Tomemos el caso de un agricultor que pierde su cosecha por un temporal. Los pasos a sguir ante su aseguradora serán tediosos y llenos de papelería. Pero qué pasaría si estuviera automatizado vía contratos inteligentes? Ese es el objetivo de uno de los últimos fenómenos en alza en el terreno del 'blockchain' y las llamadas finanzas descentralizadas (DeFi) y que cuenta con proyectos que ya mueven millones de euros. ¿La clave? Unos nuevos desarrollos tecnológicos llamados "oráculos" que ya incluso llaman a la puerta de gigantes como Google.

El crecimiento del sector 'blockchain' ha llevado a que ideas como esta cojan cada vez más tracción y la pasada semana, Google, a través de su apartado Google Cloud, anunciaba un acuerdo con Chainlink, la compañía líder en esta nueva refundación de los oráculos, con la idea de surtir de información a las cadenas de bloques. ¿Cómo? Google Cloud engulle a diario millones de datos sobre el entorno climático y lo hace, en principio, como una fuente fiable y objetiva, pues Chainlink se encargará de llevar esa información a las cadenas de bloques para que los diferentes programas automáticos ejecuten sus procesos cuando la información exterior así lo indique. Y no, no es la única gran empresa interesada en estos avances, Microsoft o Deutche Telekom también se han sumado a la fiesta. 

El mejor ejemplo para entenderlo es de los agricultores, pero no es el único. Como explica en conversación con Teknautas Fernando Gutiérrez, inversor y experto en criptomonedas, implicado en varios proyectos desde 2013, para entender estos proyectos primeros hay que hablar de los 'smart contracts' o contratos inteligentes. Buena parte del ecosistema 'cripto' se basa en estos contratos que no dejan de ser pequeños programas informáticos automáticos que vienen a sustituir a los contratos tradicionales.

Volviendo al caso de los agricultores, la aseguradora y el interesado 'firman' uno de estos contratos inteligentes en la cadena de bloques y a lo que ayuda es que es capaz, entre otras cosas, de liberar los fondos cuando le llegue la información de que un temporal ha acabado con sus cosechas. ¿De dónde saca esa información de forma fiable? Pues ahí entra el papel de los oráculos como Chainlink.

"Estos 'Smart contracts' están pensados para funcionar de forma autónoma y automática, que no necesiten, y esa es la clave de este nuevo mundo, intermediarios. Nadie tiene que revisarlo ni hay peritos ni digamos un ente que decida sobre ello mientras la otra parte espera la decisión, sino que son procesos automáticos con variables matemáticas que actúan según se cumpla una serie de puntos. Pero claro, para saber si esos puntos se han cumplido en muchos casos necesita recibir información de fuera de la cadena, que alguien o algo le diga que ha llovido o que el precio de una acción ha subido hasta tal punto para resolver la ecuación. Y ahí es donde aparece la tecnología de los oráculos y por lo que está generando tanto interés en el sector". 

Con el paso de los años y el crecimiento del sector su importancia se ha convertido en capital, porque de su información dependerá la resolución del contrato y cuanto más compleja sea la información que necesita más difícil será su desarrollo. ¿Y cómo se consiguen estos oráculos? Pues hay muchos modelos, pero el de Chainlink, el más famoso, se basa en pagar a los desarrolladores que usen su modelo, mejor información traigan y más ayuden a la comunidad. Claro, los pagan con su moneda, el Link. Tanto está creciendo que el proyecto creado por el ruso Sergey Nazarov se ha convertido en uno de los más pujantes del ecosistema 'cripto'.

Ahora mismo, cada link se cambia por unos 22 euros, lejos de su pico que está en los 42. Es la 15 moneda en el ranking por capitalización de mercado, según Coinmarketcap, que está alrededor de los 9.900 millones de euros y el volumen diario que mueve ronda los 870 millones. Unos números que muestran la pujanza de los oráculos y que en el verano de 2020 llegó a colocar a Chainlink entre los 5 proyectos más potentes.

Todo gracias a su protocolo, que lo que ha conseguido, como explica Gutiérrez, es aligerar todo el proceso y generalizar la creación de estos programas. "Ahora casi cualquiera que controle un poco de programación y criptografía puede trabajar con Chainlink y hasta crear su propio oráculo por si no le vale ninguno de los cientos que tiene la compañía en su web". Una vez que lo tienes solo tienes que añadir unas líneas de código al contrato inteligente.

Fuente: El Confidencial

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