Un teléfono móvil perdido o robado puede ser devastador de diferentes maneras. Existen repercusiones obvias que, de forma directa o indirecta, acabarán afectando al bolsillo, especialmente si se tiene en cuenta que la pérdida del mismo supone la obligación de adquirir uno nuevo, especialmente si se utiliza con frecuencia y no se dispone de ningún teléfono secundario en casa (por ejemplo, aquel que ya no se usa desde que se cambió por el perdido).
Pero lo que más preocupa es la posibilidad de que puedan acceder a las contraseñas, fotografías e información comprometida y peligrosa, como podría ser el caso, por ejemplo, de los datos de la tarjeta de crédito (o la propia información bancaria en general, especialmente si se ha cometido la torpeza de guardar los datos de acceso en el almacenamiento interno del dispositivo, como nota recordatoria o borrador de mensaje de texto). Por suerte, existen algunas cosas clave que se deben hacer tan pronto se sea consciente de un robo.
Es de vital importancia establecer desde un primer momento un código PIN o contraseña seguros. Y cuanto más complicado sea de averiguar, mejor. Esto es debido a que cualquiera que encuentre el teléfono móvil intentará desbloquearlo con un código simple.
Por tanto, hay que evitar las típicas contraseñas ‘0000’ o ‘12345’ y escoger una que solo sepa el dueño, y que sea complicada de averiguar (eso sí, que pueda ser recordada fácilmente).
Lo mismo podría ocurrir con el patrón de desbloqueo que se use. Cuanto más complicado sea, más seguro será.
Mientras que en iOS es posible encontrar la opción Buscar mi iPhone, Android dispone de la opción Buscar mi dispositivo, lo que ayudará a encontrarlo más fácilmente, deshabilitarlo de manera remota o incluso borrar su contenido.
Para habilitarlo en Android se debe acudir a Configuración, Seguridad y escoger la opción Buscar mi dispositivo. Luego, simplemente asegurarse de que el interruptor o la palanca se encuentre encendida (y, por tanto, activada).
Tanto si el teléfono móvil se ha perdido, como si ha sido robado, existe la posibilidad de que otra persona intente venderlo en Internet. Antes de que esto ocurra, es una excelente opción anotar el IMEI del teléfono, una opción útil a la hora de verificar si el teléfono es propio si en alguna ocasión aparece.
Para obtenerlo solo hay que ir a Configuración, deslizarse por la pantalla hacia abajo hasta llegar a Acerca del teléfono, y luego acceder al IMEI del mismo. Es recomendable anotarlo y guardarlo en un lugar seguro.
El proceso para bloquear el teléfono móvil Android, aunque doloroso, es bastante simple y sencillo. En primer lugar, hay que dirigirse a la página web oficial de Android dedicada a Encontrar mi dispositivo, y acceder a la Cuenta de Google propia si no se ha hecho con antelación.
En caso de disponer de más de un teléfono móvil, solo hay que elegir aquel que se haya perdido, en la lista que se encuentra situada en la parte superior de la pantalla.
Una vez hecho esto el teléfono móvil perdido recibirá una notificación, y en el mapa aparecerá información sobre la ubicación aproximada donde se puede encontrar el dispositivo. En caso de no poder encontrarlo (por ejemplo, porque se encuentra apagado), se mostrará la última ubicación conocida, siempre que esté disponible.
Ahora se dispone de varias opciones. La más útil en este caso es Bloquear dispositivo, lo que bloqueará el teléfono en cuestión con el PIN, contraseña o patrón de bloqueo. Incluso en caso de no haber configurado con antelación un parámetro de bloqueo se puede hacerlo ahora.
En caso de que el dispositivo se haya perdido, Android ofrece la posibilidad incluso de añadir un mensaje de texto o un número de teléfono en la pantalla de bloqueo.
Otra opción podría ser la de Borrar dispositivo, lo que borrará de manera permanente todos los datos que se encuentren en el teléfono. Eso sí, una vez hecho esto Encontrar mi dispositivo no funcionará, según informó el sitio Muy Interesante.