El mercado global de stablecoins podría alcanzar una capitalización cercana a los USD 600.000 millones hacia 2028, según un informe reciente de JPMorgan que analiza tendencias estructurales del ecosistema cripto.
La estimación contrasta con escenarios mucho más optimistas que proyectan valuaciones de hasta USD 2.000.000 millones o incluso USD 4.000.000 millones, cifras que el banco considera poco probables bajo las condiciones actuales.
Stablecoins: crecimiento fuerte, pero concentrado
JPMorgan sostuvo que, pese al crecimiento acelerado del sector, la demanda de stablecoins continúa siendo mayormente un fenómeno interno del mercado cripto, sin consolidarse aún como una solución dentro del sistema de pagos tradicionales.
Durante el último año, la capitalización del mercado de stablecoins aumentó cerca de USD 100.000 millones, alcanzando aproximadamente USD 308.000 millones, impulsada principalmente por USDT de Tether y USDC de Circle.
Según los analistas del banco, la demanda de estos activos permanece estrechamente vinculada a la actividad de trading, especialmente dentro de mercados de derivados y aplicaciones de finanzas descentralizadas de alcance global.
El informe detalló que las plataformas de derivados incrementaron sus tenencias de stablecoins en torno a USD 20.000 millones, acompañando un repunte significativo en el volumen de operaciones de futuros perpetuos.
Nikolaos Panigirtzoglou, líder del equipo de análisis, explicó que la mayor parte de la demanda surge de su uso como efectivo o colateral dentro del ecosistema cripto, facilitando operaciones complejas.
Este rol resulta clave para habilitar compraventas, préstamos y estrategias de cobertura sofisticadas en DeFi, donde la estabilidad relativa de las stablecoins aporta eficiencia operativa frente a otros activos digitales volátiles.
El banco destacó que estos instrumentos se transformaron en una infraestructura esencial para el funcionamiento cotidiano de los mercados cripto, permitiendo gestionar riesgos y mover capital de forma ágil.
Este patrón refuerza la visión de JPMorgan de que el crecimiento actual no refleja una adopción masiva en pagos cotidianos, sino necesidades específicas de liquidez dentro de mercados altamente especializados.
Pagos, velocidad y límites estructurales al crecimiento del mercado
Aunque las stablecoins fueron concebidas parcialmente como herramientas de pago digital, JPMorgan considera que este uso sigue siendo un motor secundario de demanda, pese a pilotos activos en transferencias transfronterizas.
El informe subrayó que una mayor adopción en pagos no implica necesariamente un crecimiento proporcional en la oferta total de stablecoins, debido al aumento potencial de la velocidad de circulación de los tokens.
A medida que mejora la integración tecnológica, una misma cantidad de stablecoins puede soportar un volumen mayor de transacciones, reduciendo la necesidad de emitir significativamente más unidades en el sistema.
Esta dinámica contrasta con las narrativas más alcistas que asumen que el avance de los pagos digitales requiere automáticamente una expansión masiva del suministro de stablecoins.
Para JPMorgan, este factor introduce un límite estructural al tamaño potencial del mercado, incluso en escenarios donde los pagos con stablecoins ganen mayor relevancia internacional.
Bancos, CBDC y un escenario de competencia creciente
El informe también remarcó que bancos tradicionales y redes de pago avanzan activamente para preservar su rol dentro de los flujos institucionales mediante depósitos tokenizados y soluciones basadas en blockchain.
Estas iniciativas buscan ofrecer eficiencia operativa sin ceder control a emisores privados de stablecoins, manteniendo la custodia y la supervisión dentro de marcos regulatorios tradicionales y bien definidos.
En paralelo, el desarrollo de monedas digitales de bancos centrales, conocidas como CBDC, podría introducir alternativas reguladas que compitan directamente con las stablecoins privadas a nivel institucional.
Según JPMorgan, estas soluciones podrían resultar atractivas para actores que priorizan respaldo estatal, claridad regulatoria y menor exposición a riesgos asociados a emisores privados.
En conjunto, el banco proyecta un escenario de expansión sostenida pero moderada, donde las stablecoins seguirán siendo clave para el ecosistema cripto, aunque lejos de justificar estimaciones exuberantes.