La máquina a vapor, el automóvil y la bombilla eléctrica son algunos de los elementos que revolucionaron la industria en el pasado. Actualmente, los protagonistas son el Big Data, Analytics, Cloud y la Inteligencia Artificial: herramientas que permiten superar desafíos de negocio en la era digital. Nos dan la posibilidad de anticiparnos, organizarnos y actuar de manera más eficiente.

Estamos transitando un momento de adaptación a la nueva normalidad, en donde reinventarse va a ser imprescindible para las empresas. Las formas actuales de (tele)trabajo, que están creciendo con fuerza, implican adoptar instrumentos 4.0. La tecnología nos ayuda a predecir el futuro: nos permite visualizar toda la película y no solo una foto, un momento. Por eso es importante aprovecharla y potenciarnos con sus múltiples beneficios. 

Se estima que la Inteligencia Artificial va a incrementar en un 40% la productividad en los próximos 15 años. Esto se debe a que, a través de ella, podemos ahorrar el tiempo y la energía que implican algunos procesos. En este momento, es importante tener en claro que no se trata sólo de subsistir como empresa en un contexto hostil: debemos emplear las herramientas que nos proporciona la tecnología para obtener óptimos rendimientos. Tenemos que asumirlo: las viejas modalidades no van a volver.

Por supuesto, no debemos olvidar que la innovación es un proceso que lleva tiempo. Para comenzar, hay que identificar y aceptar el cambio: mirar hacia alrededor, levantar la cabeza y abrir la mente para poder implementar otra lógica a nuestro día a día. Vale aclarar que existen expertos que se dedican a acompañar el proceso de transformación digital, que ayudan a maximizar los beneficios.

Estos profesionales son los motores de "la cuarta revolución industrial", aquella que está marcada por la robótica, la nueva tecnología e internet de las cosas. En otras palabras, se trata de un nuevo paradigma caracterizado por instrumentos que cumplen muchas funciones al mismo tiempo desde un solo dispositivo y que economizan los recursos.

Los activos físicos son parte del siglo XX. Ahora somos capaces de tener todo en un solo lugar y acceder a los datos de forma rápida. La tecnología acelera los tiempos y, a través de ella, podemos facilitar los requerimientos de los clientes: la industria 4.0 implica la modalidad "as a service". El consumo puerta a puerta, evitando filas, es una solución para muchos: nos acercamos al fin del retail.

Por otro lado, la independencia con respecto a las estructuras organizacionales tradicionales es un punto a favor en este universo 4.0. Las economías implementan la digitalización y la posibilidad de acceder a los datos de forma práctica y desde diversas ramas de las organizaciones en simultáneo. Esto deriva en la toma de mejores decisiones.

La contingencia nos está desafiando a explotar nuestro potencial creativo. En ese sentido, una vez más confirmamos que hay que atreverse a probar, como sucedió en todas las revoluciones industriales. Es fundamental desarrollar capacidades de innovación que perduren en el tiempo. La disrupción, la creación y la curiosidad son la llave para abrir el sendero hacia nuevas oportunidades.

*Sergio Mastrogiovanni, Head of Data & Innovation de Nubiral

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