"El euro digital complementaría el efectivo, no viene a reemplazar", explica el Banco Central Europeo. A principios de octubre, el máximo organismo bancario de Europa ha publicado un informe sobre la creación de un euro digital, una moneda virtual que existiría en forma electrónica, accesible por todos los ciudadanos y permitiría realizar pagos "de forma rápida, sencilla y segura". 

La idea de una divisa electrónica emitida por el Banco Central se ha visto catapultada con la pandemia y el desarrollo de pagos en línea.

Por lo pronto el BCE remarca que el euro digital no reemplazará el dinero en efectivo en ningún caso. "Los europeos recurren cada vez más a lo digital en la forma en que gastan, ahorran e invierten. Nuestro papel es asegurar la confianza en el dinero. Esto significa asegurarse de que el euro sea apto para la era digital. Deberíamos estar preparados para emitir un euro digital, en caso de que surja la necesidad", ha afirmado Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.

Monedero digital

El euro "digital" sería una especie de banco central electrónico, que conviviría con el dinero en metálico.

Christine Lagarde, presidente del BCE, propulsora del proyecto

Particulares y empresas podrían almacenar estas divisas en un "monedero digital". Se prevé que puedan depositar directamente esta moneda en el banco central, hasta ahora reservado a los bancos comerciales.

"Permitiría a todos efectuar pagos diarios rápida y fácilmente y en total seguridad", explica el BCE en un reciente informe.

Sus promotores sostienen que las transacciones serían mucho más rápidas, incluso instantáneas, ya que prescindirán de la intermediarios bancarios, y estarían disponibles las 24 horas, los siete días de la semana.

Su mecanismo podría utilizar la tecnología blockchain (cadena de bloques) como las que utilizan las monedas virtuales como el bitcoin, pero sin la volatilidad de las monedas digitales.

Electrochoque de Libra

El BCE quiere acompañar la explosión de los pagos pagos sin intermediarios (los bancos), que aumentó con la pandemia de covid-19.

Incluso en Alemania, país donde el dinero en especie ha sido durante mucho tiempo el preferido, los consumidores han gastado en 2020 por primera vez más dinero con tarjeta.

El BCE teme que este entusiasmo favorezca a las monedas virtuales privadas o las divisas extranjeras.

En 2019, el proyecto de Facebook de crear una moneda virtual, Libra, "precipitó la reflexión de los bancos centrales", afirma a la AFP Frederik Ducrozet, experto de la agencia Pictet Wealth Management.

De hecho, países como China o Estados Unidos han empezado a reflexionar seriamente sobre la emisión de sus propias monedas digitales, arrastrando al BCE a su vez a organizar una respuesta.

El presidente del grupo de trabajo, Fabio Panetta, cree que un euro digital reforzaría la soberanía financiera de la Unión Europea.

Este euro digital sería también un nuevo canal para las políticas monetarias del banco central que tendría un acceso directo a los ciudadanos y podría, por tanto, mediante una tasa de remuneración, "estimular directamente el consumo de los hogares y la inversión de las empresas", escribe el BCE.

El BCRE cree que "un euro digital contribuiría a la soberanía financiera y reforzaría el papel internacional del euro"

Salvaguardas

El principal riesgo es la huida de los ahorradores hacia esta nueva forma de moneda, que permite evitar los gastos que genera una cuenta de ahorro clásica, lo que debilitaría a los bancos de la zona euro.

Un riesgo, si cabe, más serio "en periodo de crisis", porque los ahorradores, desafiando al sistema bancario, podrían convertir sus cuentas corrientes, según el BCE.

Para evitarlo, el BCE propone limitar el número de euros digitales que cada cual podría poseer o intercambiar.

Asimismo, "¿cuál es grado de anonimato deseado? Tocamos tanto al respeto de la vida privada y a la lucha contra el blanqueo, que son objetivos igualmente legítimos de la sociedad. No corresponde a los bancos centrales decir cuál es el más importante. Por lo que es necesaria una discusión política!, señaló en una entrevista reciente Benoît Coeuré, antiguo miembro del directorio del BCE y director del polo de innovación tecnológica del Banco de Pagos Internacionales (BPI).

¿Pronto en la billetera?

La consulta, que pretende conocer lo que espera el público, el sector financiero y las instituciones, va a durar tres meses.

Se realizarán "tests" durante seis meses. Después, el BCE decidirá "hacia mediados de 2021" empezar a crear o no el euro digital.

Pero aunque lo haga, habrá que contar "entre 18 meses y 3 o cuatro años" para que se concrete la iniciativa, según una fuente cercana al proyecto.

Para concluir, Según publica en una carta abierta, Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE: "un euro digital contribuiría a la soberanía financiera y reforzaría el papel internacional del euro". Este euro digital estaría diseñado para estar disponible fuera de la zona euro, ahorrar costos y ser sostenible con el medio ambiente.

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