El comportamiento de Bitcoin luce cada vez más parecido al de las grandes tecnológicas de Wall Street. En pleno reacomodamiento global del riesgo, muestra una correlación de 30 días con el Nasdaq 100, cercana a 0,80, uno de los registros más altos de la última década y apenas por debajo del pico marcado en el bear market de 2022.
El dato es más que una curiosidad estadística: confirma que BTC estaría reaccionando como un activo de alto beta, sensible a los shocks macro y la digestión de política monetaria.
Para un mercado que aún pelea por despegar de la narrativa del criptoinvierno, esta sincronía con el Nasdaq funciona como un termómetro: en los últimos días, Bitcoin se movió más como Nvidia, Apple o Meta que como refugio. Cuando las condiciones financieras se tensan, BTC acompaña el humor del equity tecnológico, casi en efecto espejo.
Pero el fenómeno no nació ahora. La relación BTC-acciones viene moldeándose desde el shock macro del 2020, cuando la liquidez global empujó a todos los activos de riesgo en bloque. Pero 2025 aceleró el proceso.
Según Wintermute, una de las firmas más grandes de market making del ecosistema, hubo una rotación de capital desde activos virtuales a las acciones. El recorte de tasas de la Reserva Federal (Fed) no desató una ola cripto: la mayor parte del apetito de riesgo se fue directo al Nasdaq-100.
Los números lo prueban: desde el primer recorte del 17 de septiembre, Bitcoin perdió 18%, mientras el Nasdaq subió 4%. El mercado la tiene clara: si quiere tech, compra tech; si quiere beta extremo, ahí aparece la cripto líder.
La correlación entre Bitcoin y Nasdaq es cada vez mayor
La correlación alta no implica que BTC disfrute de los rallies del Nasdaq. Wintermute detectó un patrón incómodo: cuando el Nasdaq sube, Bitcoin apenas reacciona, pero cuando el ponderado tecnológico cae, la cripto acelera la caída.
Es decir, mantiene el beta negativo, pero perdió la "prima de narrativa" que en otros ciclos lo hacía sobresalir en las subas. El sesgo de performance entre ambos activos está en su peor nivel desde 2022.
¿Qué explica esa asimetría?
José Luis del Palacio, cofundador de Decrypto, explica a iProUP que la correlación viene aumentando desde hace 5 años, pero recién ahora se percibe con claridad porque el ecosistema cripto se volvió plenamente regulado: empresas bajo supervisión, ETF de Bitcoin, tesorerías corporativas con BTC y un número creciente de firmas que cotizan en el Nasdaq y lo incorporan en su balance.
A eso se suma que muchas exchanges utilizan el mercado de capitales en su operatoria cotidiana. Ese entramado, sostiene, profundiza el nexo con el sector tecnológico y, por extensión, con el propio Nasdaq.
Para Del Palacio, el vínculo fue positivo porque permitió un flujo de dinero enorme hacia Bitcoin, que llevó el precio hasta su techo de u$s125.000-u$s128.000. Pero también tiene su contracara.
"Cuando la Fed empezó a retirar liquidez hace tres meses, el impacto se sintió fuerte. Incluso hubo bancos pequeños de EE.UU. que tuvieron que pedirle liquidez. Eso frenó a los mercados en general y los primeros en sufrirlo siempre son las tecnológicas", advierte.
Y agrega que en Wall Street "no hay acciones baratas como antes, por lo que, si la liquidez no vuelve, se espera una corrección. La reunión clave de la Fed es en diciembre: se definirá cómo siguen las tasas y la provisión de fondos al sistema".
Considera que "si no regresa a niveles normales, los precios van a caer. No hay vuelta: las empresas necesitan dinero y lo primero que hacen es vender activos, lo que presiona las valuaciones a la baja".
"La caída del mundo cripto en estas semanas responde únicamente a esa falta de liquidez. No hay ningún otro problema —ni interno ni externo— en el mercado. Es pura y exclusivamente el efecto de la política de la Fed", asegura.
Guillermo Escudero, director de CryptoMarket Argentina, sostiene que si bien Bitcoin nació con la ambición de ser un activo desvinculado del sistema financiero tradicional, el tiempo mostró que no puede aislarse de los vaivenes de la macro mundial.
"Lo prueban sus episodios de correlación tanto con el oro como con el S&P 500 y, más recientemente, con el Nasdaq. No podemos dejar de lado en análisis del costo de oportunidad de los mineros, que también afecta directamente al precio", comenta.
Escudero sostiene que la correlación entre Bitcoin y el Nasdaq se volvió a tensar debido a que ambos son activos de renta variable, y su precio depende de la oferta y demanda.
"La liquidez se mueve según la expectativa de mercado y las posturas tanto del institucional como del retail. Cuando las tasas bajan en general la liquidez pasa de renta fija a variable, ocurriendo lo contrario al alza de tasas. Entonces, Bitcoin no deja de estar afectado por la macroeconomía, más allá que sea un activo con concepto fuera de sistema", dice.
Por último, Fabiano Días, Director de Negocios Internacionales de Bitwage, explica que Bitcoin es hoy tres cosas: un proxy de tech, un activo especulativo y "oro digital", ya que "es el precursor de las criptomonedas y de la tecnología blockchain, y todo lo que le sucede sigue irradiando al resto del ecosistema".
En el universo de los activos especulativos mantiene la volatilidad que habilita altos riesgos y altas ganancias. Al mismo tiempo, funciona como "oro digital": una reserva de valor con atributos de garantía suprema gracias a su arquitectura totalmente descentralizada", indica.
Días añade que "cuando el crédito fluye con facilidad, impulsa las iniciativas tecnológicas y Bitcoin termina por absorber parte de ese exceso de liquidez. Del mismo modo, un entorno de crédito holgado eleva el apetito por el riesgo, que se refleja tanto en BTC como en las grandes tecnológicas y los ETF cripto".
¿Cuánto pesan los ETF y la entrada de institucionales?
Para Escudero, "el volumen spot de ETF representa cerca del 15% del volumen spot de Bitcoin en exchanges, por lo que no tiene por qué mover de forma decisiva al mercado".
Pero en la práctica, el panorama cambia. "Si un día específico las plataformas centralizadas operan con menor volumen y liquidez, mientras que los institucionales vía ETF negocian por encima de su media, ese 15% puede transformarse en 25% o incluso 40%. En ese escenario, sí pueden mover con fuerza el precio del activo", asegura.
Del Palacio sostiene que la corrección de Bitcoin entra en una fase crítica tras la caída por debajo de los u$s90.000, nivel técnico decisivo que concentra múltiples señales de tendencia: una ruptura firme por debajo puede activar un cambio de ciclo en el corto plazo y derivar en un mercado bajista de varios meses.
"No sería un movimiento lineal, ya que habrá rebotes y pausas, pero el piso recién puede verse en el segundo semestre, momento en el que comenzaría un nuevo tramo alcista", anticipa. Pero aclara que a largo plazo nada se modifica: Bitcoin se mantendrá como un activo de resguardo, una reserva de valor y un colateral con múltiples usos.
El factor que define la dinámica inmediata es la liquidez, repite Del Palacio. "Los u$s90.000 funcionan como un nivel casi definitivo: si el precio se mantiene por debajo durante varios días consecutivos, la posibilidad de volver a ver máximos se desplaza hacia un plazo de dos o tres años", advierte.