Muchos de los análisis del fenómeno de las fintech y las billeteras virtuales se realizan desde la óptica de la tecnología, un factor no menor, pero ciertamente no el único que explica la revolución que ocurre en toda la industria financiera.

El avance de la tecnología es solo una parte de la película que se observa. Desde ya que los tremendos avances, tanto en el campo de la inteligencia artificial en general y del machine learning en particular, como en la analítica de big data, blockchain y otras disciplinas y tecnologías, son un componente importante.

Pero la verdadera revolución tiene que ver con el cruce entre esos avances tecnológicos y los grandes y vertiginosos cambios sociales que se viven. Muchos de esos cambios encontraron en la pandemia el mejor caldo de cultivo para profundizar su huella y acelerar exponencialmente su ritmo.

Si bien los puntos de venta móviles (mPOS) irrumpieron en América latina previo al esparcimiento del coronavirus, la llegada de la pandemia en 2020 y sus restricciones para el contacto físico produjeron un crecimiento exponencial de su uso tanto en negocios como en proveedores de servicios.

En este sentido, solo de enero a diciembre de 2020, hubo un notorio aumento de 300% en las transacciones que se realizan a través de las herramientas que posibilitaron el desenvolvimiento del e-Commerce en la región.

Dicha evolución fue, no solo impulsada por la adopción de parte de los consumidores sino también por iniciativas de instituciones y plataformas financieras en los países de Latinoamérica como el sistema de pagos instantáneos PIX elaborado por el Banco Central de Brasil, la plataforma para pagos electrónicos Modo de Argentina o MACH de BCI en Chile.

Tambien, toman fuerza la aparición de iniciativas como Yape y Plin en Perú, Wompi en Colombia y Ualá en Argentina

Las billeteras virtuales fueron grandes impulsadoras del crecimiento de los pagos en puntos móviles durante 2020

Por otro lado, el negocio de adquirencia en Latinoamérica también sufre importantes cambios que potencian el mercado de pagos. Los países de Sudamérica transitan a un cambio de modelo hacia adquirentes multimarca, fomentando competencia y generando ingreso de terceros.

Esto comenzó en Brasil en 2010, se extendió a la Argentina en 2019, a Chile y Perú en 2020 y se espera que ocurra lo mismo en Colombia

La posibilidad de emplear cualquier dispositivo móvil como una terminal de pagos produce cambios beneficiosos tanto para comercios como para clientes. No solo reduce los costos del sistema y democratiza el acceso a nuevas formas de pago, sino que expande los alcances de comercios y proveedores de servicios que antes no hubieran podido cobrar con tarjetas ni digitalizar sus ventas.

Actualmente, los mPOS son usados en grandes comercios como en chicos en rubros urbanos como foodtrucks, puestos en ferias, incluso vendedores ambulantes y proveedores de servicios, ya que acceden a dispositivos a muy bajo costo para efectuar sus ventas de manera ágil y segura.

Y es que es en la base de la pirámide donde la integración entre las terminales de pagos móviles y un software de gestión de las ventas a dónde llegó esta nueva tendencia de comercio electrónico. 

El mPos ocupa ya un rol central en la profunda transformación de los pagos que está ocurriendo en el mundo y especialmente en los mercados emergentes como los de América latina. 

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