La Cámara Argentina de Fintech presentó un extenso reporte sobre la composición del sector realizado junto a la consultora Taquion.
"La Cámara tiene 8 años de historia. Empezó con 17 empresas y hoy tiene más de 400 socios. Fuimos a buscar un reporte que funcione como la milla cero, el mojón para tener datos para adelante y ver cómo evoluciona", presentó Alejandro Tejero Vacas, head de Comunicaciones de la entidad.
Cómo está compuesta la industria fintech
Según Tejero Vacas, la Argentina está entre los tres países más importante de la región, detrás de Brasil y México. Quizás, por las dificultades de la macro, los desarrolladores crearon productos de calidad".
De acuerdo con el reporte, existen 939 empresas fintech en la Argentina. La cifra escala a 1.027 si se añaden empresas que dan servicio al sector, aunque el core de su negocio no sean las finanzas digitales.
De esta forma, la Argentina se ubica detrás solo de Brasil, que posee 1.481 fintech; y México, que cuenta con 1.104.
Con respecto a la composición de la industria, el informe detecta 10 verticales, aunque casi el 40% pertenece a la industria de pagos.
Tejero Vacas adjudicó parte de esa importancia a la existencia de transferencias inmediatas y gratuitas, algo que también ocurre en Brasil, pero no en el resto de los mercados de Latinoamérica.
Más allá de pagos, el rubro activos financieros y mercado de capitales sigue en importancia con el 230 empresas (14%). Por su parte, Cripto & blockchain está quinta, con 135 firmas (8%).
"El ecosistema cripto es importante, ya que a nivel global es más pequeño. Pero, a su vez, el ecosistema insurtech que es más grande a nivel global, acá es chico, lo máximo que hacemos es asegurar el auto. Hay mucho espacio para crecer", aseguró Tejero Vacas.
Cuánto factura la industria fintech
De acuerdo con el trabajo de Taquion, la facturación anual promedio de las firmas que forman parte de la industria es de 8,5 millones de dólares. Claro que hay algunas, como los bancos, que superan fuertemente esos datos y otras que están por debajo, por lo que el reporte ordenó los verticales según ingresos.
Esa facturación se genera fundamentalmente en Argentina: 78% del total. Los siguientes países de donde provienen los ingresos son Brasil (5%), México (4%) y EE.UU. (3%).
Entre los primeros tres rubros con mayor facturación se ubican las entidades financieras, activos financieros y mercado de capitales y medios de pago (adquirencia). En el fondo de la tabla se coloca Cripto y Blockchain.
Esto tiene sentido, ya que la industria de activos digitales hoy mantiene un reclamo sobre el impuesto a los Créditos y Débitos bancarios, que le imputa 1,2% sobre el total de la facturación cuando la industria cobra una comisión de entre y 1 y 1,5%. Por su parte, bancos y otras fintech no cripto tienen una alícuota reducida de 0,15%.
La entidad lanzó recientemente un estudio de impacto del impuesto a los Ingresos Brutos que cobra cada provincia, otro tributo sumamente distorsivo que, en algunos distritos, duplica para las fintech la alícuota aplicada al sector comercio.
Tejero Vacas destacó que "muchas firmas empiezan a operar en otros verticales para escalar y que en promedio cada empresa opera en dos".
Por otro lado, el 58% de las compañías fintech ha logrado el punto de equilibrio. El 27% de las firmas se considera una startup, en tanto que el 34% se percibe como scale up. El 39% ya es una empresa consolidada, lo que muestra la madurez de este ecosistema.
Se estima que el sector emplea a casi 40.000 personas de forma directa o indirecta. Según el reporte, el 76% de las compañías tienen menos de 100 empleados, en tanto que 6 de cada 10 aumentó su nómina.
Con respecto al financiamiento, el 82% recurre al capital propio. Por su parte, los inversores ángeles y el venture capital se anotan con un 12% cada uno. Esto demuestra la capacidad de los emprendedores argentinos para boostrapear ante la poca capacidad de acceder al crédito.
Según Mariano Biocca, director ejecutivo de la Cámara Fintech, en los últimos 24 meses Argentina volvió a estar en el radar de los capitales, con fortalezas del mercado como la penetración absoluta de internet y un usuario acostumbrado a operar digitalmente.
"Si uno analiza el flujo de México, Brasil y Colombia, en Argentina la eficiencia por dólar es muy grande", señaló.
Fintech: lo que viene
El futuro luce prometedor para el sector: se espera un crecimiento promedio de 35% en la facturación, con medios de pago, infraestructura y cripto como los tres verticales más importantes.
No es un dato menor: los dos primeros, siempre rankean primero en ingresos, pero la avalancha regulatoria de la CNV sobre tokenización de activos y nuevas normativas que se esperan del Banco Central pueden hacer que el sector cripto explote en 2026.
El 58% de las compañías del sector ya estimaron cuánto invertirán el año próximo. Por lo pronto, un tercio de las que tienen fondeo de venture capital desembolsarán u$s5 milllones o más (5% del total de empresas). "La reactivación de la economía atraerá grandes capitales", anticipó Biocca.
Sin embargo, existen varios desafíos. Al tope de estas preocupaciones, con un empate de 57%, se ubican la educación financiera y las nuevas regulaciones o actualización de normativas.
Si bien la educación es un problema que atañe a toda la industria, ya que le pone un "freno de mano" a la expansión; los verticales de activos bursátiles y cripto también tienen en la mira a la creación de nuevas normativas.
Se espera que la tokenización de activos el año próximo deje de ser un sandbox regulatorio y se convierta en una regulación permanente, abriendo el camino a un negocio millonario en el que la Argentina es pionera global.
Por otro lado, el Banco Central está avanzando con el open finance, es decir, la posibilidad de que los usuarios compartan los datos de su banco o fintech con otra entidad que puede usar esa información para ofrecer mejores productos, en especial, crédito.
Tal como viene informando iProUP, el principal escollo es determinar los incentivos (comisiones que pagarán las entidades que reciban los datos a los que las ofrezcan), cuestiones de ciberseguridad y la creación de servicios que puedan ser aprovechados por los usuarios y soporten estas inversiones.