El último retroceso del precio de Bitcoin dejó al descubierto una verdad incómoda para el mundo corporativo: la mayoría de las empresas que incorporaron BTC a sus balances en 2025 hoy están underwater.
Según el November 2025 Corporate Adoption Report de BitcoinTreasuries.net, el 65% acumuló Bitcoin a un precio promedio por encima del de mercado vigente a fines de noviembre, cuando la cotización rondaba los u$s90.000
La corrección no fue violenta, pero sí suficiente para exponer un problema clásico de los ciclos alcistas. La adopción corporativa llegó, en muchos casos, tarde y cara. Durante buena parte del año, las compras se aceleraron en un contexto de fuerte entusiasmo institucional, con precios elevados y narrativa de "Bitcoin como activo estratégico de tesorería". Cuando el mercado giró, el balance pasó factura.
Las empresas compraron más Bitcoin, pero a peor precio
El informe muestra que en noviembre las firmas cotizantes y privadas sumaron 12.644 BTC, aunque las ventas y reducciones de posición recortaron el neto a 10.761 BTC, el nivel más bajo de 2025. Más allá de la desaceleración en las compras, el dato clave aparece al cruzar holdings con precios de entrada. Tener mucho Bitcoin no implica haber comprado bien.
BitcoinTreasuries.net analizó una muestra de 100 compañías y detectó que dos de cada tres están hoy con pérdidas no realizadas. En otras palabras, el titular de "X empresa tiene Y BTC en su balance" oculta un riesgo relevante: "Una parte significativa de esas tenencias fue adquirida cerca de los máximos del ciclo", concluye el informe.
Sin embargo, Guillermo Escudero, Director de Notbank by CryptoMarket Argentina, plantea algo de tranquilidad: "La estrategia de muchas es claramente de largo plazo: mantener Bitcoin en sus balances, más allá del momento puntual del mercado. En ese enfoque se separa el precio, que manda en el corto plazo, del valor, que se construye en el tiempo".
Qué le pasó a las empresas que tienen tesorería en Bitcoin
Escudero indica que mientras la exposición esté bien calibrada con relación al patrimonio neto –es decir, que el riesgo asumido sea razonable y no ponga en jaque la continuidad de la empresa–, es una dinámica que se va a repetir. "No solo en compañías, también en gobiernos. De hecho, quienes tienen espalda suelen hacer lo contrario al consenso: aprovechan caídas como esta para sumar Bitcoin a sus carteras. El resto corre detrás".
Fabiano Días, Director de Negocios Internacionales de Bitwage, asegura a iProUP que este tipo de tesorería apunta a demostrar que las empresas cuentan con garantías reales, es decir, activos auditables por cualquiera. "Bitcoin encaja a la perfección en ese esquema, pues es verificable, porque la tenencia de la empresa queda registrada de forma permanente en la blockchain y su precio opera 24/7, sin cierres ni suspensiones, incluso ante una quiebra".
Por eso, cuanto mayor sea la exposición a la divisa digital, mayor será –bajo esta lógica– la señal de salud pública de la empresa y, por extensión, de sus acciones. "Directo, sin maquillaje contable", advierte Días. Y plantea que el flujo de caja y la capacidad empresarial determinarán la capacidad de una compañía con el activo virtual en sus arcas para afrontar cualquier situación adversa.
"En otras palabras, una empresa capaz de mantener la misma cantidad de Bitcoin independientemente de las fluctuaciones de precio tiene la solidez necesaria para resistir cualquier crisis, lo que representa una buena inversión a largo plazo", dice Días.
Estrés silencioso en los balances
El informe aclara que este escenario no implica crisis inmediata, pero introduce una nueva fuente de presión. Directorios y comités de riesgo, que aprobaron compras a precios elevados bajo una tesis de largo plazo, ahora deben convivir con balances en rojo y acciones que, en muchos casos, rinden peor que Bitcoin y el mercado accionario tradicional.
El castigo no se limita al activo digital. Las acciones de muchas compañías con tesorerías en Bitcoin siguen mostrando fuertes caídas en lo que va del año, y varias cotizan incluso por debajo del valor del BTC que mantienen en balance. El "premium" que el mercado solía pagar por exposición corporativa a Bitcoin se está evaporando.
Al ser consultado sobre qué debería hacer una empresa que busque sumar BTC a sus arcas, Escudero indica que, lo primero es hacer siempre un análisis de estrés financiero, respecto a qué pasaría con su patrimonio si Bitcoin cae un 50%, y si en ese caso corre riesgo de insolvencia o al contrario tiene un flujo de caja sano que le permita inclusive aumentar su posición. "Con esto definido uno puede pensar a largo plazo la compra de Bitcoin considerando su volatilidad".
Días, sostiene que es necesario comprender la naturaleza del activo, el software: "Por esta razón, las tecnológicas deberían ser las primeras en ser consideradas". "Poseer Bitcoin no es diferente a tener una caja fuerte con activos dentro, que en este caso pertenecen a un grupo de accionistas. La diferencia radica en que ahora se trata de ciberseguridad, que para algunos puede parecer sofisticada", completa.
No todos están en problemas
El reporte también desmonta una idea simplista: no hay una relación directa entre tamaño de la tesorería y precio de compra. Algunas grandes compañías acumularon el activo a valores relativamente bajos, mientras que otras, mucho más chicas, entraron tarde y caro. El riesgo, entonces, no está en el volumen sino en el timing y en la estructura financiera que sostiene la estrategia.
Además, las ventas en noviembre –lideradas por casos como Sequans o KindlyMD– no responden a un abandono de la tesis Bitcoin, sino a decisiones puntuales de manejo de deuda, liquidez o reordenamiento de portafolio. El mensaje es claro: cuando el precio deja de subir en línea recta, la BTC pasa de ser narrativa a ser gestión de balance.
La conclusión del informe es contundente. Bitcoin ya no funciona como un activo "decorativo" en los balances corporativos. Empieza a ser tratado como colateral, como fuente de financiamiento y como variable de riesgo real. En ese contexto, haber comprado caro no es solo una anécdota de mercado: es un test para la solidez de cada estrategia.
El mercado, por ahora, parece estar enviando una señal clara: no alcanza con tener Bitcoin; hay que saber cuándo, cómo y con qué estructura financiera se lo compra. Y noviembre dejó a la vista que, para muchas firmas, esa lección llegó con el precio en contra.