La programación es la profesión más demandada y para muchos es una salida laboral asegurada. Sin embargo, formarse y hacer coincidir el tiempo y momento adecuado para insertarse en este mundo no siempre es tarea fácil.

Con esa problemática en mente nació Microverse, una escuela que ofrece un programa de entrenamiento en un entorno profesional que emula el de una empresa tecnológica y dirigido a personas que buscan crecer en el ámbito del desarrollo de software en un plano internacional. ¿El objetivo?: trabajar en organizaciones remotas distribuidas.

Nicolás Kneler es Gerente de Operaciones en América Latina y trabaja desde hace dos años y medio para expandir Microverse en la región. En diálogo con iProUP, explica que "es un entrenamiento específico en el que se trabaja mucho la asincronía, los husos horarios, todas las herramientas de gestión de proyectos de software, su planificación, la asignación de tareas y el orden de responsabilidades dentro de un equipo". 

Los estudiantes trabajan cada semana con un equipo distinto como si estuvieran dentro de una empresa y el estudiante es tratado como un profesional del desarrollo de software desde el día uno. "Lo que buscamos es que desarrollen la práctica y el hábito de resolver problemas de la misma forma en que lo harían en su trabajo real, con la diferencia de que la complejidad técnica de estos problemas va escalando semana a semana", detalla.

¿Cómo se paga el curso?

Uno de los principales distintivos de Microverse tiene que ver con su forma de pago. Así lo explica Kneler: "Se financia a través de un programa de ingresos compartidos, esto significa que la persona no paga nada durante el programa, sino que somos nosotros quienes invertimos y ponemos nuestros recursos en manos del estudiante. Solamente cobramos si el estudiante tiene éxito: cuando ya está trabajando y ganando u$s1.000 o más por mes empezamos a cobrar un 15% del salario hasta cubrir los u$s15.000 de la matrícula".

Según Kneler, "eso le garantiza al estudiante que nuestros objetivos estén alineados con los suyos. Si el estudiante no gana nosotros no ganamos, con lo cual ellos saben que vamos a estar ahí haciendo todo lo posible para que le vaya bien", asegura.

Microverse no sólo enseña a programar: también habilidades blandas y búsqueda laboral

Sin embargo, aclara: "Eso no significa que estemos llevándolo de la mano porque justamente sabemos que lo que la persona tiene que desarrollar es la capacidad independiente de resolver problemas, ya sea de forma autónoma o colaborativa con pares. Somos la única escuela en el mundo que ofrece este tipo de financiación para personas de cualquier lugar del mundo". 

Desde Microverse aseguran que el porcentaje de personas que se da de baja del programa es muy bajo y que todas las personas que se gradúan están trabajando en tecnología. Lo mismo sucede con los números de repago.

"El tiempo promedio está entre los tres y los cuatro años. En Latinoamérica lo que vemos es un primer salario en promedio de 1.750 dólares. Entre los ocho y los catorce meses hay un salto salarial dentro del mismo trabajo o en uno nuevo que llega a más o menos los 2.000 o 2.500 dólares y, en general, entre los 18 y los 26 meses hay un segundo salto salarial hacia los 3.000 o 4.000 dólares. Así, en tres o cuatro años terminan de pagar la matrícula", explica el Gerente de Operaciones.

¿Cuánto dura el curso y cómo conseguir empleo?

Una vez que completan el programa técnico de 30 semanas junto a sus compañeros, comienza el proceso de búsqueda laboral, en el que tendrán un coach que va a trabajar con ellos uno a uno.

"Es una persona que viene de contratar desarrolladores en alguna empresa internacional y tiene todas las herramientas para ayudarlo a mapear el mercado, a entender a qué tipo de ofertas deberia apuntar en función de sus capacidades y de lo que está buscando, y armar un plan de tareas que va a estar haciendo ocho horas por día, cinco días por semana", detalla.

Ese acompañamiento en el proceso de búsqueda laboral es clave si se tiene en cuenta la teoría en clave futbolística de Kneler: "Siempre se dice que si sabes programar podes conseguir un trabajo afuera y no es así. Saber programar es como saber pegarle a la pelota, pero jugar al fútbol en un equipo no es simplemente eso".

"Eso es solo la base, pero no es lo que te define como un buen jugador. Lo que te define como un buen desarrollador, en equipos remotos sobre todo, no son tanto las capacidades técnicas sino tu capacidad de aportar valor en ese equipo y de un montón de habilidades blandas". 

"Una vez que los graduados terminan de pagar la matrícula van a seguir siendo parte de la comunidad de Microverse y van a seguir contando con ese esquema de soporte profesional que está buenísimo", concluye Kneler.

En total, más de 1.500 estudiantes ya pasaron por Microverse, de los cuales:

Además, Microverse apunta a formar en total a un millón de personas para 2030

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