Un nuevo diseño de tarjetas "cool" emitidas por fintech y bancos, sin nombre impreso, desata a veces disputas entre clientes, comercios y entidades financieras.
Aunque la normativa las respalda, muchos locales se niegan a aceptarlas. ¿Qué dice la ley? ¿Y qué derechos tienen los consumidores?
El nuevo plástico que encendió el debate
Todo comenzó cuando la señora Martínez intentó abonar una factura de librería con su flamante tarjeta nueva que había pedido a la fintech. El cajero, confundido por la falta de nombre impreso, se negó a aceptar el pago. "No podemos verificar que la tarjeta sea suya!, le dijo a la señora Martínez. Desconcertada, se retiró sin concretar la compra.
Esta escena se repite a diario en distintos comercios del país. Tarjetas sin nombre, sin numeración visible ni fecha de vencimiento en el frente, son rechazadas por razones de "seguridad comercial". Sin embargo, la ley no avala ese rechazo.
Tarjetas innominadas: qué dice la ley
La Ley 27253 establece la obligatoriedad para los comercios de aceptar tarjetas de débito y crédito autorizadas por redes como Visa, Mastercard y otras, siempre que la operación supere los $100. Esta cifra, claro, quedó obsoleta con la inflación histórica. Hoy, nada vale menos que ese monto, con lo cual pasan a ser obligatorias.
La Resolución 87/2024 de la Secretaría de Comercio, además, prohíbe la manipulación de tarjetas por parte de los comerciantes. Es decir: el lector de tarjeta (POS) debe acercarse al cliente, no al revés.
En ese sentido, el Artículo 11 del régimen normativo aplicable prohíbe discriminar medios de pago válidos. Solo se admite su rechazo si la localidad tiene menos de 1.000 habitantes o la compra es menor a $100.
Además, según el Código Civil y Comercial, particularmente en lo relativo a los contratos de consumo (artículos 1092 a 1122), no se puede imponer una carga adicional al consumidor ni negarle un medio de pago aceptado por la ley.
Tarjetas innominadas: ¿qué pasa si un comercio no la acepta?
Un comercio que se niega a aceptar una tarjeta válida sin nombre puede infringir la Ley de de Defensa del Consumidor y puede ser denunciado ante la autoridad que debe velar por su cumplimiento, ya sea nacional o local.
Además, ese rechazo podría eventualmente implicar evasión fiscal si la intención fuera ocultar ventas, dado que los plásticos ofrecen trazabilidad bancaria.
Los consumidores tienen derecho a pagar con su tarjeta válida y los comercios no deberían exigir DNI ni revisar el plástico. Si lo hacen, se exponen a sanciones.
Por razones de seguridad, sí pueden pedir verificar la identidad, pedir un documento, exhibirlo.
Tarjetas innominadas: ¿qué pasa con la seguridad?
Las fintech argumentan que eliminar los datos visibles en los plásticos evita el robo de identidad, clonación y otras formas de fraude. Estas tarjetas suelen usar tokens digitales, códigos QR (como el caso de Mercado Pago o MODO) y autenticación biométrica, reforzando la seguridad en cada operación.
De hecho, Mercado Pago, Ualá, Naranja X, Belo, Lemon y plataformas ya no imprimen esta información en el frente de las credenciales.
Por ejemplo, desde Belo afirman que un plástico innominado es más seguro. "Si olvidás una tarjeta que lleva tu nombre impreso, hay mayores posibilidades de que quien la encuentre pueda cometer un fraude con ella", argumentan.
"Tras averiguar el DNI, por ejemplo, pueden usarla en comercios virtuales antes de que puedas darte cuenta. Las posibilidades son menores si quien la posee no conoce tu identidad", explican desde la compañía.
Mercado Pago afirma que, de pedirla, la tarjeta física es innominada, lo que significa que no tiene impreso el nombre del titular ni los números de la credencial. "Esto protege la información personal en caso de extravío". Y agregan que opera con chip y tecnología contactless para pagos sin contacto, y no tiene costos de mantenimiento.
En general, desde distintas empresas dan un control total desde la app. La persona usuaria puede consultar todos los movimientos, modificar el PIN para extracciones en cajeros, establecer límites de extracción y de compra o pausar o cancelar la tarjeta de forma inmediata.
Sin embargo, muchos comerciantes alegan que no tienen herramientas para verificar la titularidad de esas credenciales, lo que los deja desprotegidos ante un eventual "desconocimiento de compra".
Esta tensión deja en evidencia la brecha tecnológica y legal entre la innovación financiera y la experiencia del comercio tradicional. Una caja negra en un país de la desconfianza. La realidad es que el comercio sí podría pedir un DNI, y el cliente elegir la tarjeta, nominada o innominada.
Además, en líneas generales, siempre es un derecho desconocer la compra. Pero igual que en el Hombre Araña, un gran poder implica una gran responsabilidad. El banco o fintech deberán investigarlo y si el cliente desconociera una compra real, con dolo de estafa, se expone a una causa penal.
Tarjetas: ¿qué hacer en caso de robo o extravío?
Sin importar si tiene o no el nombre del cliente, hay que tener en cuenta los siguientes consejos en caso de robo o pérdida:
- Cambiar el PIN: asegura que nadie pueda realizar extracciones de dinero en cajeros
- Reportar el incidente: notificar el robo o pérdida desde la app para cancelar la tarjeta de forma definitiva y solicitar una nueva
- Monitorear la actividad: revisar los movimientos de la cuenta y reportar cualquier transacción desconocida por los canales oficiales
- Hacer la denuncia ante las autoridades
Por último, siempre se remarca evitar vincular la tarjeta a sitios no seguros o compartir su información.