Si tuviéramos ahorrados 50.000 dólares y fuéramos de los que se animan a tomar riesgos, ¿en qué invertiríamos en medio del desastre económico ocasionado por la pandemia de la COVID-19?

¿Compraríamos los siempre seguros bonos del Tesoro de Estados Unidos, títulos públicos de algún país remoto (con menos historial de default que la Argentina) o nos atreveríamos a apostar por las empresas que cayeron con fuerza pero que, tal vez -cuando la economía mundial comience a recuperarse- despegarán y podrían dejarnos jugosas ganancias?

La primera respuesta de los analistas es: esto no es para cualquiera. Hay que estar dispuesto a correr riesgos (como se puede ganar mucho, también se puede perder) y a esperar. Porque nadie sabe cuánto durará la situación actual. Esa es la principal incertidumbre que reina en el mercado por estos días: ningún analista se atreve a pronosticar cuándo terminará la parálisis económica y comenzará a girar nuevamente la rueda de la economía.

 

"Todo depende de lo que el inversor crea que va a durar la situación. Para quienes piensan que apenas persistirá unos meses, es una oportunidad histórica, porque hablamos de empresas cuyos valores cayeron entre un 80 y un 90% en dólares", afirma a iProUP Augusto Darget, socio de Silver Cloud Advisors.

Y continúa: "Es decir, si en septiembre todos estamos volando y hospedándonos en hoteles en cualquier parte del mundo, podremos decir que sólo fue un mal momento, y entonces el petróleo, las líneas aéreas y los hoteles se recuperarán muy rápido. Si esto dura hasta fin de año, lo que veremos son muchos quebrantos".

De hecho, LATAM informó que se someterá al chapter 11, siguiendo los pasos de la compañía de alquiler de autos Hertz y algunos vaticinan que podría repetir ese camino otros pesos pesados, como por ejemplo, el gigante del comercio minorista Macy's.

El chapter 11 es el capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos pero, a diferencia de lo que ocurre en la Argentina, si allá una empresa se declara en concurso de acreedores o va a la quiebra, no significa que vaya a desaparecer para siempre.

Por el contrario, podrá hacer una reestructuración y hasta tendrá la posibilidad de renacer si logra adaptarse. Pero claro, es difícil saber cómo acomodarse a la situación actual -en especial, si se trata de una aerolínea– y mucho más aún saber cómo serán los tiempos que vendrán.

"Es un tema muy complejo. Hasta el mismísimo Warren Buffet anunció la venta de todas sus acciones de líneas aéreas. Y sus vaticinios resuenan en nuestros oídos cuando observamos el pedido de chapter 11 de LATAM en los Estados Unidos", señala a iProUP Leonardo Chialva, de Delphos Investment, dejando claro que apostar en este contexto no es para improvisados.

En efecto, varias compañías del sector del turismo perdieron gran parte de su cotización desde febrero –antes de que varios gobiernos dictaran la cuarentena y hasta cerraran sus fronteras- hasta hoy, a saber:

- LATAM: de u$s9 a 1,48 (-84%)

- Delta: u$s57 a u$s26 (-55%)

- United Airlines: de u$s80 a u$s37 (-54%)

- Despegar: de u$s15 a u$s6,90 (-54%)

 

"El problema no es que la compañía no vaya a seguir existiendo, sino que sobreviva gracias a la emisión de nuevas acciones u Obligaciones Negociables (ON) convertibles en acciones y eso implique una dilución muy importante de tu participación como accionista", explica Chialva.

Y agrega: "El mejor ejemplo es el Citi después de la crisis del 2008, porque sigue existiendo pero sus acciones se destrozaron y nunca se recuperaron del todo ya que tuvieron que emitirse nuevas, traer nuevo capital para poder enfrentar todos los quebrantos que se fueron acumulando durante esos malos años".

Todos los analistas coinciden en dos variables fundamentales para decidir una inversión en los tiempos que corren:

- Cuánto tiempo se piensa que durará esta situación

- En qué momento se compran las acciones 

Si se piensa que la crisis que atraviesa la economía mundial no será muy extensa, entonces vale la pena invertir en aquellas compañías que resultaron duramente golpeadas. Claro que habrá que estar atento en qué momento se adquieren esos papeles, para que el capital no quede diluido si esa empresa decide ampliarlo o recurrir a la emisión de ON.

Dos cuestiones a considerar para invertir en una empresa: tiempo de recuperación y cuánto durará la caja para capear la crisis.

"Estos sectores que ahora están complicados se presentan como apuestas altamente especulativas. El riesgo está en el costo de capital que se requerirá durante todo el tiempo que demande la recuperación", explica Chialva.

Y añade que se trata de trazar un horizonte: "Si creemos que la situación se normalizará, por ejemplo, en nueve meses, entonces las compañías que cuenten con la suficiente caja para aguantar, no diluirán tu participación accionaria". "En cambio, las que sólo tengan fondos para seis meses, te van a licuar muchísimo; y si tienen para tres meses te van a diluir una enormidad", ejemplifica. 

Claro que no todos los sectores están en la misma situación. El petróleo es uno de los más complicados, entre otras cosas porque el 40% del combustible es consumido por las líneas aéreas. Así, el barril de crudo bajó de u$s54 a u$s34 e impactó en las pizarras de Wall Street:

- Royal Dutch Shell: u$s52 a u$s31 (-40%)

- YPF: u$s825 a u$s526 (-36%)

- Exxon Mobil: u$s60 a u$s46 (-23%)

- Chevron: u$s110 a u$s92 (-17%)

Por lo pronto, nadie sabe cuándo se normalizará la situación. Y así se llega a otro rubro complicado, acaso sólo superado por los cruceros. "Las aerolíneas y fabricantes de aviones son de alto riesgo. Aunque en el caso de Boeing, como es una empresa estadounidense, difícilmente su gobierno la vaya a dejar caer", advierte a iProUP Eduardo Ganapolsky, analista de Proficio Investment.

Y aclara: "Las aerolíneas se fusionan o van a chapter 11 (como LATAM-) y son más riesgosas. Pero American Airlines o Delta tienen muchas chances de recuperarse, aunque claramente son apuestas para un inversor agresivo". 

Ganapolsky asegura que "en la misma línea estarán los cruceros y los hoteles, aunque tal vez los primeros estén aún más complicados porque dependen exclusivamente del turismo, en cambio las aerolíneas y la hotelería se sustentan también en los viajes de negocios que, en algún momento, volverán".

El analista de Proficio está convencido de que "llevará buena parte de año que viene para que las líneas aéreas puedan trabajar de nuevo a capacidad plena". Pero se muestra optimista al considerar que "el mercado se va a adelantar eso, no necesariamente habrá que esperar hasta ese entonces, sino que a fin de este año se podría ver una recuperación en las acciones de esas compañías".

De todas maneras, se muestra más conservador al sugerir a quienes estén dispuestos a correr cierto riesgo a que apuesten por los bancos. "Es un sector que ha caído mucho, pero entidades como Bank of America, JP Morgan o Morgan Stanley difícilmente vayan a desaparecer, por lo que se presentan como una muy buena inversión para tener en cartera a la espera de que se recuperen".

A modo de ejemplo, basta observar el comportamiento de las acciones de Bank of América: en su peor momento tocaron los 18 dólares y ahora casi un 25% arriba. Incluso, llegó a estar por encima de los 35 dólares. "A los bancos aún les queda un recorrido", señala Ganapolsky.

Un sector mucho menos riesgoso que las aerolíneas, la hotelería y el petróleo son las comunicaciones y especialmente los contenidos de streaming, por ejemplo:

- Spotify: u$s143 a u$s186 ( 30%)

- Disney: u$s144 a u$s122 (-15%)

- Netflix: u$s390 a u$s404 ( 4%)

De hecho, gracias a la buena performance que tuvo Disney Plus (la división del gigante del entretenimiento para competir con Netflix) el Grupo pudo obtener ganancias y compensar que los parques –principal ingreso de The Disney Company– permanezcan cerrados por el coronavirus.

"Poco antes de la pandemia, habían tenido un cambio de CEO que provocó una leve caída en el mercado, pero aun así habían llegado a valer 153 dólares por acción", recuerda Ganapolsky. Cuando llegó el peor momento de la crisis por la COVID-19, el Grupo Disney cotizó debajo de los 100 dólares y ahora está en u$s122, en buena medida gracias a Disney Plus.

"En pocos meses, consiguieron muchos suscriptores y objetivos que se habían planteado para los próximos cuatro años. Así, lograron remontar un poco la caída", señaló el analista de Proficio.

Queda claro que la comunicación online y los contenidos salvaron, en este caso, a una industria basada en la hotelería y los viajes, como lo es el Grupo Disney, cuyo corazón del negocio está basado en los parques de juegos.

Queda claro, hay que ser un inversor propenso a asumir riesgos para apostar ahora por aquellas empresas y sectores más golpeados por la pandemia. Como reza una de las principales premisas, los mejores negocios se hacen cuando se compra barato y todo está por el piso. Y de eso sí nadie duda: ese momento es ahora

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