El universo de los activos tokenizados del mundo real (RWA) se mueve a paso firme y ya se refleja en los números. En apenas un año, la capitalización total saltó de unos u$s15.000 millones a más de u$s35.000 millones.

Dentro de ese boom, las acciones tokenizadas alcanzaron un récord cercano a los u$s800 millones, con un crecimiento que multiplica por 30 su tamaño inicial. Sin embargo, estas cifras no reflejan un interés genuino del público.

Al menos así lo plantea el influencer Milk Road X: "Las acciones tokenizadas no crecieron porque la gente de repente las quisiera, sino porque su emisión finalmente se volvió posible".

Según su análisis, durante el año la prioridad fue resolver obstáculos regulatorios y de infraestructura. Una vez resueltos, "la oferta pudo escalar casi de la noche a la mañana".

Ethereum es protagonista de este desarrollo. Según reportes de CoinShares, sus soluciones de segunda capa concentran la mayor parte del valor tokenizado.

Uno de los segmentos más activos es el crédito privado, impulsado por empresas que ofrecen préstamos con respaldo inmobiliario y liquidaciones mucho más rápidas que en el sistema tradicional.

También avanza la tokenización de bonos del Tesoro de EE.UU., una estrategia que busca optimizar operaciones más que fomentar la especulación. BlackRock, Goldman Sachs y HSBC ya lanzaron proyectos y ofrecen desde fondos tokenizados hasta instrumentos con rendimientos del 4% al 6%.

Sin embargo, según CoinShares el negocio no genera grandes ingresos nuevos, porque las comisiones son bajas. El atractivo está en mejorar la distribución, fidelizar clientes y reducir costos administrativos.

Por qué avanza la tokenización

La tokenización aparece como una herramienta práctica, a diferencia de la impronta disruptiva que caracterizó a Bitcoin. Incluso críticos como Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, reconocen el valor de su tecnología

El avance de la tokenización también tiene un costado legal. Camila Soria, abogada y fundadora de Khoros y CipherLaw, señaló que en los primeros pasos de los RWA se trabajaba con esquemas preventivos de cumplimiento. Hoy, en cambio, ya existen marcos regulatorios más definidos en Europa y en Argentina.

Soria explicó la diferencia entre tokenización directa, indirecta y gemelos digitales. La primera es la más adecuada para el sector inmobiliario aunque, advirtió, en Argentina las normas actuales frenan el desarrollo.

"La Comisión Nacional de Valores no está tokenizando directamente activos inmobiliarios, sino instrumentos financieros, y exige estructuras como fideicomisos".

De cara al futuro, Soria prevé que "se van a gestar grandes jugadores" en el país, aunque las exigencias vigentes dejan afuera a muchos emprendedores. Aun así, destacó el interés internacional y la fuerte adopción de activos digitales en Argentina como señales de un terreno fértil.

Los números confirman que la tokenización vive una etapa de expansión acelerada y los expertos coinciden en que no se trata de una fiebre pasajera, sino de un crecimiento que recién ahora encuentra las condiciones técnicas y regulatorias para seguir avanzando.

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