La rentabilidad de la minería de bitcoin retrocedió por cuarto mes consecutivo en noviembre, según un reciente informe de JPMorgan basado en indicadores operativos y financieros clave del sector.
La ganancia bruta diaria por recompensa de bloque también cayó 26%, señalaron los analistas Reginald Smith y Charles Pearce, consolidando una tendencia que refleja menor eficiencia y mayores desafíos competitivos.
La tasa de hash promedio de la red de bitcoin se redujo alrededor del 1% durante noviembre hasta ubicarse cerca de 1074 exahashes por segundo (EH/s), luego de alcanzar un récord durante octubre.
"Los mineros de bitcoin ganaron un promedio de US$41.400 por EH/s en ingresos diarios por recompensas de bloques en noviembre, lo que representa una caída del 14% respecto a octubre y de 20% interanual", escribieron los analistas de JPMorgan.
El informe recordó que la tasa de hash mide la potencia computacional combinada dedicada al minado y verificación de transacciones, actuando como referencia clave para evaluar la dificultad y competitividad del ecosistema minero.
La capitalización bursátil del grupo de catorce compañías mineras estadounidenses monitoreadas por JPMorgan se contrajo un 16% en comparación mensual, quedando próxima a los u$s59.000 millones.
Entre las firmas analizadas, Cipher Mining destacó con un incremento del 9% luego de cerrar un acuerdo comercial reciente con Fluidstack, que fortaleció su desempeño operativo.
En contraste, Bitdeer mostró el peor resultado del conjunto con una caída del 40% en el mismo período, profundizando la heterogeneidad de resultados dentro del sector.
Las acciones de varias compañías mineras se dispararon en 2025 no por el precio de Bitcoin, sino por su capacidad de reconvertirse en proveedores de potencia computacional para IA, según un informe de Finanzas Digital.
Empresas como Hive Blockchain, Hut 8 y Core Scientific transformaron en el último tiempo sus instalaciones de alto consumo energético en centros de datos especializados en IA, algo que les permite diversificar ingresos y reducir su exposición a los ciclos del mercado cripto.
Esta estrategia también facilitó el acceso a financiamiento vía deuda, algo que antes era complejo por la naturaleza especulativa de sus operaciones.
La "fiebre del oro de la GPU" impulsó también una carrera por adquirir y optimizar hardware capaz de procesar modelos de IA generativa, visión computacional y simulaciones científicas.
Los mineros, que ya contaban con infraestructura robusta y experiencia en gestión energética, están bien posicionados para capitalizar esta demanda. En muchos casos, los mismos centros que antes minaban Bitcoin ahora alojan servidores para empresas tecnológicas que entrenan modelos de lenguaje o ejecutan servicios de IA en la nube.
Este cambio no implica el abandono total de la minería, pero sí una reconfiguración del rol que juegan estas empresas en el ecosistema digital. El procesamiento computacional para IA genera rendimientos más estables que la minería de BTC, lo que permite a los operadores planificar a largo plazo y reducir la dependencia de los halvings o las fluctuaciones de precio.
En paralelo, algunos mineros exploran modelos de negocio mixtos, donde parte de la capacidad se destina a IA y otra a criptoactivos, según la demanda y la rentabilidad proyectada.
Recientemente, las acciones de estas empresas mineras de Bitcoin e IA registraron un fuerte repunte en los mercados esta semana, impulsadas por el anuncio de una inversión histórica en infraestructura digital.
El movimiento fue liderado por un consorcio conformado por BlackRock, Nvidia, Microsoft y xAI, la compañía de Elon Musk, que confirmó la adquisición de Aligned Data Centers por u$s40.000 millones.
El objetivo: desplegar una red de centros de datos de última generación para potenciar el desarrollo de modelos de IA y servicios de cómputo intensivo.
A este último se suma un anuncio de financiamiento por u$s38.000 millones liderado por bancos como JPMorgan Chase y Mitsubishi UFJ Financial Group para desarrollar dos centros de datos ligados a Oracle.
La idea está dividida en dos proyectos: u$s23.250 millones para un centro en Texas y otros u$s14.750 millones para otro en Wisconsin, como parte de la iniciativa Stargate, un plan millonario de la propia Oracle y OpenAI para desarrollar infraestructura en IA.
Según datos de Decrypt y CoinDesk, las acciones de estas compañías se dispararon entre un 12% y un 25% tras conocerse estas inversiones.