Si bien algunos datos y la experiencia del CEO demuestran que los repartidores de Uber pueden ganar algo más del salario mínimo en los Estados Unidos, lo cierto es que esto es solo una parte del contexto en general.

Para nadie es un secreto que desde su nacimiento, Uber se enfocó en desarrollar una sólida estrategia de construcción de marca en donde la atracción de empleados fue una de las constantes.

La razón no es otra más que la de preservar su polémico modelo de negocio, el cual fue duramente criticado por las prestaciones y garantías que entrega a sus colaboradores.

Una nueva estrategia 

En esta línea, la plataforma de movilidad hizo un nuevo y peculiar movimiento en el que la imagen de su CEO, Dara Khosrowshahi, quiso reforzar esta estrategia publicitaria.

El director ejecutivo de la firma decidió convertirse en un repartidor de Uber Eats por un día, experiencia que narró con detalles. Aunque el esfuerzo pudo ser una gran estrategia de posicionamiento, la realidad es que para muchos repartidores de Uber, los hechos narrados no concuerdan con lo que realmente sucede.

La iniciativa fue narrada por el propio CEO de Uber desde su cuenta oficial de Twitter en donde comenzó su historia con un tweet en el que indicaba: "Pasé unas horas entregando para @UberEats. 1. San Francisco es una ciudad absolutamente increíble. 2. Los trabajadores del restaurante fueron increíblemente amables, todo el tiempo. 3. ¡¡Estaba ocupado !! – 3:24 entregando de 3:30 que estuve en línea. 4. Tengo hambre".

El mensaje fue acompañado por una foto en la que mostraba que con 10 viajes habría ganado cerca de u$s98.91, con 45 puntos en la aplicación.

Más tarde, compartió otra imagen en la que contó que habría hecho seis de los diez viajes entre las 11:51 hrs. y las 17:35 hrs., con un descanso total de cuatro horas entre algunas entregas.

Afirmó también que solo pasó poco menos de cuatro horas realmente conectado a la aplicación y realizó entregas durante aproximadamente tres horas y media.

La visión contrapuesta 

Al cierre del día, el CEO de Uber aseguró que habría conseguido ganancias por u$s106.71, lo que supone un sueldo cercano a los u$s30 por hora. 

La cantidad llamó la atención si se considera que según un estudio de 2020 de Gridwise, el repartidor promedio de Uber en San Francisco gana u$s23.34 por hora, sin incluir gastos del vehículo, como el mantenimiento y el combustible.

En la misma línea, datos de Glassdoor indican que el salario medio por hora de un trabajador de Uber Eats varía entre u$s12 y u$s18, mientras que desde Payscale, indican que la cifra se reduce a u$s13 por hora alrededor de $13 por hora.

Con este antecedente, y aunque muchos usuarios aplaudieron las intenciones de Khosrowshahi por entender el trabajo de los repartidores, otros tantos aseguraron que las cifras aún ganadas por el CEO son irreales en la tarea de mantener un hogar y cubrir los gastos diarios.

El problema para Uber

Si bien algunos datos y la experiencia del CEO demuestran que los repartidores de Uber pueden ganar algo más del salario mínimo en los Estados Unidos, lo cierto es que esto es solo una parte del contexto en general. 

El detalle está en las horas de descanso y la falta de prestaciones que padecen los colaboradores. Algunos informes demuestran que el tiempo que los trabajadores pueden pasar conectados a sus plataformas sin realizar una entrega puede resultar en salarios por debajo del mínimo.

Además se puede percibir que esta ganancia no es constante. El hecho fue nuevamente comprobado por el CEO de Uber, que en una segunda jornada como repartidor ganó la mitad de lo reportado el primer día.

Los salarios de los repartidores de Uber y demás apps similares están sujetos a los cambios de la demanda en la plataforma y las variaciones de precios que de esto se derivan. Este tipo de quejas se mantuvieron como una constante y para Uber es un problema mayor que debería ser atendido para mantener su modelo de negocio.

En empresas como Airbnb o Cabify, por lo general, la gestión de recursos humanos está diseñada para ofrecer servicios que son más visibles para el equipo de liderazgo, lo que se traduce en reclutamiento a gran escala. 

En organizaciones que trabajan bajo dinámicas de economía colaborativa, hacer crecer la plantilla de socios es igual a niveles de negocio que crecen de manera proporcional.

Para Uber con una base de empleados cercana a los 11.000 empleados -sin incluir a sus controladores- y con un valor de mercado en IPO calculado entre u$s28.000 millones y u$s70.000 millones para este 2017, no puede carecer de una estructura de control laboral robusta que proporcione el control y equilibrio necesarios para ofrecer un mejor servicio así como mantener su estructura de negocio con la inclusión de nuevos socios.

Las empresas emergentes tienen que entender que una cultura emprendedora, ágil y orientada al desempeño no es sustituto de una cultura laboral ética y clara. Ambos conceptos están obligados a coexistir en un mismo ecosistema.

En otras palabras, si Uber no es más claro en sus tarifas y si no logra entregar mayores garantías a sus conductores, simplemente tendrá cada vez más problemas para reclutar de manera masiva, retener a sus socios y tener la "mano de obra" necesaria para satisfacer la demanda, lo que de manera natural demerita su, hasta ahora, lucrativo modelo de negocio, de acuerdo a un artículo del sitio Merca20

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