen una extensa red de carga para usuarios prepagos. Cualquier kiosco podría ser un lugar en el que se pueda cargar el teléfono y sacar plata", agrega Peña.

Advierte que la principal dificultad para avanzar en ese sentido es la regulación. Pero si encuentran la forma, "tienen los datos de los usuarios, lo que les gusta, como se mueven y, las redes".

"En América Latina hay 6.000 millones de teléfono celulares y el 86% son prepagos. Todos esos teléfonos se cargan en redes físicas. Imagináte todo lo que puede pasar ahí", completa.

Así, la convergencia entre fintech y entidades tradicionales redunda en mejores servicios, cada vez más disruptivos para los usuarios. El segmento de pagos digitales seguirá afianzando lo conseguido durante la pandemia y el universo cripto, cada vez más legitimado, promete novedades en el plano de la regulación.

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