Por generaciones, el gigante tecnológico Samsung ha sido casi un sinónimo de la propia nación donde se fundó: Corea del Sur.

Pero las cosas han cambiado en los últimos tiempos para el mundialmente conocido fabricante de teléfonos inteligentes, entre otros dispositivos.

El heredero del Grupo Samsung, el multimillonario Lee Jae-yong, que es nieto del fundador de la compañía, se ha visto obligado a disculparse por delitos corporativos, entre los que se incluyen sobornos con grandes sumas de dinero.

Lee habló el miércoles en una sorpresiva conferencia en la sede central de la empresa en Seúl para, además de pedir perdón, anunciar promesas para limpiar la imagen de la compañía y cambiar su dirección.

¿Cómo pretende salir Samsung del escándalo?

Fin a una dinastía

"Nuestra tecnología y productos son considerados de primera clase, pero la mirada pública hacia Samsung sigue siendo dura", dijo Lee, que ocupa el cargo de vicepresidente de Samsung. "Esto es mi culpa. Pido disculpas".

"Me aseguraré de que no habrá más controversias sobre la sucesión en la administración", agregó.

"Y nunca tomaré ninguna medida que vaya en contra de la ley".

En concreto, el multimillonario de 51 años hizo dos promesas clave durante su discurso:

- No permitirá que sus hijos lo sucedan al frente de Samsung, por lo que terminaría con la dinastía que administra la empresa desde 1938.

- La compañía dejará a los trabajadores afiliarse a los sindicatos, algo que ha resistido durante décadas.

Problemas en la justicia

Lee Jae-yong tiene varias cuentas pendientes con la justicia desde hace varios años.

Entre ellas destaca la investigación por una fusión problemática de dos unidades de Samsung que es clave para la planificación de la sucesión y que está relacionada con el escándalo de sobornos.

En 2017, Lee fue encontrado culpable de soborno en el caso de corrupción que sacó del poder a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, y que se ha convertido en el mayor escándalo político de las últimas décadas en el país.

Samsung está acusada de dar donaciones a dos fundaciones operadas por Choi Soon-sil, una amiga íntima de la exmandataria, conocida como la "Rasputina surcoreana".

Las donaciones fueron supuestamente efectuadas a cambio de apoyo político para una controvertida fusión entre la rama electrónica de la firma tecnológica, Samsung C&T, y una empresa afiliada, Cheil Industries.

La fiscalía encontró aportes por u$s 36 millones a las fundaciones operadas por Choi Soon-il.

El empresario fue sentenciado a cinco años de prisión, pero solo pasó un año tras las rejas.

Samsung apeló la sentencia, pero la Corte Suprema del país revocó en agosto pasado el fallo de una corte de apelaciones, lo que plantea la posibilidad de que Lee vuelva a prisión.

La expresidenta continúa presa con una sentencia de 25 años de cárcel.

Lee Jae-yong también es protagonista de una investigación en curso por un presunto fraude contable en la filial de biotecnología de Samsung, Samsung BioLogics.

Críticas

A pesar del éxito de Samsung como el fabricante de chips de memoria más grande del mundo y un importante productor de teléfonos inteligentes, los problemas legales que rodean a la familia los ha vuelto impopulares en Corea del Sur, indicó BBC Mundo.

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