"Si no aprendemos a programar, vamos a ser analfabetos para el nuevo mundo", dijo Simón Borrero, fundador y CEO de Rappi, la empresa colombiana dedicada a la logística y el delivery urbano de productos. "Tenemos mucho talento, pero hay ausencia en la formación de ese talento", dijo el empresario, al compartir su visión sobre los negocios en América latina.

"Hoy la computación es como aprender a leer a escribir español, o lo que era el inglés hace 20 años. Si no sabíamos inglés, nos quedaba dificilísimo acceder a la mitad de las oportunidades. Ahora, es hora de trabajar muy duro en enseñar el pensamiento computacional a los niños", sostuvo Borrero, creador de la empresa que se caracteriza por sus repartidores con mochilas naranjas.

"Hoy tenemos la oportunidad de equipararnos con los países primermundistas. No tenemos las autopistas ni los puertos ni las maquinarias de su nivel, pero sí tenemos los cerebros de su nivel. Si nos ponemos las pilas y comenzamos a volvernos potencia en programación, vamos a volvernos países del primer mundo", añadió Borrero con entusiasmo, en una conferencia virtual organizada por WeWork.

El empresario, graduado en Administración en la Universidad de los Andes, quien completó un programa ejecutivo de Estrategia e Innovación en el MIT (Estados Unidos), criticó a los dirigentes y funcionarios políticos de la región. "Parecen más departamentos de Recursos Humanos que gerentes del país. En lo público a veces falta el mindset del crecimiento y también nos falta como ciudadanos exigirle eso a los gobernantes. Deberíamos medir a los gobernantes por el crecimiento económico y ellos deberían estar tan estresados como nosotros por ese factor", dijo.

Según planteó, en su visión alcanza con proponérselo para que las economías crezcan. "Como región, tenemos que entender el valor del crecimiento económico, que se ha vuelto un tema político, pero todos queremos lo mismo, que es sacar a millones de la pobreza, los de la izquierda y los de la derecha. La única forma de hacerlo es creciendo nuestras economías al 7% u 8% anual por un par de décadas, como lo hicieron todos los tigres asiáticos o China, que crece aún más que las economías capitalistas".

"Ellos ya lo hicieron y sabemos lo que hay que seguir, pero en Latinoamérica nos quedamos discutiendo si vale la pena o no. Ellos vieron el valor de sacar a millones de la pobreza no por medio del discurso de corto plazo populista sino del discurso de 'Pongámonos a trabajar todos y competir con el mundo'. Tenemos las condiciones para ser competitivos", dijo Borrero con entusiasmo.

En ese marco, también reclamó por la flexibilización de los marcos laborales para ajustar esa regulación al modelo como el de su empresa, que aplica a los repartidores un régimen distinto al del empleo formal en relación de dependencia. "Falta un tema de regulación coherente con la innovación. Discutir la economía colaborativa, viendo todos los beneficios que le trae a la gente, es un poco anticuado. Discutir sobre si se pueden hacer experimentos en biotecnología o no, es un poco anticuado. Nosotros deberíamos ser los más open minded del mundo para permitir inversiones y que la regulación sea coherente a ponerse al día con el resto del mundo", dijo.

Los que no sepan programar serán los analfabetos del futuro

Por último, el empresario nacido en Cali destacó la figura del emprendedor en la región. "Emprender es querer contribuir al progreso. Es más una vocación que un trabajo. No es crear para vender algo y después irte a la playa. Y para eso no hay más que trabajar. Eso es lo que veo en común con emprendedores de Latinoamérica, en todos está la determinación de construir y resolver problemas", dijo.

De todas maneras, intentó diferenciarse de empresarios de años anteriores. "Hay que explicarle a la gente que los emprendedores de esta generación también ha ido evolucionando. El éxito antes se medía en gran parte por cuánto dinero tenías en tu cuenta bancaria", concluyó.

Resiliencia para superar las crisis

"Todos vamos a salir de esto, pero con nuevas cicatrices", dijo Chris Gardner, al analizar los efectos y los impactos de corto y largo plazo que dejará la pandemia de coronavirus. Y para muchos, la palabra de este estadounidense, cuya vida llegó al cine al inspirar el guion de la película En busca de la felicidad, sintetiza la resiliencia y el esfuerzo para superar crisis.

"Al principio de esta pandemia decían que estábamos todos en el mismo barco, y yo digo que no", relató Gardner, en su exposición al cierre de la conferencia. "Pero hay tres cosas seguras: todos los mundos colapsaron al mismo tiempo, nadie sabe cuánto van a durar los cambios y todos vamos a salir, pero con nuevas cicatrices", resumió.

"Todos vamos a salir de esto, pero con nuevas cicatrices", dijo Chris Gardner

Según Gardner, devenido empresario, filántropo y conferencista, por la pandemia de coronavirus la humanidad atraviesa hoy "una misma tormenta" pero en distintos barcos. "Está el de la gente que tiene la flexibilidad de trabajar en forma remota desde la casa, con los desafíos que eso genera o el de los trabajadores de la salud o el los socorristas o trabajadores esenciales que exponen su salud para ir a trabajar, que es muy diferente al barco de los cientos de millones de personas que no tienen un trabajo al que volver", ilustró.

A su vez, fue crítico de los que niegan los efectos del coronavirus y el impacto en la vida de las personas. "Está también el barco de los que no creen que están atravesando ninguna tormenta", planteó.

Luego, definió a esta tormenta como un gran "punto de quiebre". "Es algo que nunca habrías elegido vivir, pero igual hay que enfrentar y atravesar", relató.

Dado el escenario, se refirió a la problemática de los grupos de población que, en diferentes países del mundo, deben abandonar o carecen de un hogar. "Antes de la pandemia ya eramos testigos de una de las mayores crisis humanitarias de la historia. Se estima que el 1% de la población en la Tierra hoy está huyendo de guerras, conflictos o revoluciones en Medio Oriente, de disturbios políticos o el cambio climático, o huyendo de drogas, pandillas y la violencia en Centroamérica", y dijo que si todas esas personas estuvieran juntas en un mismo lugar, sumarían una población que ubicaría ese país como el 24° con más habitantes del mundo.

"En la prensa los llaman inmigrantes, migrantes, refugiados o infiltrados. Yo los llamo sobrevivientes, porque sé lo que significa tener que cuidar a un hijo y huir por tu vida", relató en referencia a su propio recorrido.

"Nadie pudo imaginar lo que estamos viviendo hoy", agregó en referencia a la pandemia y dijo que la generación de los nacidos en el 2000 es la más preparada para enfrentar los cambios. "Fueron gestados con el miedo del Y2K, vivieron la crisis financiera global de 2008 y diez años después les toca el momento actual. La única constante es el cambio grande y aterrador. Así es como funciona el mundo hoy", dijo.

Dada esa realidad, dio su consejo para lidiar con ese contexto: "Cuando cambiás la narrativa, podes cambiar el resultado". "¿Cómo sé que yo soy el mejor? Nunca. Pero trabajo todos los días para eso", dijo. ¿Estoy donde quiero estar? ¿Es esto lo que tengo que hacer en este momento en este lugar en mi vida? ¿Soy el mejor del mundo? Ese es el sentimiento que querés para toda tu vida", concluyó.

La migración tecnológica

Ahorro de costos, eficiencia y escalabilidad. Esos son algunos de los atributos de los servicios de las herramientas de infraestructura en la nube y las oportunidades que ofrece para las empresas, según Marcos Grilanda, líder de Amazon Web Services para América latina.

Según el ejecutivo, los servicios 'cloud' serán clave para la transformación "digital" de las empresas. "La disrupción va a ocurrir, el tema es cuándo", apuntó, en su exposición durante el seminario online.

"En 1963, el tiempo promedio de vida de las empresas era de 33 años, y ahora es de 12. Muchísimas compañías que hoy conocemos van a desaparecer", pronosticó Grilanda, al analizar el impacto de la evolución digital sobre múltiples rubros económicos.

Ese escenario, dijo Grilanda, genera desafíos para los ejecutivos de las empresas. Según una encuesta de AWS que mencionó el ejecutivo, nueve de cada diez líderes empresariales creen que su sector tendrá una disrupción, pero solo uno de cada seis admite tener herramientas para enfrentarlo.

A su vez, dijo que el 63% de los empresarios no están preparados para pasar por la transformación digital. "La nube viene para poner a todos en el mismo nivel de igualdad en cuanto al acceso de tecnología", concluyó.

Servicios financieros: la cuenta pendiente

El impacto de la pandemia del coronavirus y la cuarentena, que aplicaron los países en la región para mitigar su expansión, impulsaron también los métodos de pago digitales. Según Paula Arregui, vicepresidenta y COO de Mercado Pago, en estos meses hubo un 200% de crecimiento en el uso de links de pagos en su plataforma.

El dínero físico se está quedando antiguo

En este escenario, la ejecutiva dijo que el efectivo como medio de pago "quedó un poquito obsoleto" y que eso aceleró la adopción de medios digitales, aunque los billetes todavía representan más del 50% de las operaciones.

A su vez, Arregui precisó que América latina tiene menor penetración del crédito en la población. Mientras que en Estados Unidos los préstamos al sector privado representan el 191% del PBI, y en China, el 155%, esas tasas son del 16% en Argentina, del 36% en México y del 60% en Brasil. A su vez, la ejecutiva detalló que la penetración de las tarjetas de crédito es del 32% en la Argentina y del 16% en México.

De todas maneras, Arregui aseguró que "la Covid-19 aceleró la inclusión financiera en la región", y detalló que unas 35.000 pymes en la Argentina se acercaron a estas alternativas de pago digitales para poder seguir operando. "En estos meses tuvimos un trabajo muy fuerte en pos de la construcción de educación financiera al servicio de las personas", sostuvo en una nota de La Nación. 

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