¿Se viene ARCA 4.0? En la actualidad, tiene lugar un proceso de transformación digital en las administraciones tributarias a nivel mundial. Y Argentina no se quiere quedar atrás. Es por eso que el organismo ya analiza cómo incorporar la inteligencia artificial para reducir la evasión y aumentar la eficiencia recaudatoria.
Esto es lo que aborda el contador público y docente universitario Lucas Fenoglietto en su libro "Temas de Administración y Finanzas Públicas. Estudios, historias y propuestas", presentado en la 49° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Es que uno de sus capítulos centrales se enfoca, precisamente, en cómo la IA puede cambiar para siempre las finanzas públicas y cómo esta transformación ya está en marcha en múltiples países, y también en Argentina.
Esto, con sus características, oportunidades y desafíos: desde la necesidad de garantizar transparencia y equidad en el uso de algoritmos, no menor con un Gobierno como el de Javier Milei que busca, tal y como lo ha reforzado el presidente, así como el ministro Luis Caputo, en múltiples oportunidades, "sacarle el peso del Estado a la gente", lo que incluye la cuestión impositiva, hasta la importancia de voluntad política, sin distinción de colores ni partidos, para avanzar de manera responsable con la adopción de una tecnología que ya está impactando en múltiples aspectos.
En diálogo con iProUP, Fenoglietto resalta que, mientras el Ejecutivo "tiende a simplificar determinadas cuestiones que eran engorrosas", con base en los últimos anuncios vinculados a los regímenes de información que deben cumplir bancos y billeteras, o al tema de los 'dólares bajo el colchón', comienza a "surgir la idea de la inteligencia artificial como una herramienta oportuna, en este contexto particular de Argentina, para agilizar y hacer más eficientes las tareas de la administración pública".
En este sentido, subraya que, en los últimos meses, se ha explorado activamente, en las 'entrañas' de la ex AFIP, hoy Agencia de Recaudación y Control Aduanero, cómo la IA puede ser una herramienta poderosa para reducir la evasión fiscal, detectar riesgos con mayor precisión y aumentar la eficiencia recaudatoria, contribuyendo así a fortalecer el financiamiento del gasto público.
En línea, remarca que "la inteligencia artificial es algo que se viene utilizando en distintos países del mundo", en múltiples aspectos y usos, y menciona algunos ejemplos:
- España tiene asistencia virtual y también controles automatizados de movimientos financieros.
- Australia, por su parte, tiene un chatbot con atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
- Noruega hace una priorización del IVA, el Impuesto al Valor Agregado, según un puntaje de riesgo, que se calcula con IA
- Japón analiza todos los debates parlamentarios con IA y, en base a eso luego, diseña políticas públicas.
"Son distintas herramientas que se empiezan a ver en diversas áreas del sector público de los países y también específicamente en las administraciones tributarias", indica, al tiempo que revela: "En Argentina, la realidad es que hay varios puntapiés o iniciativas que se han venido llevando a lo largo de los últimos tiempos".
En este sentido, afirma que "hace poco se creó, en Aduana, un Comité de Innovación sobre Inteligencia Artificial para la prevención de fraude aduanero". A su vez, menciona dos chatbots impulsados por esta disruptiva tecnología: Boti, en la Ciudad de Buenos Aires, y Tina, en el plano nacional.
En su visión, "en todas las áreas del sector público se puede implementar la inteligencia artificial y van a obtener resultados positivos". Más allá de esto, resalta lo que simbolizaría su aplicación para la cuestión tributaria.
"Serían medidas o acciones estratégicas que, en definitiva, contribuirían a reducir la informalidad, a estimular el crecimiento económico y, de alguna u otra manera, todo esto concluye en que se pueda recaudar mayor cantidad de tributos que puedan ser aplicados a posteriori en la satisfacción de las necesidades de la población. Y eso tiene que ver, tiene un impacto directo en el común denominador de las personas", dice.
"Las administraciones tributarias son un área súper interesante porque pueden servir para asistir al contribuyente, para optimizar el sistema y para analizar y gestionar los riesgos. Y todo esto mejora la eficiencia, va a reducir la evasión y mejorar la experiencia que el contribuyente tiene respecto a la administración", agrega.
Aunque subraya que "la utilización de la IA tiene riesgos y desafíos, las ventajas en cuanto a mejor recaudación, reducción de evasión, eficiencia operativa, mayor transparencia, son beneficios indudablemente positivos" aunque sostiene: "No son inmediatos y, sin lugar a dudas, también demandan una inversión y un desarrollo para poder implementarlos".
Es en este marco de transformaciones y avances, a veces más rápidos que las personas, que considera que "los profesionales en ciencias económicas no solo nos tenemos que adaptar a la transformación tecnológica, sino que tienen que tener un rol central, liderarla impulsando innovación en todas las salidas laborales con el objeto de que se optimice el uso de los recursos".
"Esto es un aprendizaje continuo. Hay muchas cuestiones donde podemos perfeccionarnos, mejorarnos, con herramientas para utilizar. Yo creo que tiene un impacto positivo la IA en las carreras de ciencias económicas. Creo que va a tener, que tiene y que va a seguir teniendo un rol transformador y de alto impacto. Y eso va a tener un impacto positivo en la economía y en la competencia, en mejorar nuestras profesiones", cerró.