El mercado de criptomonedas atraviesa una de las etapas más duras del último año. Bitcoin (BTC) se hundió a u$s84.500, un valor que representa una corrección de cerca del 35% desde su máximo histórico de octubre arriba de los u$s126.000.
Esta caída brutal, que llegó a tocar momentáneamente los u$s81.000, no solo generó liquidaciones masivas que descargaron miles de millones en posiciones apalancadas, sino que reavivó el miedo extremo de los inversores.
La sangría no es casual. El precio de BTC rompió soportes técnicos clave, como la EMA55 semanal, que históricamente actuó como el piso de cada bull market. Analistas técnicos señalan que el "último mohicano" que queda como defensa es la directriz oblicua alcista, que se ubica entre u$s81.000 y u$s82.000.
Peor aún, este nivel coincide con la proyección de objetivo de una figura bajista que anticipa un cambio de tendencia: el temido "diamante".
Este patrón clásico proyecta una caída que llevaría el precio precisamente a los u$s81.353, dejando a BTC a un "estornudo" de confirmar un escenario aún más desalentador.
La triple presión que estrangula a Bitcoin
La debilidad de BTC se explica por un cóctel explosivo de factores que golpean el apetito por el riesgo:
- Tasas de la FED: la alta tasa de interés (entre 3,75% y 4%) y el escepticismo sobre un tercer recorte este año impactan negativamente en los activos de riesgo
- Éxodo Institucional: el jueves pasado marcó el segundo día con mayor venta de BTC por parte de los ETF, con una presión vendedora que sumó u$s900 millones en un solo día, acumulando u$s21.000 millones en lo que va del mes
- Descarga masiva: desde fines de octubre no ingresa volumen comprador significativo. La venta es una "descarga" constante que incluye a instituciones (Coinbase marcó un récord de dos semanas vendiendo) y a grandes holders
Esto último incluye a figuras icónicas como Robert Kiyosaki, quien reveló la venta de u$s2,25 millones en BTC (comprados a u$s6.000) para canalizar las ganancias hacia negocios tradicionales de flujo de caja. "Baja porque venden, venden porque baja", resume el analista Iván Bolé a iProUP.
Un indicador relevante y muchas veces subestimado es el comportamiento del minorista informado por plataformas. En Lemon, por ejemplo, desde el inicio de la caída de BTC a principios de octubre, la cantidad de usuarios con Bitcoin subió casi 9% hasta 950.000, y en lo que va del mes 61% del volumen operado fue compra.
Es decir: mientras los institucionales recortan, hay una base minorista que aprovecha la corrección para acumular. Esa dinámica explica por qué algunas altcoins muestran entradas de capital aún con BTC débil: hay flujo rotando desde frentes institucionales hacia apuestas seleccionadas.
Las criptomonedas que desafían la caída del mercado
A pesar del desalentador panorama, donde el Índice de Fuerza Relativa (RSI) de BTC tocó mínimos inéditos desde el colapso de FTX en 2022, un grupo de altcoins muestra una resiliencia que desafía la lógica del mercado.
Para traders e inversores que buscan activos capaces de resistir si Bitcoin pierde el soporte de u$s80.000, la clave está en la correlación negativa.
Zcash (ZEC) se posiciona como una de las altcoins más fuertes del momento gracias a una correlación de –0,87 con Bitcoin en el último mes.
Las Perp-Dex son una gran opción
Esto significa que su precio tiende a subir cuando BTC cae. Mientras el mercado colapsa, ZEC mantuvo una estructura ascendente y cada retroceso fue defendido por compradores.
"Su indicador Bull Bear Power, que mide la fuerza de los compradores, se mantiene en territorio positivo por más de un mes, demostrando que la presión alcista es sostenible, con una resistencia clave en u$s749 que, si es superada, abre el camino hacia u$s898", señala a iProUP la analista cripto Laura Ventura. Esto equivale a 55% de potencial upside.
Pi Network (PI) siguió un camino similar: mientras BTC cayó 19% en 30 días, PI escaló cerca de 18% con una correlación negativa de -0,87 en siete días.
Su flujo de dinero se mantiene positivo y el Chaikin Money Flow (indicador de análisis técnico que mide la presión de compra y venta de un activo) se ubica arriba de 0,11, indicando una entrada constante de capital que eleva su precio.
Por otro lado, Tensor (TNSR) exhibe uno de los momentums más extremos del mercado, con una correlación negativa casi perfecta de –0,90 en siete días y un rally de más del 340% en solo una semana.
"Este impulso se explica por la acumulación masiva de más de 16 millones de tokens por parte de un único monedero, aunque el riesgo de una corrección existe si Bitcoin protagoniza un rebote fuerte", comenta Ventura.
El fenómeno de los Perp-DEX: la volatilidad como negocio
Otro grupo de tokens que escapa a la sangría es el de las exchanges descentralizadas de contratos perpetuos (Perp-DEX), como Avantis (AVNT), Zeta (ZEX), Hyperliquid (HYPE) y Aster (ASTER).
Estos activos no son narrativas pasajeras, sino infraestructura que convierte la volatilidad del mercado en ingresos:
- Comisiones automáticas: cada vez que un trader abre o cierra un contrato, paga una comisión. Cuando la volatilidad sube, estas comisiones se multiplican
- "Comprador automático": protocolos como Hyperliquid usan hasta el 97% de sus comisiones diarias para recomprar su token nativo HYPE. En un mercado bajista, este mecanismo genera una demanda estructural que estabiliza el precio, una fortaleza que rara vez se ve en otras altcoins
- Utilidad real: Tokens como ZEX y AVNT tienen una función operativa directa dentro de sus protocolos de derivados, lo que genera una demanda orgánica más estable.
La migración de traders profesionales a estas plataformas descentralizadas, impulsada por los cuestionamientos regulatorios a exchanges centralizadas, robustece su volumen y, por ende, el valor de sus tokens.
Mientras los ETF de BTC muestran flujos negativos, los Perp-DEX canalizan la actividad del mercado en un combustible real para sus activos. Si la tendencia continúa, estos tokens no solo pueden atravesar la tormenta con estabilidad, sino que están en una posición inmejorable para el próximo ciclo DeFi.