La economía colaborativa es una de las grandes tendencias que despunta en el mundo moderno. Con referentes en distintos mercados como Airbnb, Uber y Rappi, este modelo comercial gana terreno a paso acelerado gracias a las herramientas tecnológicas y su gran alcance.
La premisa de este sistema es simple: conectar una o más personas para prestar, alquilar, comprar o vender productos en función de necesidades específicas. Este modelo está en pleno auge y según un estudio de PwC, el modelo moverá 335 mil millones de dólares para 2025 en todo el mundo.
Sin embargo, la gig economy no se limita al alquiler de casa, el transporte o el delivery, sino que se encuentra en plena expansión y ya replica su esencia en distintos verticales.
Con el ojo puesto en esta tendencia, Raúl y Diego Reeves, junto a Felipe Campos (imagen principal) fundaron en 2015 Rocketpin, una compañía chilena que busca conectar a empresas que precisan relevar información en terreno con personas que están dispuestas a hacer esos pequeños trabajos a cambio de una recompensa económica.
"Empresas de diversas industrias requieren continuamente verificar, inspeccionar y auditar en terreno. Para hacerlo, necesitan de personas. Personas entrenadas, dispuestas en todo el país y capaces de realizar las labores encomendadas en tiempo y forma", cuenta Darío Novara, country manager de Rocketpin para Argentina.
Con un modelo de crecimiento acelerado, la firma desembarcó en 2018 en la Argentina y ya tiene más de 10.000 profesionales on-demand: "Ayudamos a instituciones financieras, aseguradoras, empresas de consumo masivo, retail y servicios, con la gestión de sus tareas en terreno".
Tal como explica su country manager local, la "verdadera magia" ocurre gracias a la combinación de su tecnología móvil y la red de agentes "bajo demanda".
"Cada vez que se genera un trabajo en terreno, nuestro sistema hace un match dinámico entre la solicitud de nuestro cliente y el agente más idóneo para el trabajo; incorporando experiencia, ubicación y disponibilidad", completa.
Con un primer apoyo de compañías de consumo masivo como Quilmes, British American Tobacco e Unilever, la firma fue ampliando su alcance a nuevas industrias como bancos, instituciones financieras, telcos, utilities y empresas de servicios con la gestión de sus tareas en terreno.
Hoy, la firma ofrece:
Para comenzar a trabajar, la compañía levantó u$s800.000 en los últimos dos años provenientes de Wayra Argentina, Wayra Chile y Alaya Capital partners. Para fin de este año la facturación cerrará en u$s 2.000 millones.
La emergencia sanitaria por el COVID-19, planteó importantes desafíos operativos a las empresas para continuar entregando sus servicios.
En este contexto, Rocketpin ha elaborado un sistema de autogestión denominado "Verificando", basado en una herramienta de alto conocimiento por todos los consumidores; Whatsapp.
"A través de un chatbot, el cliente comparte ubicación, fotografías, videos y valida su identidad con biometría facial. Con esto apoyamos a las empresas de seguro en la inspección de vehículos para alta de pólizas y de siniestros. Apoyamos a las empresas de servicios básicos en la toma de lectura de medidores, a entidades financieras con validación de domicilios, entre otros", comenta Novara.
En este sentido, el vocero asegura que, dada la limitación de contactos presenciales, se proyecta un aumento de los procesos remotos o de autogestión.
En el corto plazo, la firma está lanzando al mercado una solución para que las personas puedan firmar electrónicamente a través de WhatsApp, documentos, declaraciones juradas, contratos, recibos de sueldo, etc.
"La empresa envía el documento a través de nuestra plataforma, el cliente recibe en su WhatsApp el archivo, revisa el contrato o documento y lo firma tomando una foto al dni y una selfie, con esto se genera una firma biométrica y automáticamente el cliente recibe una copia en su celular sin moverse de su silla y lo mismo la empresa", concluye.