La tecnología, en permanente y vertiginoso avance diario, transforma la manera en la que vivimos en sociedad. Nada queda afuera de la disrupción y la industria del entretenimiento no es la excepción. La televisión, tal como la conocemos, está cambiando pero no sin dar pistas sobre el futuro.

Para citar un dato, con la reciente Pandemia del Coronavirus (COVID-19) se espera que la televisión abierta en Latinoamérica crezca hasta un 60%. Poniendo en jaque nuevamente el desafío sobre cómo son estos cambios que se vienen. ¿Pero estarán listas las compañías de productos para sumar publicidades  que nos inviten a comprar de forma online ante este escenario de pandemia en el que estamos por ejemplo? Veamos.

Uno de los  factores que invitan a pensar  los cambios que tiene la tele es el Big Data, término que describe al gran volumen de datos de cada uno de nosotros posibles de ser analizados por las compañías, con diversos propósitos, pero siempre con el fin de tomar mejores decisiones estratégicas sobre qué series, que contenidos y qué programas darnos.

El Big Data se sumó a la IA (Inteligencia Artificial) y se volvieron claves para conocer nuestras huellas digitales y saber que nos gusta, que likeamos, en que minuto de un capítulo dejamos de ver algo, que tipo de contenidos buscamos en YouTube después de ver un programa de tele abierta entre muchas opciones.

Acceder al detalle de qué hacen los millones que componen las audiencias es oro en polvo para la industria de medios y entretenimiento y para todos en general en cada momento que nos toque transitar como humanidad. 

El Big Data nos posibilita tener mucha información que podemos cruzar y procesar para tener contenido más estratégico  y parecido a lo que queremos ver  y claro a lo que muchas veces las empresas quieren que compremos pero también a cómo es conveniente distribuir contenidos de una campaña de bien público como la del Coronavirus.

Es una historia bastante conocida la de Kevin Spacey, quien iba con su libro de lo que luego fue la serie  House of Cards a ofrecerlo a distintas cadenas y nadie lo quería producir, pero llegó Netflix y se lo aceptó porque tenía datos sobre los gustos de los espectadores y sobre qué temáticas preferían ver en una serie. En ese caso había una tendencia del momento sobre querer ver contenidos sobre intriga y política.

Las audiencias dejamos de ser espectadores y nos convertimos en protagonistas de los contenidos que vemos en las pantallas para co-crear todo, ya sea por las huellas digitales que dejamos y son tomadas para producir, o por la integración de nuestros propios contenidos y videos en todo lo que sucede.

No sólo importa que granice, además quiero ver el video del granizo cayendo en la zona donde yo vivo. No sólo importa que haya colas de gente en las puertas de los supermercados para proveerse de alimentos por el coronavirus, quiero ver el mercadito que está cerca de mi casa.

Los cambios de los que hablamos en el medio, a diferencia de lo que sucedía hace apenas unos años, hacen que se requiere hoy de contadores de historias que conjugan talento creativo, conocimientos artísticos, técnicos y comunicacionales, sumado a capacidad de reflexión y una formación para la toma de decisiones específicos en alta velocidad. Con esto en mente, en la carrera de Licenciatura en Producción y Realización Audiovisual de la UAI preparamos a los egresados como los creadores audiovisuales del siglo XXI.

* Natalia Notar es directora de la carrera de producción y realización audiovisual en la Universidad Abierta interamericana (UAI), especialista en Innovación cultural y medios de comunicación, y autora del libro "La televisión del futuro".

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