"Cambia, todo cambia", repite la canción, que calza justo con el devenir de la economía argentina. Lo único que se mantiene inalterable es el dólar como refugio por excelencia.

El problema es que, a la hora de atesorar, las restricciones a la compra se han hecho costumbre en el país. En este marco, los ahorristas van explorando cuáles son las inversiones más convenientes para proteger el capital.

Es así como entraron en escena las monedas digitales, utilizadas en sus inicios sólo por los más "techies" o bien por aquellos dispuestos a tomar ciertos riesgos con el fin de obtener cierta rentabilidad.

Sin embargo, en estos últimos meses, estas divisas alcanzaron un inesperado nivel de popularidad ante las devaluaciones y las continuas medidas para los ahorros en moneda dura.

Según las casas de cambio virtuales, en el país se quintuplicaron las transacciones, y se estima que ya hay más de 900.000 personas que apuestan a esta alternativa de inversión.

Sin fronteras

Según datos brindados por la empresa Coinmarketcap, el mercado de monedas digitales está valuado en u$s265.000 millones, con casi u$s70.000 millones de transacciones diarias. Fruto de estos índices en constante aumento, en la actualidad operan unas 314 casas de cambio dedicadas a este segmento de negocio en todo el planeta.

Bitcoin, una de las tantas monedas digitales que operan, lidera el ranking de las más usadas con una capitalización de mercado superior a u$s17.000 millones y un valor por unidad de u$s9.400.

Si bien el año pasado cerró con Turquía como la nación que más utiliza este tipo de activos, lo cierto es que América Latina reúne la mayor cantidad de adeptos, con tres países en el top-5.

Argentina ocupa el cuarto puesto del escalafón mundial en el uso de divisas virtuales, pero si se realiza un desglose por ciudades, Buenos Aires se coloca en un lugar que puede sorprender a muchas personas: según el mapa colaborativo CoinMap (elaborado por los propios usuarios y que muestra la ubicación de empresas y servicios que aceptan criptomonedas), está en la cima del ranking en Latinoamérica.

Matías Bari, CEO y cofundador de Satoshi Tango, una de las principales casas de cambio virtuales a nivel local, explica a iProUP que uno de los puntos fuertes que sustentan estas estadísticas es el "enorme talento" en tecnología, aunque lamenta que la situación económica atente contra el volumen de operaciones.

"La Argentina, sin dudas, tiene muchísimos adeptos a las monedas digitales. Yo no tengo ninguna duda de que somos un faro en la región", agrega. En su visión, "el país posee muchísima gente interesada y un gran potencial. Tiene universidades gratuitas que son muy buenas y cada día hay más empresas e instituciones interesadas".

Pero hay más:

- La Capital Federal cuenta con al menos 145 comercios en los que pueden abonarse con divisas virtuales y, además, tiene una comunidad digital muy activa a través de redes sociales.

- Como si esto fuese poco, la "Reina del Plata" fue distinguida por Forbes como la segunda "criptociudad" del mundo, solamente superada por Praga, República Checa.

- A nivel latinoamericano, la metrópoli albiceleste es escoltada por Bogotá y Ciudad de México, con 87 y 43 puntos respectivamente. Caracas (33) y Río de Janeiro (30) completan los cinco primeros.

Buenos Aires, líder en monedas digitales en la región

"En otros países, las operaciones tienden a concentrarse solamente en la compra y venta. Nosotros tenemos muchísimos desarrollos. Somos un país modelo porque acá se genera valor y la gente emprende", subraya Bari, quien destaca además el "amplio universo cripto" que existe localmente.

Además, las barreras de entrada son bastante bajas en Argentina. Según Bari, Satoshi Tango tiene un mínimo para operar "que es de 3.000 pesos para la compra y se puede abonar de múltiples maneras con las plataformas de pago más conocidas".

¿Cualquiera puede usarlas?

La llegada de la pandemia ayudó a que el universo de las divisas virtuales ganara en usuarios, sobre todo porque la cuarentena provocó que muchas personas se sumergieran en él. Ahora, casi todos han escuchado hablar de Bitcoins, pero en sus inicios estuvo reservado para unos pocos.

Para el analista económico y director de la Consultora Focus Market, Damián Di Pace, se trata de una modalidad parecida a la del oro. Es decir, se trata de opciones para canalizar el dinero en las que se requiere de ciertos conocimientos, lo que hace que algunos las dejen afuera de su radar.

"El volumen de operaciones con monedas digitales creció en todo el planeta en estos últimos meses y Argentina no es la excepción", destaca Bari, quien resalta el papel de la información como motorizador de esta tendencia.

En la misma sintonía, Daniela Sánchez Alejo, vocera de Pago Línea, firma dedicada a la venta de divisas virtuales, que acaba de desembarcar en la Argentina, señala que las restricciones ayudaron al aumento de las transacciones.

"Mucha gente abrió un poco más la mente gracias a la información a la que accedió. Aprendió qué son las monedas virtuales y qué se puede hacer con ellas. Sobre todo, personas de mediana edad", analiza la especialista.

Consejos para sumarse

Antes de comprar, las personas deben registrarse en las plataformas habilitadas y validar sus datos. Recién ahí estarán en condiciones de operar.

Al ser consultados sobre los diferentes aspectos que deben ser tenidos en cuenta al momento de dar el salto, los especialistas destacan que es fundamental informarse previamente para conocer sobre las diferentes opciones que ofrece el mercado y cómo funciona cada una de ellas.

"Muchos argentinos lo ven como algo nuevo, no tienen idea de cómo se usa. Cuando se les explica van poniendo de lado las barreras y dejan aflorar su curiosidad y las ganas de aprender", detalla Sánchez Alejo.

En efecto, la moneda digital más usada se basa en una tecnología llamada blockchain, que consiste en un registro único e inviolable de todas las transacciones realizadas. Esta base de datos no sólo está cifrada por un poderoso algoritmo, sino que además existe una copia en la computadora de cada uno de los usuarios que descarguen el monedero oficial (Bitcoin Core Wallet).

Para operar, cada usuario cuenta con dos claves, consistentes en dos largas cadenas de caracteres conformadas por letras, números y símbolos al azar:

  • Una pública: se utiliza como identificación, como si fuera el número de cuenta, para saber desde y hacia dónde van los fondos
  • Otra privada: su finalidad es similar a la de una contraseña. Se usa para firmar las transacciones y validar la propiedad de la cuenta

"Estos dos datos deben guardarse en un lugar seguro, ya que no existe la posibilidad de recuperarlos tal como puede ocurrir con el nombre de usuario y contraseña de otros servicios online", advierten los especialistas consultados.

Si bien usar el monedero de Bitcoin es el modo más seguro de operar, algunas fintech ofrecen el sistema de "custodia". Es decir, crean claves propias para cada usuario, las gestionan y les permiten operar como si fuera una billetera virtual, sólo recordando usuario y contraseña.

Entre ellas se destaca SatoshiTango, que ofrece su propia billetera. Según Bari, su CEO, esta aplicación permite:

  • "Tener una caja de ahorro con clave virtual uniforme (CVU), en la cual depositar pesos"
  • "Recargar por transferencia desde un banco o fintech (Mercado Pago) y redes de cobranzas (Rapipago y Pago Fácil)"
  • "Comprar hasta $200.000 por operación, lo máximo autorizado por la Unidad de Información Financiera (UIF)"
  • "Convertir esos fondos al instante entre monedas digitales (Bitcoin, DAI u otras) y pesos, para aprovechar las cotizaciones
  • "Enviar los saldos en pesos a cuentas bancarias o de fintech"

De este modo, el usuario puede iniciarse con una de estas billeteras y, cuando sepa cómo utilizar la propia de Bitcoin, transferir sus fondos y seguir operando como un "experto".

Con un ecosistema aceitado (una de cada cuatro fintech locales se dedica al rubro) y la gran calidad de sus profesionales posicionan a la Argentina como una de las naciones llamadas a ser potencia global de esta tecnología.

Las restricciones de acceso al mercado de cambios y la debilidad del peso fueron vitales para que este negocio se desarrolle en el país. Sólo resta esperar que el Gobierno no busque la manera de limitar operaciones con divisas virtuales y que así se masifique su uso para que el siga siendo una de las naciones "cripto" más avanzadas del planeta.

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