El hombre de vértice en una organización será el conductor de los nuevos motores de negocio. Este personaje es quien toma las decisiones y reinventa a la organización para adaptarla a las amenazas y oportunidades que plantea su entorno en momentos determinados.
Con la llamada "Revolución 4.0" el cambio situacional de un negocio se presenta con gran velocidad, provocando que la estrategia y por consecuencia, la estructura de la organización se reconfiguren más rápidamente.
McKinsey Global Institute, advierte que algunos avances tecnológicos transformarán significativamente la vida, los negocios y la economía global.
Esa transformación será posible en la medida en la que estas tecnologías sean tomadas por los hombres de vértice para hacer nuevos negocios o para transformar los negocios actuales.
Estos motores de crecimiento serán impulsados por los tomadores de decisiones para lograr los grandes impactos económicos planteados por McKinsey. Si tu rol dentro de la organización implica la toma de decisiones, es muy importante que conozcas cómo cada una de estas tecnologías puede impactar el negocio.
Es indispensable familiarizarse con la digitalización, la automatización, la movilización, la disrupción y participar activamente en el cambio que esto implica para los integrantes de nuestra organización.
Estos son los nuevos motores de crecimiento y sin ellos los tomadores de decisiones no serán los agentes de cambio que se requieren para aprovechar las oportunidades que las herramientas tecnológicas brindan.
Las competencias requeridas en estos tiempos de mayor transformación son diferentes. Los líderes estarán dirigiendo el cambio y ya no podrá ser gradualmente, tendrá que ser inmediato, porque la velocidad con la que estas tecnologías impactarán a la industria y los servicios no permitirá retrasos.
Estas tecnologías irrumpirán y modificarán todo tipo de industrias y servicios, así que ningún hombre de vértice está a salvo del cambio. Aquellos que se involucren en el cambio serán más valorados en la organización, aquellos que se resistan serán cada vez más prescindibles.
Más que nunca se requieren personas que sirvan como catalizadores al cambio, que sepan persuadir a los miembros de la organización a compartir, comprender y accionar esos nuevos motores de crecimiento que ofrecen las nuevas tecnologías.
La diferencia entre las máquinas y el hombre serán los sentimientos, la forma de ser. Los robots y los programas harán gran parte del trabajo que hoy se hace por personas.
Tendremos que reflexionar qué es lo que no está al alcance de las herramientas tecnológicas y seguirá siendo sólo propio del ser humano, para profundizar en ello y desarrollarlo.
Sólo la tecnología en manos de los transformadores será lo que impacte considerablemente en el futuro a través de los negocios. Una herramienta por sí misma tiene valor, pero la oferta de ese valor dependerá de las decisiones que tomen quienes le encuentren el sentido de negocio.
Modificar el rumbo tomando decisiones e inspirar a las personas para que tomen esa dirección seguirá siendo la función principal del líder de la organización y será lo que determine el tamaño del impacto que tendrán finalmente los cambios tecnológicos.
La innovación cobra mayor sentido cuando tiene impacto en los negocios, que son los que la usan para atender necesidades de las personas. Los motores como siempre irán a donde los lleve quién los conduzca.
*Rigoberto Borrego es cirector de la Licenciatura de Administración y Finanzas de la Facultad de Empresariales, de la Universidad Panamericana, campus México.