Meta puso primera, y todos la siguieron. A pesar de reportar pérdidas de usuarios y caer más de un 20% en Wall Street luego de su último balance, la bigtech tiene claro que el futuro del holding está en los mundos virtuales.

Así lo dejó entrever Mark Zuckerberg cuando no solo anunció el cambio de nombre del grupo que engloba a Facebook, Instagram y WhatsApp, sino que reveló los planes de la firma sobre el metaverso.

"Estoy orgulloso de lo que hemos construido y entusiasmado por lo que vendrá cuando vayamos más allá de lo que hoy es posible, de las limitaciones de las pantallas y los límites de la distancia física, y hacia un futuro en el que todos puedan estar presentes entre sí, crear nuevas oportunidades y vivir nuevas experiencias. Es un futuro más allá de cualquier compañía y que construiremos entre todos", comentó Zuckerberg en aquella presentación.

 

Una vez que esta palabra fue nombrada, no paró de replicarse entre los usuarios, las empresas y hasta los gobiernos, que no se quieren quedar afuera de lo que promete ser la próxima revolución digital.

Si bien es verdad que las experiencias de realidad virtual y aumentada vienen trabajándose hace años (el gaming fue pionera en la implementación de estas tecnologías), la visión de Meta y otros gigantes como Apple prometen la aplicación de estas realidades inmersivas en otros ámbitos más allá de los videojuegos, como el trabajo, el ocio y, no menos importante, la "conexión entre personas".

"En esencia, es un cambio profundo de internet en general. Es una propuesta diferente de utilizar la red e integrar plataformas en un solo concepto: un universo digital", revela a iProUP, Facundo Tula, fundador de Diacrítica Consultores, agencia digital especializada en estrategia digital

El premio no es menor: para 2024 estiman que los negocios en el metaverso se colocarán por encima de los u$s800.000 millones. Más allá de las experiencias empresariales o privadas, este nuevo terreno abre la puerta a todo tipo de posibilidades, incluso para los Estados, que ya se suben a una ola que parece imparable.

Metaversos nacionales

La ciudad más grande de China se está tomando en serio el desarrollo del metaverso y, de concretar su plan, se convertirá en un referente de la nueva era. El gigante asiático incluyó en su plan de desarrollo gubernamental a esta innovación como "una de las cuatro fronteras para la exploración", en su plan de cinco años para desarrollar la industria de la información electrónica.

Si bien el documento no estableció un cronograma ni objetivos específicos para la investigación, aumentará la investigación y el desarrollo de tecnologías subyacentes, incluidos sensores, interacción en tiempo real y blockchain.

Al mismo tiempo, Seúl, la capital de Corea del Sur, quiere crear una "réplica virtual" de la ciudad en el metaverso. El desarrollo comenzará este año, se invertirán u$s3 millones y podría estar operativo para 2026. ¿Su objetivo? Que todos los ciudadanos puedan visitar organismos virtuales para hacer cualquier trámite estatal, desarrollar negocios y mucho más.

"La naturaleza innovadora y la carga de conceptos asociados al metaverso hacen que muchas personas del sector público puedan ver una oportunidad en la creación de un interfaz de este tipo entre las personas y los gobiernos, ya sean locales o nacionales", comenta a iProUP Juan Manuel Linares, Strategy Director, R/GA SS LATAM.

El experto hace referencia al caso de Barbados, que anunció la apertura de su propia embajada en Descentraland, un metaverso en la blockchain desarrollado por argentinos que tiene su criptomoneda propia MANA.

Barbados se convirtió en el primer país con embajada en el metaverso

"Creo que algunos gobiernos pueden incursionar en este tipo de iniciativas. Sin embargo, no me imagino el desarrollo de un mundo virtual propio como el camino elegido, sino que lo más probable es que sean pruebas pilotos, como por ejemplo 'embajadas' en mundo virtuales que ya tengan una gran base de usuarios, algo que países como Barbados y Corea del Sur ya se están planteando", remarca Linares.

Esta instancia, agrega el experto, no se debería esperar mucho "en relación a la calidad y profundidad de la experiencia" en las interacciones entre ciudadanos y gobiernos en estos espacios compartidos, sino que "probablemente serán pruebas de concepto que ayuden a cada institución a entender la mejor manera de incursionar en estos entornos".

Por su parte, Fredi Vivas, CEO de RockingData y especialista en Inteligencia Artificial y Machine Learning, comenta a iProUP que, como en todos los grandes desarrollos tecnológicos es importante "pensar en términos de ciencia ficción".

"Desde hacer un trámite hasta, por ejemplo, presenciar una sesión del Congreso o tener una clase, puede volverse una experiencia inmersiva completamente distinta. Lo importante en este caso es entender los posibles riesgos", asegura.

¿Y Argentina?

Ante estas experiencias que ya comienzan a desarrollarse en el mundo, hay una pregunta que surge entre los especialistas: ¿Argentina podría sacar rédito al subirse a esta nueva tendencia?

"El país está en una etapa muy avanzada en talento y organizaciones, por lo que la materia prima no sólo está, sino que además es de muy buena calidad. El principal problema es de infraestructura e inversión. Este tipo de iniciativas, especialmente en escala de ciudad, requieren de un gran desembolso y a muy largo plazo, que quizás puede ser un limitante", comenta Vivas.

Si bien asegura que hay una potencialidad "más viable" en el sector privado, indica que "hay una gran oportunidad para generar políticas públicas más eficientes y basadas en datos e información".

"En el ámbito de la comunicación, los gobiernos tienen la oportunidad de crear experiencias más inmersivas, que generen mayor impacto en la audiencia, ya sea comunicando acciones o mostrando proyectos, como visualizar y experimentar una plaza o una obra pública hasta participar de un acto virtual en una día de importancia nacional o incluso hacerlo en el ámbito del turismo", agrega Linares.

Según los expertos, la Argentina tiene el talento y el ecosistema emprendedor perfecto para aprovechar el metaverso

Sin embargo, existen algunas experiencias nacionales que darán que hablar. Gastón Levar es responsable de la Embassy DAO Argentina, una "embajada del metaverso" que está por inaugurarse en el corazón del barrio porteño de Belgrano.

"Vemos varios países más activos, pero los que están dando los primeros pasos son las grandes empresas: Nike, McDonald's, Adidas ya están haciendo sus propias experiencias. Luego, vendrá la participación de los Estados, que tienen que ver cómo diseñar políticas para crear aplicaciones reales", comenta a iProUP.

 Asegura que Argentina tiene una de las comunidades más entusiastas y referentes en materia de innovación, cripto, tecnología y desarrollo: "Estamos en el inicio de una nueva era como fue Internet en los 90'. Estamos en las puertas del Web 3.0, que hoy sabemos que existe pero no cuánto va a impactar a nuestras vidas", afirma.

Además, remarca que "la revolución del blockchain, las DAO, los NFT y la tokenización de proyectos escapa a las fronteras. Ahora, los usuarios son ciudadanos son del mundo". Finalmente, indica que el principal desafío será generacional y que los más jóvenes ya crecieron incorporando estos conceptos, principalmente gracias al gaming y las comunidades que trascienden las pantallas.

Para Linares, por su parte, los grandes desafíos serán el acceso que las personas tengan a los espacios virtuales, qué tecnología hay disponible para que esa experiencia sea positiva y cuántos usuarios pueden acceder a ella.

"El desafío está en cómo diseñar la interacción en ese ámbito virtual e inmersivo. Cuál es el intercambio de valor entre gobiernos y ciudadanos, y qué talento especialista estará disponible para trabajar junto a los Estados, ya que estos perfiles serán buscados por todo tipo de compañías, generando escasez de equipos que puedan entender, diseñar e implementar experiencias de las que los ciudadanos quieran ser parte", concluye.

La realidad es que el metaverso aún está en una etapa temprana. Pero considerando la velocidad con la que avanza la tecnología, no sería extraño que en el corto plazo se empiecen a explorar propuestas cada vez más tangibles, innovadoras y útiles para los gobiernos y los ciudadanos.

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