En los últimos cinco años, el ecosistema fintech en la Argentina pasó de un puñado de empresas a unas 300, apalancándose en la mitad de la población no bancarizada o sin acceso a servicios financieros más allá de una caja de ahorro.

Así, con varios servicios sin costo, mayor agilidad y menores barreras de entrada, surgieron compañías que obligaron a la banca tradicional a replantear estrategias, y hasta pudieron lanzarse a la conquista de otros países de la región con problemas similares. Sin embargo, el año pasado se dispararon algunas alarmas que confabulan con el "todo gratis".

Billeteras digitales: qué pasa en el sector

El 2022 fue muy duro para las startups y las fintech, que debieron reconfigurar su negocio ante una tormenta perfecta desencadenada por:

A nivel local, se registraron diferentes réplicas dentro del ámbito fintech:

Ignacio E. Carballo, Head of Crypto & Alternative Finance de AMI y director del Centro Finanzas Alternativas de la UCA, afirma a iProUP que "esto se debe principalmente a la falta de financiación".

"Para ningún sector, no sólo el fintech, fue normal la disponibilidad de fondeo: fue una exageración, donde todo era gratis y varias firmas levantaban capital sin siquiera tener una página web. Pasamos a una crisis sin antes pasar por un período de normalidad", aclara.

Santiago Mora, director de Fintech Law y criptoactivos en UDESA, UTDT y UBA, y socio de GPG Advisory Partners, señala: "Varias fintech dejaron de brindar muchos servicios sin cargo". Y suma otros factores que afectan a los proveedores de servicios de pago (PSP), categoría que abarca a las billeteras fintech:

Según Mora, "esto provocó que los bancos ya no pudieran prestar esos fondos, por lo que dejaron de ofrecer rentabilidad a los PSP. Comenzaron a cobrarles importantes montos por el mantenimiento de las cuentas. Si bien este encaje se flexibilizó en septiembre, la situación sigue siendo difícil para las fintech".

Por su parte, Jorge Larravide, especialista en Medios de Pago y profesor en Programas Fintech, señala a iProUP que "este ciclo de servicios gratis ya lo recorrieron los bancos hace tiempo, con los home y mobile bankings".

"Reemplazaron el costo de una transacción presencial por el de una electrónica, 65 veces menor. Multiplicado por la cantidad de operaciones, repaga cualquier proyecto de plataforma digital. Pero en fintech no ocurre lo mismo, porque empezaron con servicios gratis", ilustra.

Un importante ejecutivo del sector cripto advierte a iProUP, en estricto off-the-record, que el "todo gratis" también incluye un "modelo de negocio con poco futuro".

"Calculá que por cada transacción con tarjeta prepaga, un fintech recibe cerca del 1,5% del ticket. Cualquier beneficio que lo supere, como un cashback del 2%, es insostenible", advierte.

Reba comenzó a cobrar la membresía de su tarjeta de crédito American Express "Green", que fue gratis en un principio

Y añade que "la obligación de abonar sólo con cripto para acceder a reintegros obedece a que los exchanges pueden compensar con el spread. Así, tienen cierta ganancia cuando les comprás cripto y convertís a peso al pagar, que lo vuelcan al cashback y a sobrevivir".

Según el panel de CriptoYa, las diferencias entre puntas compradoras y vendedoras rondan el 4%.

Billeteras digitales: qué pasa en el sector

Carballo cree que no habrá un fin del "todo gratis" general, pero "aquellas firmas que están más lejos de un punto de equilibrio, o no tienen un gran share de mercado, están ajustando para llegar a adelantar su breakeven y alcanzar la rentabilidad".

Por tal motivo, la "purga" de las billeteras puede tener más víctimas: "Hay muchas propuestas compitiendo con poco diferencial y mucha concentración de los que entraron primero, como Mercado Pago o Ualá".

En este sentido, adelanta que "quedarán las que creen una comunidad sostenible de fidelización, logren diferenciarse y tengan un marketshare que permita un menor impacto ante las crisis".

En sintonía, Larravide señala que las billeteras que sobrevivan serán las que cumplan con las siguientes seis claves:

El QR con tarjeta: el nuevo capítulo entre los bancos y las fintech

Mercado Pago y Ualá parecen tildar casi todos los casilleros. También acaparan más del 80% de los depósitos en cuentas virtuales: casi 77% para el liderado por Marcos Galperin y 4,4% para el encabezado por Pierpaolo Barbieri.

Este último es el mejor ejemplo más visible de creación de comunidad, con un aplicación en el mundo virtual y una tarjeta para el físico sobre la que se añadieron:

En el caso de Mercado Pago, cuenta con el fondo de inversión, servicios a Pyme, créditos y beneficios a clientes con sistema de niveles, pero no progresó en cuestiones cripto o bursátiles.

Carballo remarca que la estrategia general de estas fintech es "avanzar en ofrecer todos los servicios financieros, como el crédito al consumo en distintas variantes, como buy now pay later y cuotificación. Para tarjetas de crédito, es necesario tener una licencia bancaria".

Ualá ya la tiene a través de Wilobank, y Mercado Libre ofreció una hasta hace un tiempo en alianza con Patagonia. Pero hoy parece no interesarle tras el ataque del líder de la Bancaria, Sergio Palazzo, y su proyecto -ahora freezado- de afiliar a los trabajadores fintech.

Galperin prefiere no despertar a ningún elefante gremial. Por eso, ahora los nuevos negocios los prueba en Chile y Brasil, como logística propia con camionetas eléctricas para repartir pedidos y hasta aviones.

Las billeteras van camino a ser "superapps" de servicios financieros para seguir siendo relevantes para los usuarios

Las tarjetas de crédito, además, son el centro de otra disputa: el diseño original de Transferencias 3.0 apunta a los pagos "al contado", con el saldo disponible en una cuenta bancaria o virtual.

La banca está "apurando" al Central para que las incorpore, ya que ningún banco o fintech puede aplicar promos o cuotas sobre el pago con el QR de un tercero. Apunta contra Mercado Pago, que a sus vez defiende que que hace falta más desarrollo tecnológico y seguridad para ello.

Mientras tanto, Larravide asegura que las fintech apuestan al "modelo freemium, en el que un usuario final tenga parte del servicio gratis y parte pago. Por ejemplo, si pide solo una tarjeta virtual, probablemente sea gratuita, pero si quiere la física abonará un costo que incluirá la fabricación del plástico, el delivery del correo, etcétera".

Pero existe otro riesgo. La tentación del "todo gratis" es demasiado grande, no sólo para los usuarios sino también para los comercios, y amenaza con convertir al sistema de pagos electrónicos en una serpiente que se traga la cola.

Irónicamente, los autoservicios y bazares chinos, grandes responsables del crecimiento del QR de Mercado Pago en la primera ola de adopción hace cuatro años, sólo aceptan cobros con saldo en cuenta o transferencia a CVU/alias, ambas transacciones sin cargos extra. Y, como aquella vez, la onda expansiva ya llegó a comercios barriales.

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