Los empleados del centro logístico de Amazon en la ciudad estadounidense de Bessemer (Alabama) decidieron de forma mayoritaria no sindicalizarse. En total, un 56% de los empleados votó en contra de formar un sindicato.

Sindicatos en los Estados Unidos

Para que un sindicato represente a los trabajadores de una empresa, la mayoría de los trabajadores debe votar a favor de esa representación en unas elecciones.

De los 5.800 empleados de Amazon en el centro de Bessemer que estaban llamados a las urnas, únicamente acudieron a votar 3.215 empleados. El conteo final de los votos, que se alargó durante más de una semana, finalizó con 1.798 votos en contra y 738 a favor.

"Nuestros empleados escucharon muchos más mensajes antiAmazon desde el sindicato, los políticos y los medios que lo que escucharon de nosotros. Y Amazon no ganó: nuestros empleados tomaron la decisión de votar en contra de unirse a un sindicato", subrayó el gigante del comercio electrónico en un comunicado.

"No somos perfectos, pero estamos orgullosos de nuestro equipo y de lo que ofrecemos y seguiremos trabajando para mejorar cada día", escribió la empresa.

 

El Sindicato de Tiendas Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes (RWDSU), sobre el que se votaba, anunció que denunciará a Amazon por prácticas laborales injustas ante los reguladores de Trabajo de Estados Unidos. La fuerza sindical asegura que la empresa "interfirió" con el derechos de los trabajadores a votar "en una elección libre y justa".

El RWDSU pide que no se tenga en cuenta el resultado de las elecciones porque la conducta de Amazon "creó una atmósfera de confusión, coerción y/o miedo a las represalias".

Amazon es el segundo empleador en Estados Unidos, por detrás de Walmart, pero sus trabajadores no están representados por ningún sindicato. Estas elecciones sindicales fueron las primeras que afronta la empresa en más de siete años, desde que en 2014 los trabajadores de uno de sus almacenes en Delaware también votaran en contra de sindicalizarse.

Por qué la sindicalización en Amazon acaparó la atención

Durante dos meses, los empleados de un almacén de Alabama votaron si querían o no organizarse en un sindicato y el escrutinio llevó varios días. Se trató de un proceso largo y disputado porque la validez de cada sufragio fue analizada de forma individual por parte de la empresa y los trabajadores.

Pero Amazon no solo tenía detractores en Bessemer. Su llegada hace un año fue saludada como un factor de atracción y "el mayor proyecto de inversión de la historia de la ciudad" para su alcalde, Kenneth Gulley.

"Si toda esta negatividad e historias horribles fueran verdad, querría decir que hay 5.800 idiotas que trabajan en el edificio. Y yo no trabajo con ningún idiota, ni soy un idiota", había declarado Dawn Hoag, responsable de calidad del almacén, de 43 años.

Estas palabras se vieron reflejadas en los resultados de este viernes.

Para ella, sus colegas no necesitaban representantes para hacerse oír y muestra su orgullo por haber perdido unos cincuenta kilos, gracias especialmente a los kilómetros que recorre todos los días a pie en el almacén. Darryl Richardson, el empleado en el origen del movimiento, también perdió peso en los últimos meses, pero a consecuencia del cansancio y del estrés.

Local de Amazon

"Mi cuerpo no va a aguantar (a este ritmo)", contaba este afroestadounidense de 51 años. "Me preguntan por qué no busco otro trabajo. Más fácil decirlo que hacerlo! Soy demasiado viejo, no tengo buena imagen. Es momento de luchar".

Su mensaje en el RWDSU del verano pasado inspiró a muchos otros, subrayó Joshua Brewer. "Recibimos más de 1.000 solicitudes llegadas de una cincuentena de almacenes diferentes", añadió. Lamentablemente para ellos, el esfuerzo colectivo no prosperó.

"Como la mayoría de los empleadores estadounidenses, Amazon quiere mantener su poder sobre todo, y asegurarse de que los trabajadores no puedan negociar nada", analizó Rebecca Givan, profesora de Relaciones Sociales en la Rutgers University.

Según ella, el grupo de Seattle estaba destinado a realizar "gastos casi ilimitados", para "demostrar que cualquier tentativa de organizarse está destinada al fracaso y desanimar a los demás empleados". A juzgar por los resultados, fue una estrategia efectiva.

Fuente: Clarín

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