En un país dolarizado también en el mundo digital, y en pleno Mes de la Concientización en Ciberseguridad, los casos recientes de hackeos a la Policía Federal Argentina y al Hospital Sommer dejaron al descubierto un riesgo que ya no se limita al ámbito estatal: la fragilidad digital también golpea al universo cripto.
De los mitos a la realidad: las grietas de la seguridad cripto
Eso preocupa especialmente en la Argentina, uno de los países con mayor adopción de criptomonedas de la región. Como muestra, sobra un botón: el dólar cripto fue protagonista una vez más el fin de semana de elecciones.
Según Bitwage, plataforma global para cobros de honorarios en criptomonedas, el 48% de los pagos empresariales en el mundo termina en manos de profesionales argentinos y el 75% de ellos elige hacerlo en stablecoins, monedas digitales atadas al valor del dólar.
Esa preferencia no sorprende: en un país donde la inflación es estructural, la búsqueda de estabilidad se replica también en el ecosistema digital.
"Llevamos más de diez años en el mercado y nunca sufrimos un hackeo. Pero vemos usuarios que pierden fondos por caer en trampas de phishing o un simple clic equivocado. El riesgo no está tanto en la tecnología, sino en los descuidos humanos", advierte Fabiano Días, desarrollador internacional de negocios de Bitwage en declaraciones a iProUP.
Los ataques recientes demostraron que la amenaza digital se infiltra incluso en los lugares menos esperados. En agosto, el Hospital Sommer fue víctima de un secuestro de dominio: los atacantes aprovecharon la web institucional para difundir un token falso, $Sommer. Semanas después, las cuentas oficiales de la Policía Federal Argentina fueron hackeadas y utilizadas para promocionar otro activo fraudulento, $MIRA, que permaneció activo durante más de una hora.
Estos incidentes locales sirven de espejo para un fenómeno global. Según el informe Mid-Year Crypto Crime Update de Chainalysis, en lo que va de 2025 ya se robaron más de u$s2.170 millones en activos virtuales, con lo que ya supera todo lo sustraído durante 2024. El hackeo a ByBit fue el más grande del año y confirma que los ciberdelitos en el sector cripto ganan sofisticación.
Regulación, cooperación y trazabilidad: las tres claves del nuevo escenario
El Gobierno argentino comenzó a endurecer los controles sobre el ecosistema cripto para reducir el lavado y los fraudes, al tiempo que la Cámara Argentina Fintech firmó un acuerdo con el Ministerio de Seguridad para capacitar fuerzas policiales y coordinar la investigación de delitos digitales.
Estos avances marcan un cambio de enfoque: la seguridad ya no es solo responsabilidad del usuario o de las plataformas, sino parte de una estrategia de Estado que busca modernizar la respuesta ante el crimen financiero digital.
En paralelo, el caso del Departamento Judicial de Azul, que logró rastrear y recuperar criptoactivos en una causa de fraude, demostró que la trazabilidad en blockchain, lejos de ser un mito, puede convertirse en una herramienta judicial poderosa.
Las plataformas con base en la región también asumen un rol pedagógico. "A veces, es más engorroso el proceso de alta de usuario, pero esas precauciones nos han permitido ser elegidos por empresas institucionales frente a otros players más grandes", sostiene María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMkt, empresa que obtuvo la calificación A+ en el test de seguridad Mozilla Observatory, la más alta del ranking.
Desde el sector privado, los expertos repiten la receta básica pero efectiva, que se compone de 7 cuestiones:
- Activar autenticación en dos pasos (2FA) con aplicaciones, no con SMS
- Nunca guardar la frase semilla en formato digital
- Mantener firmware y software actualizados
- Revisar direcciones antes de transferir fondos
- Usar contraseñas únicas para cada exchange o billetera
- Desconfiar de promociones y enlaces externos, por más atractivos que parezcan
- Certificaciones y estándares: el blindaje invisible
La seguridad también se valida con auditorías. En julio de 2025, Bitwage completó la auditoría SOC 2 Type 2, una de las más exigentes del sector tecnológico. "Con más de 11 años de operaciones diarias sin brechas, seguimos actualizados frente a las nuevas amenaza", afirma John Lindsay, CTO y cofundador de la compañía en diálogo con este medio.
La Argentina avanza hacia una economía cada vez más dolarizada en sus hábitos financieros y las stablecoins son hoy su cara digital más extendida. Pero el crecimiento de este mercado también trae nuevos riesgos. Los casos recientes, tanto locales como globales, confirman que la próxima gran brecha puede no estar en la tecnología, sino en el error humano o la falta de educación digital.
Y esa es quizás la lección más importante: en el país donde los dólares digitales son refugio, la seguridad se volvió la nueva forma de estabilidad.