La inteligencia artificial llegó para quedarse, algo que cientos de gurús en tecnología remarcaron hace más de medio siglo: la llegada de las máquinas "inteligentes" marcará un antes y un después en la vida de las personas.
Entre tantos, el propio Stephen Hawking advirtió sobre los alcances que esta innovación mostrará: "la inteligencia artificial tomará control sobre sí misma y se rediseñará a un ritmo creciente. Los humanos, que están limitados por la evolución biológica, no podrían competir y serían superados".
Es así como la IA se expandió de tal manera que ya abarca a todo tipo de industrias. Ahora, incurrió en la música y ya hasta genera canciones propias.
En las últimas semanas, la música y cantante canadiense Grimes (Claire Elise Boucher) brindó declaraciones polémicas al manifestar que tratará a los creadores de Inteligencia artificial que usan su voz de la misma manera que otros artistas con los cuales colabora.
Grimes indicó que aceptaría dividir el 50% de las regalías en cualquier canción exitosa generada por cualquier IA que utilicé su voz.
Además, la artista manifestó que le parece genial el hecho de "estar fusionada con una máquina" y que está a favor del arte del código abierto algo que, en última instancia, incluso podría matar los derechos de autor.
Las otras campanas no tardaron en sonar: la reciente protesta en torno a las pistas musicales generadas por inteligencia artificial, como en el caso de Drake & The Weeknd, se hicieron sentir en las redes sociales.
Sin embargo, durante el mes de abril, el gigante la industria musical Universal Music Group compartió una imagen con todos los principales servicios de transmisión, instando a bloquear el acceso a la inteligencia artificial de sus catálogos alegando fines de aprendizaje.
La compañía detalló que no va a dudar en "hacer lo que sea necesario para proteger los derechos de sus artistas" a los cuales representa.
Al mismo tiempo, la cantante canadiense se encuentra en vías de lanzar un programa de simulación de voz junto con otros desarrolladores que se va a poner a disposición del público.
Con dos bandos en juego, solo resta preguntarse de qué lado ponerse: ¿de la creación musical de arte humana? ¿o de la creación musical con lenguaje de programación e Inteligencia artificial?