Un contrato inteligente es una analogía para describir a una porción de código informático que puede ejecutarse automáticamente de manera determinística. En fin, no es tan inteligente.

Para poder entender un poco más de qué se tratan, podríamos poner como ejemplo a la clásica máquina expendedora de dulces. Si un chocolate sale 70 pesos y solo le ponemos un billete de 50, la misma nunca nos va a entregar el chocolate por más que lo intentemos cien veces. La máquina está programada con una serie de reglas que si se cumplen (recibir 70 pesos), entregará el chocolate.

Ahora bien, es fácil pensar que tan solo es un programa como cualquier otro, pero la verdadera magia se da al comprender el entorno en el cual funcionan los contratos inteligentes: la blockchain.

Para hacerlo sencillo, una blockchain es como una red de computadoras conectadas a través de internet de manera descentralizada y que permite a cada una tener una copia de estos contratos, haciendo así que no solo sea imposible de adulterarlos, sino que también sean resistentes a la censura y la confiscación. Esto les da la posibilidad de innumerables aplicaciones.

Al estar alojados en una blockchain, los contratos inteligentes están disponibles 24/7, lo que les da otra gran ventaja, ser accesibles desde cualquier parte del mundo, a toda hora. Al día de hoy, la cadena de bloques por excelencia para el desarrollo de contratos inteligentes es Ethereum, pero muy probablemente tendremos una competencia feroz por este lugar en el futuro cercano.

Uno de los primeros sectores para el desarrollo y aplicación de contratos inteligentes fueron las finanzas. Los motivos podrían explicarse pensando en que no existe un mejor incentivo para la participación de las personas que el dinero, que a su vez está en total control del individuo en la mayoría de estos casos.

Y es que esta tecnología permite crear instrumentos financieros más flexibles que los tradicionales, pero también la posibilidad de poner a prueba diferentes conceptos económicos poco estudiados o completamente nuevos, a gran escala.

El éxito en este campo podemos medirlo con el crecimiento exponencial en la cantidad de dinero depositado en contratos inteligentes en el último año. La cifra al día de hoy asciende a la friolera suma de casi 27.000 millones de dólares.

 Ahora, esto no significa que esté libre de riesgos. Sabiendo que los mismos alojan semejantes cantidades en su interior, también son un blanco atractivo de ataque. Es por esto que también están creciendo diferentes soluciones para asegurar este capital.

Pero no todo resulta código ilegible para la mayoría de los mortales. Para que las personas puedan sacar provecho de todos estos instrumentos financieros, es que existen herramientas como Zerion, un portafolio multiplataforma para finanzas descentralizadas que permite a los usuarios depositar, invertir, comerciar, prestar y pedir prestado de una manera rápida y sencilla.

Si bien los contratos inteligentes se vienen utilizando de una manera prácticamente aislada del mundo tradicional, el desarrollo de mecanismos que permitan suplir de información del mundo real a los mismos, va a permitir que el alcance que tengan sea mucho más amplio. Así es que existen diferentes sectores que podrían ver una aplicación más inmediata como lo son la logística, IoT (Internet of Things), producción, bases de datos, etc.

Un ejemplo fácil de analizar es el desarrollo que está registrando el sector inmobiliario, en el que a través de contratos inteligentes es posible tokenizar un inmueble. Básicamente, dividir una propiedad en cientos o miles de porciones llamadas tokens y a partir de ahí permitirles usarlos como forma de inversión, cobrando la porción de la renta genera el mismo.

En consecuencia, una persona en Argentina podría ser dueño del 0,1% de un departamento en Estados Unidos y cobrar la renta que este genera. No solo eso, también podría utilizar ese token como colateral (garantía) para luego pedir un préstamo. La cantidad de posibilidades y legos que se pueden armar gracias a los contratos inteligentes es enorme.

No podemos decir con certeza cuál será el siguiente sector que evolucionará más rápidamente en la utilización de contratos inteligentes, pero lo que sí podemos esperar es que el mismo sea en forma parabólica. Es más, es probable que grandes avances se estén desarrollando en este mismo momento en cualquier parte del mundo, ya que cualquier persona con conocimientos y una computadora podrían estar diseñando el próximo gran avance.

 Me gustaría cerrar con una frase que refleja el sentimiento que se vive hoy en día para muchos de los que estamos en esta industria: "cuando el público en general se dé cuenta realmente de lo que se está construyendo, les va a volar la cabeza".

*Nahuel Burbach es miembro argentino de Zerion, una interfaz para el manejo de finanzas descentralizadas (DeFi)

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