Comenzó a comercializar su arte como NFT en 2019 y, al poco tiempo, vendió una de sus obras por más de 3 millones de dólares. Se trataba de Bitcoin Angel, un NFT basado en la obra de Bernini El éxtasis de Santa Teresa.

Trevor Jones tiene ahora 51 años. En 2019, cuando comenzó a hacer tokens no fungibles (NFT por sus siglas en inglés), necesitaba pedir dinero prestado para subsistir. Ahora, afirma, ha llegado a ganar 4 millones de dólares en un día. El caso de este millonario gracias a la tecnología blockchain lo cuentan en The Guardian.

El artista de NFT Trevor Jones

Dejó su ciudad natal en el oeste de Canadá para instalarse en Edimburgo. Allí trabajó, primero como camarero y después en la función de gerente, en el Hard Rock Cafe

Pero la cabeza le hizo clic tras una ruptura amorosa, relata, "tenía 30 años y decidí que necesitaba un cambio, así que luche por entrar en un curso básico de arte en la Leith School of Art, que siguió con una licenciatura en la Universidad de Edimburgo".

Corría el año 2000 y las cosas tardaron mucho en mejorar. Aunque, al menos, Jones ya tenía en mente un proyecto de vida.   

Códigos QR en los cuadros

En 2012, su devenir empezó a tener mejor color. Y la culpa, principalmente, la tuvo una idea original y de la que, asegura, "la gente se reía". Jones incorporó códigos QR a su arte, de esa manera, cualquiera podría escanearlos y acceder a una suerte de galería online. 

No fue hasta 2019, cuando Jones llegó al mundillo de los NFT. Con la ayuda de especialistas, convirtió alguna de sus pinturas en vídeos cortos, que vendió como Non-Fungible Tokens. 

Uno de sus mayores éxitos fue Bitcoin Angel, que estaba basado en la obra barroca de Bernini El éxtasis de Santa Teresa. Lo vendió, a través del sitio web Nifty Gateway, por 3 millones de dólares.

Finalmente, luego de los código QR, fueron los NFT los que cambiaron la vida del artista

"Las galerías te pagan 2 meses después, así, tengo el dinero en mi 'wallet' en 3 minutos"Debate recurrente es el de cómo podrán convivir las galerías tradicionales con esta nueva y tecnológica forma de arte. 

Jones afirma que varias galerías han intentado que vendiera sus cuadros con ellas. Pero lo tiene claro: afirma que ya tuvo una exposición en una galería, trabajó un año para crear las pinturas y pagó todo (encuadre, gastos generales del estudio...). 

Por si fuera poco, continúa, "puedes vender o no, pero la galería cobra entre un 45% y un 55% de comisión. Y después te pagan en uno o 2 meses. ¿Y ahora? Vendo algo y en 3 minutos tengo el dinero en mi billetera digital".

La calidad de las obras es otro de los ítems habituales dentro de la controversia entre el arte tradicional y el actual. En este sentido, Jones es un artista peculiar, puesto que ha llegado a vender el NFT y, también, la pintura original en la que se basaba. 

Pero si vendía la pintura por más dinero que el NFT, señala, hubiera provocado la ira del sector criptográfico. Por ello, vendió su obra Bitcoin Bull como un NFT 55.555 dólares y el cuadro original por 555,55 dólares menos.

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