En la décima reunión anual del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) celebrada en Río de Janeiro, el mandatario de Brasil propuso al organismo debatir la creación de una moneda comercial alternativa y nuevas estrategias de financiación para el Sur Global.
Lula da Silva destacó la urgencia de avanzar en estas iniciativas para evitar que el siglo XXI reproduzca las profundas desigualdades estructurales y económicas que caracterizaron gran parte del siglo XX en el mundo.
Brasil propone un nuevo modelo financiero global
El presidente de Brasil destacó la urgencia de que el Nuevo Banco de Desarrollo proponga soluciones innovadoras frente al avance del proteccionismo, el unilateralismo y la crisis climática que afectan a los países emergentes.
"Nuestro banco es más que un gran banco para los países emergentes; es la prueba de que una arquitectura financiera reformada es viable y que un nuevo modelo de desarrollo más justo es posible", afirmó Lula durante su intervención.
El mandatario también cuestionó a las instituciones financieras multilaterales tradicionales por imponer condiciones restrictivas en sus préstamos, subrayando que estas políticas profundizan la desigualdad y afectan a las economías más vulnerables.
"Ustedes pueden y deben mostrar al mundo que es posible crear un nuevo modelo de financiación, sin condicionalidades", instó Lula, y agregó: "la austeridad exigida llevó a los países a empobrecerse, cada vez que se habla de austeridad el pobre se vuelve más pobre y el rico más rico".
Lula celebró la creciente influencia del banco, resaltando la adhesión de Argelia y los avances en los procesos de incorporación de Colombia, Uzbekistán y Uruguay como señales de fortalecimiento institucional y de mayor alcance global.
Finalmente, el mandatario anunció que se evalúa la instalación de un cable submarino para conectar a los países BRICS, lo cual reforzaría la soberanía tecnológica y la velocidad del intercambio de datos entre sus miembros.
Los BRICS y la autonomía financiera
Anton Silouanov, ministro de Finanzas de Rusia, ha dejado claro que su prioridad es establecer una arquitectura financiera autónoma para los BRICS, desvinculándose de las estructuras occidentales.
El objetivo es reducir la dependencia del sistema SWIFT, proponiendo el uso de monedas nacionales y activos digitales como soluciones viables.
"Un sistema independiente basado en instrumentos digitales es necesario para el desarrollo comercial de los BRICS", señaló Silouanov en su intervención.
El ministro también aboga por la creación de una red de pagos transfronterizos, diseñada para eludir las restricciones impuestas por las potencias occidentales.
Esta infraestructura permitiría fortalecer los intercambios entre los países miembros del bloque, con la promesa de que el bitcoin o activos digitales podrían ser parte de este nuevo sistema.
Sin embargo, la aplicación de estos activos estaría sujeta a los estándares soberanos de cada nación.
El enfoque de Rusia forma parte de un proyecto más amplio dentro de los BRICS, que buscan emanciparse de un sistema financiero global dominado por el dólar.
La idea de un sistema multimoneda o descentralizado se ha convertido en una prioridad, especialmente tras las sanciones impuestas a Moscú.
Los BRICS apuestan por oro y cripto frente al dólar
Ante la creciente diversificación económica global, Donald Trump ha reaccionado con amenazas y sanciones, afirmando que sancionará a "cualquier país que dé la espalda al dólar". No obstante, los BRICS siguen su camino.
La fuerza de los BRICS radica en su diversidad estratégica. Rusia experimenta con oro digital, China desarrolla su yuan digital y India avanza con monedas respaldadas por bancos centrales. Juntos, forman un ecosistema paralelo al sistema financiero tradicional.
A pesar de la reacción de Estados Unidos, los BRICS han decidido avanzar sin esperar la autorización de Washington. Cada nación sigue su propio ritmo para construir una alternativa creíble al sistema monetario global.
Los activos digitales, como las criptomonedas y stablecoins respaldadas por oro, juegan un papel fundamental en esta transición.
Rusia está probando el oro digital para eludir el sistema SWIFT, mientras que se construye, en silencio, una red de pagos alternativa que refuerza la independencia financiera del bloque.
A pesar de que bitcoin sigue bajo vigilancia, está ganando credibilidad y se suma a la estrategia financiera de los BRICS.
El oro, por su parte, ha alcanzado récords históricos, confirmando que la combinación de activos tradicionales y digitales está dando frutos. Esta estrategia parece estar diseñada para rediseñar el orden monetario global, alineándose con los intereses de los BRICS.