Bitcoin batió en reiteradas oportunidades su récord de cotización en el primer trimestre de 2021: pasó los u$s63.000 y, tras una turbulencia que la llevó a depreciarse 50%, lucha por volver a la franja de los 40.000 dólares.

Lo mismo ocurre con Ether, la segunda criptomoneda más famosa del mundo, por detrás del BTC, que comenzó mayo a toda velocidad gracias a sus auspiciosos números y que llevaron a muchos expertos a considerarla como la opción del año. Pero también cayó y hoy se esfuerza por mantenerse en la zona de los 2.500-3.000 dólares.

La tendencia fue imitada por el resto de las altcoins (como se denominan a las divisas virtuales que no son Bitcoin), que también reflejaron altas subas y pronunciadas correcciones: Binance Coin (BNB), Cardano (ADA), Dogecoin (DOGE) y Polkadot (DOT) son algunos de los mejores ejemplos.

Así como los argentinos abrieron más de 2 millones de cuentas para operar y utilizan estos activos como reserva de valor ante los problemas que atraviesa el peso, dolarizar sus carteras y hasta para tradear para hacer una diferencia económica, también creció su aceptación por el lado de las grandes compañías.

Desde gigantes internacionales como PayPal, Visa, Mastercard, Microsoft y Tesla, pasando por la web para adultos Pornhub, la famosa plataforma Wikipedia, los locales norteamericanos de las cadenas de comidas rápidas KFC y Subway, y hasta MercadoLibre se unieron a la "revolución cripto".

Riesgos y beneficios

Desde aquel 22 de mayo del 2010, cuando un analista de sistemas llamado Laszlo Hanyecz compró dos pizzas grandes en un local de la cadena Papa John's en Estados Unidos, por las que abonó con 10 mil bitcoins –equivalentes en aquel entonces a 41 dólares– hasta la actualidad, han corrido mucha agua bajo el puente.

En plena pandemia, las divisas digitales se transformaron en la inversión del momento y, a nivel local, abrieron el debate acerca de si es conveniente pasar los ahorros a criptomonedas o seguir apostando por la moneda estadounidense en el mercado paralelo, ante el cepo que limita el acceso a la cotización oficial.

El mundo financiero tradicional, que primero las miró con desconfianza, ahora se está rindiendo ante las potencialidades que prometen. Uno de los casos más resonantes es el de PayPal, que activó su nuevo servicio Checkout with Crypto, que permite a los usuarios realizar compras con criptodivisas en Estados Unidos.

Cabe destacar que esta modalidad, que aparece automáticamente en el monedero de la plataforma, solamente acepta los tokens más populares, como Bitcoin, Ether o Litecoin, mientras que los comercios seguirán cobrando en dólares porque la app se encarga de hacer la conversión en el momento de la compra.

Visa, por su parte, acepta la stablecoin USDC (token que siempre tiene el valor fijo de un dólar) como moneda de pago en EE.UU.

Su rival, Mastercard, asegura que su "cambio a apoyar a los activos digitales permitirá que muchos más comerciantes acepten criptomonedas" y así eliminará las "ineficiencias", permitiendo que tanto los consumidores como los comerciantes eviten tener que convertir los tokens y monedas tradicionales de un lado a otro para hacer operaciones.

En diálogo con iProUP, Matías Bari, experto en criptomonedas y cofundador de la exchange SatoshiTango, explica que detrás de esta creciente aceptación por parte de los jugadores institucionales se encuentra la necesidad de sumarse a una tendencia que llegó para quedarse y que aún tiene mucho camino por recorrer.

"Las empresas que tienen historia tradicional en la industria de las finanzas no pueden quedarse afuera. Saben que necesitan meterse en el mundo cripto. No necesariamente en lo que respecta a la compra y venta, sino desde el punto de vista de la infraestructura: Bitcoin es tecnología y una moneda descentralizada, que permite enviar dinero a cualquier parte del planeta", explica.

Ignacio Carballo, director de Ecosistema Fintech & Digital Banking de la UCA, coincide con su colega y agrega que los motivos pueden dividirse en dos grandes grupos: por un lado, los indicadores del mercado; por otro, la necesidad de estar a la vanguardia.

"Los jugadores institucionales ven a este tipo de activos digitales como el medio de pago del futuro y por tal motivo están apostando por ellos", señala a iProUP el especialista, quien destaca que sumarse a esta tendencia les brindará la posibilidad de acceder a nuevos clientes.

Michael Saylor, de Microstrategy, la compañía que más fuertemente atesora criptomonedas

"Recordemos que quienes entran primero en este tipo de mercado, luego tienen una ventaja comparativa ante el resto", subraya Carballo, pero advierte que como contracara existen los riesgos propios de operar en economías que están constantemente bajo la mirada de reguladores.

Por su parte, Andrés Burecovics, abogado especializado en criptomonedas y movimientos interjurisdiccionales, concuerda en señalar a la enorme demanda, que se ha generado para que el modelo tradicional se integre con el sistema cripto, como uno de los motivos para explicar la tendencia.

"Cada usuario nuevo que comienza a utilizar criptomonedas, rápidamente se da cuenta de la superioridad del sistema respecto del tradicional. Por un lado, reclaman la integración a los proveedores que utilizan en el día a día; por otro, esa integración responde a un deseo más profundo respecto de estas empresas de seguir siendo relevantes. En los tiempos que corren, sos relevante o sos historia", detalla en diálogo con iProUP.

Además, al momento de destacar las ventajas que representa la integración de las cripto, Burecovics remarca que "cuando el sistema tradicional se adapta a utilizar las tecnologías que pide el mercado, la calidad de vida del consumidor aumenta y se facilitan transacciones que antes eran más complicadas".

Otra de las mejoras que subraya el letrado radica en la agilidad para resolver situaciones que tradicionalmente son tediosas.

"En el hipotético caso de que haya una disputa de fondos, actualmente implica un proceso largo y burocrático entre el banco y el proveedor de pagos, en el que habitualmente se ‘patean la pelota’ el uno al otro, quedando el cliente en una situación de bastante indefensión", señala.

Y remarca que "operando con criptomonedas es extremadamente simple saber a toda hora dónde está cada activo, de dónde viene, qué transacción se hizo y cuál no".

Qué ocurre en Argentina

Las criptomonedas son una alternativa válida de pago para los argentinos en un contexto donde cada día aparecen más restricciones. Y si bien desde los organismos oficiales se aclara que estos activos no son de curso legal y son para operaciones entre privados, no hay ley que impida su utilización.

Así, en Capital Federal y Conurbano existen cerca de 270 establecimientos en los que se puede pagar por productos y servicios con criptomonedas, según revela el portal especializado coinmap.org.

En paralelo, cada día más inmobiliarias (y hasta Mercado Libre) se suman a la tendencia. Tanto es así que ya registran ventas de inmuebles en bitcoins. No sólo eso: la firma que comanda Marcos Galperin fue la primera empresa latinoamericana de porte en pasar parte de su tesorería (u$s7,8 millones) a la criptodivisa líder.

"Es que el atractivo para aceptar su utilización está en la combinación y en la institucionalización de las criptomonedas de una manera superadora con las finanzas tradicionales", manifiesta Carballo.

Seguir la tendencia: los clientes piden cada vez más opciones para los nuevos medios de pago

Según el experto, "estos instrumentos tienen aun más cabida en economías como la nuestra, en la que los usuarios deben recurrir a varias alternativas para encontrar una reserva de valor y así poder salir del riesgo local, sin perder de vista que Bitcoin y Ether son activos volátiles".

Al respecto Burecovics suma que "existen varios sectores en los cuales el vendedor simplemente rechaza al peso argentino como unidad de cambio para ejecutar determinada venta".

"Ante la imposibilidad de conseguir dólares, al menos de forma legal, recurren a las criptomonedas, que son estables, confiables, seguras y pueden ser adquiridas de forma completamente legal sin ningún tipo de cepo en exchanges regulados", complementa.

¿Amor pasajero o inicio de una relación prometedora?

Cada día, nuevos players institucionales las incluyen entre sus medios de pago, porque ven en ellas una manera eficiente de llevar a cabo las operaciones y, sobre todo, por las ventajas que ofrecen al ser un sistema seguro y transparente en el que cada transacción es verificada por la blockchain.

"Las transferencias internacionales ya existen, son seguras y de costo bajo. Quizás las criptomonedas no reemplacen eso, que ya funciona bien, sino que su uso se irá amoldando a las necesidades de los usuarios", analiza Bar.

El CEO de SatoshiTango compara este momento de irrupción con la llegada de Internet y la posterior aparición del homebanking:  "Muchas se olvidan o no lo vivieron: para hacer una transferencia tenías que ir a la sucursal o hablar con un oficial de cuenta. Bueno, esto es lo mismo. Es solamente el principio de un proceso mucho más largo".

Así, Bitcoin está ganando adeptos no sólo entre los usuarios, sino también entre empresas, que las ven como un activo para resguardar su capital y para plantar bandera en las finanzas del futuro.

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