En los últimos años, las finanzas descentralizadas (DeFi) crearon productos que imitan instrumentos del mercado tradicional, como las acciones de grandes empresas, pero operan 100% en blockchain, sin bancos, brókers ni intermediarios.
Gilberto León Santamaría, Ignacio Santamaría y Juan Samitier, expertos del Estudio Santamaría Abogados, indican a iProUP que "un ejemplo es PancakeSwap, que permite negociar 'contratos perpetuos' sobre el precio de acciones como Tesla, Apple o Amazon. No se compran las acciones reales, sino un token que sigue la variación de su valor gracias a oráculos, fuentes que llevan los precios reales a la blockchain".
"Estos contratos no vencen nunca y su precio se mantiene alineado al activo mediante un mecanismo llamado funding rate, que ajusta la posición del inversor según la demanda del mercado", indican.
Qué son estos tokens de precios de acciones
Según los especialistas del Estudio Santamaría, "los contratos perpetuos lanzados por PancakeSwap replican la evolución del precio de ciertas acciones tradicionales, pero sin que exista una tenencia efectiva o jurídica sobre el subyacente".
"Se trata de instrumentos derivados sintéticos que funcionan completamente en la blockchain, accesibles mediante una wallet digital sin necesidad de registro ni verificación de identidad (KYC)", sostienen.
"El acceso a estos productos no requiere intervención de agentes financieros, bancos, brókers ni custodios centralizados. La operatoria se realiza exclusivamente desde una billetera no custodiada, utilizando monedas estables o criptomonedas, con posibilidad de apalancamiento financiero y en entornos de pseudonimato", precisan.
En PancakeSwap, enfatizan los expertos, "estos contratos se ejecutan sobre la BNB Chain y dependen de oráculos externos que proveen los precios reales del subyacente. El acceso es libre, sin procesos de verificación de identidad (KYC) y con operación directa desde una billetera no custodiada, permitiendo posiciones apalancadas y en cualquier sentido del mercado".
"No existe custodia centralizada de fondos, ni contrato fuera de la blockchain, ni titularidad legal del activo subyacente. Toda la operativa es digital y descentralizada", consideran.
Cómo funciona en la práctica
Los siguientes son los pasos para operar con acciones de Amazon, Apple o Tesla con estos tokens, enumeran los expertos del Estudio Santamaría:
- El usuario conecta una billetera digital (wallet) sin registro de identidad (no custodial)
- Deposita criptomonedas estables como garantía
- Abre una posición "en largo" (a la suba) o "en corto" (a la baja)
- El contrato inteligente ajusta el precio según la información que recibe de los oráculos
- Las ganancias o pérdidas se reflejan directamente en la wallet
- Si luego se convierte a dinero fiat o se mueve a un exchange regulado, puede requerir verificación de identidad (KYC)
"En resumen: se invierte en la variación del precio y no en el activo real", reiteran los abogados del Estudio Santamaría.
Además, advierten que "el sistema es anónimo solo en parte: aunque no se registre el nombre del operador al abrir la posición, todas las transacciones quedan grabadas en la blockchain y pueden analizarse con herramientas forenses digitales, como Chainalysis o TRM Labs".
"Si en algún momento, el usuario conecta esa wallet con un banco o un exchange regulado, su identidad puede quedar vinculada", subrayan.
Cuáles son las consecuencias en los impuestos
De acuerdo con los expertos, "en un contrato perpetuo DeFi sobre acciones tokenizadas, el operador conecta su wallet no custodial a una DEX sin KYC, deposita stablecoins como colateral y abre una posición larga o corta ejecutada mediante un smart contract que utiliza oráculos de precios".
"Durante la operación, se generan pagos o cobros periódicos (funding rate) para mantener el precio alineado al subyacente. Al cerrar la posición, la ganancia o pérdida realizada queda en la misma wallet en cripto o stablecoins, pudiendo luego transferirse a una exchange centralizada o a dinero fiat, momento en el cual puede aplicarse KYC", describen los expertos.
Por otro lado, remarcan, si "los fondos se transfieren a otro entorno descentralizado sin KYC, la trazabilidad para la autoridad fiscal se dificulta y su detección requerirá técnicas de forensia digital (blockchain analytics) para vincular direcciones on-chain con el contribuyente en caso de omisión de declaración". Y detallan dos escenarios:
- "En el primer supuesto, si el contribuyente declara voluntariamente la operación, deberá incluir los resultados y saldos en su declaración jurada del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales"
- "En el segundo, si no declara y la operación es detectada por la autoridad, la determinación se efectuará de oficio mediante verificación y fiscalización sustentada en análisis forense digital, con aplicación de ajustes, intereses y sanciones según corresponda".
En Argentina y en la mayoría de países con impuesto a la renta mundial, las ganancias obtenidas en cualquier parte del mundo están gravadas si el contribuyente es residente. En este caso, el hecho imponible (el momento en que nace la obligación de pagar) puede definirse:
- Al cerrar la posición
- En cada ajuste de funding rate
- En cada movimiento o retiro de fondos
"El problema para las autoridades fiscales no es si deben cobrar el impuesto, sino probar quién está detrás de la wallet. Sin esa prueba, la determinación de oficio pierde fuerza legal", remarcan los expertos.
De esta forma, el contribuyente enfrenta los siguientes riesgos fiscales:
- No declarar, no elimina la obligación tributaria
- Los registros en blockchain son permanentes y pueden ser analizados años después
En tanto, la administración tributaria posee los siguientes desafíos:
- Debe combinar análisis on-chain con datos fuera de la blockchain (cuentas bancarias, KYC, IP, etcétera)
- El pseudonimato dificulta, pero no imposibilita la detección
"En el fallo United States v. Gratkowski, un tribunal estadounidense determinó que no existe un derecho de privacidad sobre las transacciones de Bitcoin en la blockchain. Esto significa que las autoridades pueden analizar la información pública de la red y cruzarla con datos de terceros para identificar a los operadores", manifiestan los expertos del Estudio Santamaría.
Según los especialistas, "los contratos perpetuos tokenizados son una forma novedosa de invertir en precios de acciones sin comprarlas realmente. Desde el punto de vista fiscal, la obligación de declarar existe, pero el reto para las administraciones tributarias es probar la identidad del operador para poder exigir el pago".
"La tecnología blockchain ofrece transparencia en las transacciones, pero el pseudonimato plantea un desafío jurídico que marcará el futuro de la fiscalidad internacional", concluyen.