El último sacudón del mercado cripto no fue el apocalipsis, pero sí un cachetazo pedagógico.
El modelo pasivo, que consiste en comprar y aguantar sin mirar la pantalla, quedó desnudo justo cuando el precio dejó de subir en línea recta. Con la corrección, el mercado empezó a discriminar riesgos, castigar excesos y premiar algo que en cripto siempre sonó antipático: gestión activa.
La caída golpeó con fuerza a los segmentos más frágiles del ecosistema. Empresas con Bitcoin en tesorería, mineras y acciones proxy del mundo cripto sufrieron "la doble Nelson": baja del activo subyacente y compresión de múltiplos. Lo que antes cotizaba con prima pasó a hacerlo con lupa. El mensaje fue claro: no todo el "riesgo cripto" es igual.
El límite del "buy and hold"
Durante años, invertir en cripto fue una decisión binaria, es decir, estar o no estar. Hoy ese enfoque parece quedar viejo. El mercado ya no se mueve como un bloque homogéneo y conviven activos con apalancamiento, necesidades de financiamiento y sensibilidad extrema al ciclo macro. Cuando el viento cambia, esas diferencias se amplifican.
Ahí aparece la gestión activa, no como trading frenético, sino como una forma de administrar el riesgo. Reducir exposición cuando el entorno se pone hostil, evitar estructuras demasiado endeudadas y usar derivados para amortiguar caídas.
Estrategias como la venta de calls cubiertos (ceder parte del upside a cambio de ingresos recurrentes) empiezan a ganar espacio entre inversores más sofisticados. En pocas palabras, menos épica, más supervivencia.
Este cambio ya se refleja en productos concretos. Algunos fondos cotizados cripto de gestión activa optan por subponderar compañías con exceso de apalancamiento, bajo la lógica de que en un mercado volátil la pasividad amplifica errores. También surgen modelos de tesorerías cripto que buscan generar rendimiento con opciones y coberturas, en lugar de apalancarse para comprar más BTC. Es un giro de manual financiero, pero aplicado a cripto.
Claro que protegerse tiene costo. Limitar ganancias en un rally duele, y no todo lo "activo" es necesariamente bueno. Pero el mercado empieza a separar estrategia de marketing, algo saludable para una industria que quiere jugar en ligas mayores.
Cómo no huir del mercado cripto
El analista de mercado Iván Bolé señala a iProUP que el primer filtro es el horizonte de inversión. "El minorista tiene que definir objetivos claros antes de operar. Si piensa en cripto a largo plazo, el menú es acotado: Bitcoin y Ethereum", resume, con ironía incluida.
Para apuestas de valor más extendidas, hoy solo ve en pie a BNB y Solana; el resto se parece más a penny stocks: "Volatilidad extrema, grandes ganancias posibles y grandes pérdidas probables", añade.
En el corto plazo, su diagnóstico es todavía más crudo: "Es una de las temporadas más rabiosas y extractivas de los últimos años. El mercado está en modo liquidador. No podría haber peor época para un minorista", advierte.
Su recomendación suena poco glamorosa, pero sensata: "Operar menos, usar stops cortos, posiciones chicas y, si es posible, quedarse líquido. En otras palabras,esperar a que cambien los vientos".
Por su parte, Carolina Gama, country manager de Bitget para Argentina, pone el foco en la gestión del riesgo y la psicología del inversor. Cree que, en un mercado estructuralmente volátil, una visión de largo plazo ayuda a diluir movimientos bruscos y a reducir decisiones emocionales.
"Invertir de forma periódica, distribuyendo compras en el tiempo, suaviza el precio de entrada y evita el error clásico de comprar caro por ansiedad", recomienda Gama. Destaca el rol de las stablecoins como reserva de liquidez para aprovechar correcciones sin desarmar posiciones y subraya tres reglas básicas:
- "Diversificación en activos con fundamentos"
- "Tamaños de posición claros"
- "Cero romance con el apalancamiento excesivo"
"En cripto, la disciplina suele pagar mejor que la adrenalina", completa la experta.
El regreso de los defensivos
Bitcoin está en modo espera, pero el oro está en su mejor momento: su función como activo refugio permanece intacta. Bancos centrales comprando a ritmo récord, miedo a la erosión fiscal estadounidense y tensión geopolítica explican un rally que ya supera el 130% en tres años.
En un mundo en el que la inflación puede volver por la ventana, Latin Securities lo ubica entre las "defensas estructurales" del portafolio, con commodities y bonos indexados (TIPS).
Buenbit también dedica un apartado al metal amarillo: lo propone como gran apuesta para el cierre de 2025, ya que la exchange espera que se incrementen las turbulencias.
"El oro emerge como una opción para quienes buscan planificar con anticipación. Para muchos usuarios, incorporarlo antes del rebalanceo anual no solo diversifica la cartera, también les permite encarar el próximo año con un portafolio mejor preparado para distintos escenarios", señalan.
La plataforma ofrece distintas herramientas para capturar movimientos de este mercado:
- GLD (ETF respaldado en oro físico): exposición directa al metal sin las complejidades del almacenamiento
- UGL (ETF apalancado en oro): mayor sensibilidad a los movimientos del precio
- Acciones mineras (Barrick Gold, Newmont): combinan precio del oro con performance operativa del sector
- Pack Oro: una solución diversificada que reúne GLD, UGL y las principales mineras en una única inversión. Ofrece simplicidad con exposición completa.
Además, el cash volvió al juego. Durante una década, tener liquidez era resignar retorno; ahora Latin Securities pondera a los money market globales: rinden entre 3% y 4% en dólares, reducen volatilidad y dan margen para aprovechar oportunidades. Para inversores argentinos, además, ofrecen seguridad, bajo riesgo y disponibilidad inmediata.
Así, el crash funcionó como test de estrés. Bitcoin consolida su rol central, el ecosistema se vuelve más selectivo y las herramientas financieras como derivados, custodia profesional y ETF empujan a cripto hacia una lógica más parecida a la de otros mercados.