Las redes sociales son la vía perfecta para incrementar el alcance de tus comunicaciones, llegar a tu buyer persona, interactuar con tu comunidad y mejorar los resultados de tu estrategia de marketing, y estos 6 sencillos pasos te permitirán poner en marcha un plan de social media.
¿Por qué es importante cuidar tu estrategia de marketing en redes sociales?
Trabajar en el contenido de las publicaciones y la imagen en las plataformas sociales se ha convertido en un requisito para adquirir notoriedad de marca. Son el canal perfecto para construir una relación de calidad con tu público objetivo, segmentar a tu audiencia y aumentar la visibilidad de tus campañas y promociones.
Con las redes sociales es posible obtener una información muy valiosa para comprender cuáles son las necesidades actuales de los usuarios y, así, poder ofrecerles la mejor solución. Las redes sociales de una empresa, sin una estrategia de marketing, pueden crear una imagen negativa en su comunidad de seguidores y entre clientes potenciales.
6 pasos a seguir para definir tu estrategia de marketing en redes sociales
A partir de la definición del objetivo del negocio es posible desarrollar los objetivos del plan de marketing, lo que a la vez permitirá decidir qué objetivos se quieren alcanzar gracias a las redes sociales. Optimizar, mantener y gestionar son los verbos que debes tener en mente.
Algunos ejemplos de posibles objetivos en redes sociales son:
Pero lo que realmente se deben definir son los objetivos SMART en redes sociales. Un objetivo SMART tiene que cumplir con las iniciales de esta abreviatura en inglés:
Facebook, Instagram y Twitter son redes sociales que sirven también como herramientas para obtener información valiosa sobre las personas que interactúan con tu marca.
Tené en cuenta que en las redes sociales es posible encontrar todo tipo de usuarios, por eso es importante segmentar a tu audiencia y, de este modo, definir cómo vas a dirigirte a ella, qué tono emplear, cuándo y a qué hora publicar, etc. El objetivo será conectar emocionalmente con ese grupo de personas clave en la estrategia de marketing.
La creación del buyer persona es el gran paso para conocer a la audiencia a la que te diriges, un personaje semificticio que representa el prototipo de tu cliente ideal. Para dar con él necesitás investigar y analizar una serie de patrones de comportamiento, características demográficas e intereses de tus clientes y potenciales clientes.
Hay que saber cuáles son sus gustos, dónde le gusta comprar, qué hace que se decida por un producto u otro, cuáles son sus hábitos de vida, etc. Asimismo, tendrás que conocer qué redes sociales utiliza, qué uso les da, con cuánta frecuencia está en redes, para qué las utiliza, a qué horas se conecta…
Conocer en qué plataformas está presente tu buyer persona es fundamental para que puedas invertir tus recursos de manera eficiente y obtener mejores resultados. Es preferible tener pocos perfiles sociales bien trabajados a tenerlos todos descuidados por falta de recursos o tiempo.
Además, si no tienes claro cómo funcionan las redes sociales para empresas, conviene que domines primero una plataforma antes de comenzar en otra a la vez.
Las diferentes redes sociales requieren tratar el contenido de forma diferente. Por tanto, tendrás que adaptar tu copy y el estilo de presentación de las publicaciones para cada plataforma. Es decir, deberás definir una estrategia digital que tenga en cuenta las particularidades de cada red social y no publicar el mismo contenido en todas sin adaptarlo.
El siguiente paso es desarrollar un plan de contenidos mediante el que definir qué publicarás en las diferentes redes sociales a lo largo de un tiempo determinado.
A la hora de desarrollar este plan de contenidos para redes sociales deberás considerar cuestiones como:
Para que tu contenido sea atractivo de cara a tus usuarios debes ser capaz de anticiparte a sus propias necesidades, resolver dudas y ofrecer contenido de valor, así como generar conversaciones y motivar las interacciones de los usuarios. Así te valorarán a vos y, poco a poco, te tendrán como un referente en el sector.
A continuación, hay que hacer una programación del contenido, definir los canales a trabajar, la frecuencia de las publicaciones y los horarios.
Tené en cuenta que si publicás tus posts de una manera muy seguida, puedes caer en la temida saturación. Y, además, es muy posible que tus seguidores solo vean aquella publicación a la que Facebook le ha dado más relevancia (porque, por alguna razón, ha funcionado mejor y tiene más interacciones).
Plasmá lo definido en el punto anterior y ponele fecha en tu calendario de manera que en los próximos seis meses tengas claro lo que vas hacer, cómo y por qué.
Las redes sociales pueden ser algo polémicas y un campo de malas interpretaciones. Y a veces eso ocurre en muy poco tiempo. Por esta razón, debás resolver las dudas a tiempo, ser muy cuidadoso en algunos temas y prevenir posibles crisis de reputación.
No se trata de hacer una publicación y olvidarte de tus lectores. Posiblemente te comenten, te escriban por privado y te hagan preguntas. Es muy importante plantear un plan de gestión de crisis de reputación, una buena gestión de comentarios y una adecuada atención al cliente.
Conviene que definas unas pautas de actuación a seguir en el caso que se presenten diferentes escenarios, no solo en el caso de comentarios negativos, sino también prevenir si aparecen noticias falsas sobre la empresa, acciones de sabotaje, haters, etc.
Como recomendación, es posible crear un protocolo de actuaciones y un documento en el que te respondas a vos mismo las principales dudas que pueden tener los usuarios sobre tu contenido.
La mejora continua debe ser la principal motivación de nuestras acciones y estrategias de marketing. El desempeño y la inversión de los recursos y tiempo empleado no servirán de nada si no se comprueba su eficacia.
Medí el resultado de tus acciones mediante informes de seguimiento. Sobre todo, hacelo de manera periódica (semanal, mensual, trimestral y/o anual) para poder hacer comparaciones con criterio y poder seguir tu evolución en el tiempo, según un artículo de America-Retail.