El interés por los activos digitales crece en la Argentina, pero el uso real todavía está lejos de consolidarse.
Una encuesta reciente de EY y Taquion muestra que cuatro de cada diez argentinos expresan interés en la tokenización de activos, pero solo el 17% admitió haber utilizado estos instrumentos para ahorro, inversión o trading.
Ese contraste abre la puerta a una oportunidad enorme para el sistema financiero: hay demanda latente, pero falta transformación real en productos accesibles y de confianza.
La misma encuesta señala que 58% de las personas desea que los bancos tradicionales ofrezcan servicios de tokenización, y esa cifra sube a 68% entre la generación Z (18-29 años).
Efecto generacional y vigencia del sector bancario
La generación más joven marca una diferencia clara. Su expectativa de aumento de interés en activos digitales se ubica en 77% para los próximos dos o tres años.
Esa visión, contrastada con segmentos adultos, muestra que el cambio cultural ya está en marcha. Para muchos jóvenes, la adopción de criptomonedas y la tokenización no son conceptos exóticos, raros o "de nicho", sino herramientas financieras plausibles.
Entre las pymes hay una señal parecida, aunque más tibia: el 62% de las empresas considera probable o muy probable que los activos digitales se integren en la economía en los próximos años. Sin embargo, el uso actual es bajo: solo el 8% afirmó tener o utilizar cripto, y un 22% reconoció haberlo considerado, sin todavía dar el paso.
Una de las conclusiones más claras del estudio es que los encuestados confían más en los bancos que en otros intermediarios para custodiar activos tokenizados.
Entre las pymes, un 44% prefiere delegar esa función a una institución financiera tradicional, frente a un 18% que opta por fintech y un 14% por autocustodia.
"La adopción no es solo tecnología: es confianza. Argentina tiene una regulación avanzada y la tokenización de activos reales ya es legal, pero para que el mercado crezca necesitamos tomar lo mejor de los dos mundos", destaca Juan Pablo Grisolía, socio líder de servicios financieros de EY Argentina.
El estudio también preguntó sobre preferencias para inversiones tokenizadas. El 28% de los encuestados señaló bienes raíces como el sector más atractivo, seguido por tecnología con 25% y energía y minería con 22%. En paralelo, las pymes ven alto potencial en inmuebles (25%) y maquinaria y bienes de capital (21%).
Esa mirada es consistente con una lógica de activos reales que pueden fraccionarse, diversificarse y trasladarse a mercados más líquidos por medio de tokens. En teoría, esa posibilidad podría abrir nuevas formas de inversión y financiamiento tanto para individuos como para empresas.
Barreras que frenan la adopción: las causas esgrimidas
Cuando la pregunta estuvo relacionada con los mayores riesgos o motivos para no adoptar activos digitales, la respuesta más frecuente es el miedo a fraude o hackeo (46%), seguido por la percepción de falta de regulación clara (33%) y la dificultad de convertir activos a pesos o a dólares (26%).
Entre las pymes, los frenos son más internos que externos. El 73% admite que su conocimiento sobre activos digitales y tokenización es bajo o nulo. Los principales motivos que frenan decisiones en este segmento son:
- Falta de comprensión interna (44%)
- Riesgos de seguridad (37%)
- Incertidumbre legal (33%)
Para muchas instituciones, ese gap entre interés y uso representa una oportunidad. El 58% de los encuestados quiere que su banco ofrezca tokenización. Eso no es una pista menor: es una demanda directa del mercado y un llamado para que los servicios financieros tradicionales reimaginan su rol en un mundo donde la frontera entre cripto y finanzas convencionales se vuelve cada vez más difusa.
Las pymes, aún inseguras, podrían ser el próximo foco de crecimiento si reciben educación específica y productos adaptados. Y la Generación Z, más dispuesta a experimentar con criptoactivos, empuja hacia un mercado más dinámico que puede beneficiar a toda la economía si se desarrolla con fundamentos sólidos.