SWIFT, la red interbancaria que conecta más de once mil instituciones, inició una prueba blockchain para integrar mensajería y pagos, buscando reducir costos, acelerar liquidaciones y modernizar procesos financieros internacionales.
El ensayo se desarrolla en Linea, solución de capa dos creada por ConsenSys sobre Ethereum, que permite transacciones seguras, rápidas y económicas, garantizando escalabilidad y confiabilidad para operaciones críticas entre bancos de gran relevancia.
Más de una docena de bancos globales, incluyendo BNP Paribas y BNY Mellon, participan en la iniciativa, cuyo objetivo es combinar comunicación y liquidación en una sola transacción blockchain, transparente y verificable.
Prueba de blockchain para mensajes y liquidación bancaria
Históricamente, SWIFT se limitó a transmitir instrucciones de pago entre bancos sin ejecutar transferencias, pero ahora apunta a unir mensajería y liquidación directamente en blockchain dentro de una sola transacción bancaria atómica.
La elección de Linea como entorno de prueba garantiza transacciones más rápidas, económicas y seguras, aprovechando la escalabilidad de una capa dos y la robustez de la red principal de Ethereum para operaciones interbancarias críticas.
El proyecto también evalúa crear un token tipo stablecoin para facilitar liquidaciones inmediatas entre instituciones financieras, reforzando la capacidad de SWIFT de adaptarse al ecosistema de cadenas de bloques sin sacrificar cumplimiento regulatorio.
Bancos como BNP Paribas y BNY Mellon participan activamente para comprobar si la tecnología blockchain puede mantener estándares de privacidad, eficiencia y gobernanza que exigen las operaciones financieras globales de gran volumen.
Esta iniciativa marca un cambio estratégico que podría redefinir la infraestructura de pagos internacional, reduciendo intermediarios y simplificando procesos históricos en el sistema financiero mundial.
Stablecoins, competencia y desafíos regulatorios
La integración de stablecoins en transacciones interbancarias promete reducir intermediarios, eliminar demoras y disminuir fricciones contables, impulsando la adopción de estos activos digitales en el sistema financiero tradicional con rapidez y eficiencia a escala internacional.
SWIFT se posiciona frente a competidores como Ripple, que ya ofrece soluciones blockchain para liquidaciones rápidas, buscando recuperar ventaja en la carrera por la digitalización de pagos y comunicaciones financieras globales de alto valor estratégico.
Existen riesgos técnicos relevantes: asignación de costos en la red Linea, robustez de contratos inteligentes y protección de datos bajo exigentes estándares de seguridad bancaria y confidencialidad globalmente aceptados por los principales reguladores internacionales.
La integración requiere puentes tecnológicos complejos y pruebas de interoperabilidad rigurosas, garantizando continuidad operativa y protección frente a fallas que puedan comprometer operaciones críticas entre grandes instituciones financieras mundiales.
El cumplimiento regulatorio es clave: los bancos deberán demostrar que pueden aplicar normas de prevención de lavado, controles KYC y reportes transfronterizos incluso en un entorno on-chain supervisado por autoridades de varios países.
El éxito de la prueba dependerá de que las entidades participantes logren equilibrar la velocidad prometida por blockchain con los requisitos de seguridad, privacidad y supervisión que demanda el ecosistema financiero global contemporáneo.
Impacto en la infraestructura de pagos global
La iniciativa de SWIFT con stablecoins y mensajería on-chain representa un punto de inflexión en la convergencia entre finanzas tradicionales y criptomonedas, abriendo un nuevo paradigma para transferencias bancarias internacionales.
Si el piloto resulta exitoso, los bancos podrán reducir costos de infraestructura, aumentar la transparencia de las operaciones y acelerar la liquidación de fondos en movimientos de gran escala entre distintos países.
El proceso no será inmediato: reguladores, participantes y desarrolladores deberán validar seguridad, gobernanza e interoperabilidad antes de la adopción plena para proteger la estabilidad del sistema financiero internacional.
Este proyecto anticipa que las stablecoins podrían pasar de ser un recurso exclusivo del ecosistema cripto a convertirse en un pilar central de la infraestructura de pagos global del futuro.