La última semana de octubre dejó a los inversores con una sensación de vértigo. La liquidación masiva que siguió al cierre de mes borró buena parte de las ganancias acumuladas desde el "halving" y volvió a instalar la duda sobre si Bitcoin podrá sostener su narrativa alcista en noviembre.
El activo cayó por debajo de los u$s108.000 tras un breve rebote, marcando un mínimo intradía en torno a los u$s106.800 y reflejando una leve, pero persistente, debilidad en los mercados globales.
El golpe no fue aislado. En Wall Street, el S&P 500 y el Nasdaq también operaron en rojo, arrastrados por la corrección de las grandes tecnológicas del "Magnificent Seven": Meta se desplomó 10% y Microsoft retrocedió 3%, pese a resultados trimestrales por encima de lo esperado.
El escepticismo por el gasto creciente en inteligencia artificial (Meta planea desembolsar entre u$s70.000 y u$s72.000 millones, mientras que Alphabet prevé hasta u$s93.000 millones) generó una ola de cautela que también alcanzó al mercado cripto.
La incidencia de los últimos movimientos geopolíticos
A esto se sumó un nuevo foco de tensión geopolítica. El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retomar las pruebas nucleares (rompiendo una moratoria de más de tres décadas) encendió las alarmas de los inversores. El mensaje, emitido horas antes de una reunión con Xi Jinping en Corea del Sur, reavivó la aversión al riesgo y alimentó la volatilidad.
"El resultado fue inmediato: los activos considerados de riesgo retrocedieron, y Bitcoin, pese a su aspiración de oro digital, volvió a comportarse como un instrumento sensible al humor del mercado", cuenta a iProUP el analista de política internacional y economista Héctor Lucero.
Los expertos coinciden en que, en el corto plazo, la correlación entre BTC y los índices bursátiles sigue siendo alta. Cada repunte del dólar o aumento de la percepción de riesgo global actúa como freno para las criptomonedas.
"No obstante, a mediano plazo, persiste la tesis de que la creciente desconfianza hacia las políticas de los bancos centrales terminará fortaleciendo la narrativa de Bitcoin como refugio de valor", aclara Lucero.
Mientras tanto, la Reserva Federal se convirtió en el otro gran actor del mes. El recorte de tasas de 0,25 puntos anunciado por Jerome Powell, que llevó el rango objetivo de los fondos federales al 3,75%-4,00%, no alcanzó para sostener el impulso.
De hecho, los comentarios del titular de la Fed, más duros de lo que esperaba el mercado, enfriaron cualquier intento de rally. Los traders, que anticipaban un escenario de estímulo más agresivo, optaron por "vender la noticia".
En paralelo, los datos técnicos no son alentadores. El RSI diario ronda los 45 puntos y el ADX, en apenas 17, refleja una tendencia sin fuerza clara. Las medias móviles exponenciales muestran un "cruce de la muerte" en el marco de cuatro horas, señal bajista de corto plazo, aunque la estructura de largo plazo sigue siendo positiva mientras la EMA de 50 días se mantenga por encima de la de 200.
En las exchanges, los mapas de calor muestran zonas de alta liquidez en los u$s103.800, u$s100.500 y u$s98.600, niveles que podrían actuar como soporte si la presión vendedora continúa.
A pesar del panorama, el dinero institucional no se retiró. Los ETF de Bitcoin registraron ingresos netos por más de u$s200 millones en un solo día a fines de octubre, llevando el acumulado del año a más de u$s62.000 millones. Es una señal de que, aunque los traders minoristas reaccionan con cautela, los grandes jugadores siguen apostando por el largo plazo.
Con este escenario, noviembre se perfila como un mes decisivo. El mercado mira los u$s112.500 como el nivel que Bitcoin debe recuperar para revertir el sesgo bajista.
Si el precio logra consolidarse por encima de los u$s114.000 con volumen creciente, los analistas creen que puede reactivarse el impulso rumbo a los u$s120.000. Pero si el soporte de los u$s108.000 se quiebra, los ojos volverán a los u$s100.000, el nivel psicológico clave para evitar un giro más profundo del ciclo.
¿Por qué no levanta el precio?
El análisis más gráfico y crudo lo ofrece el analista Iván Bolé, cuyas palabras merecen leerse tal cual: "Hay que decirlo: la caída del 10-O fue brutal y no solo barrió el volumen de futuros largos de Bitcoin, sino que dejó una huella imborrable en el mercado. Literalmente billones de dólares fueron borrados del mapa".
El experto remarca otro aspecto crucial: "Como si fuera poco, las señales gráficas del precio de Bitcoin, medidas en marcos temporales grandes (semanal, mensual), apuntan a un tope de ciclo el 06-10-25 cuando el precio tocó $126.000".
Para el especialista, el contexto macro de Bitcoin no puede ser mejor. EE. UU. con regulaciones pro-cripto, la FED recortando tasas, Wall Street discutiendo los ETF, el contexto de las altcoins, las stablecoins privadas a punto de convertirse en el siguiente estándar de los pagos financieros, EE. UU. hace las paces comerciales con China. La lista es muy grande y muy favorable, sin embargo, continúan las caídas.
"Estamos ante una incongruencia entre datos de precio e información de mercado, o ante las puertas de un lento pero ineludible bear market", agrega Bolé, parafraseando a algunos analistas más agoreros.
El analista desgrana algunos escenarios posibles para el futuro inmediato de Bitcoin. "En la versión bearish, esto recién comienza, y estaríamos ante el primer movimiento bajista de varios", arranca.
"La primera escala en esa corrección de largo plazo nos puede llevar fácilmente a los u$s98.000. La preocupación central que nos obliga a prestarles atención es la EMA55. En un bear market, Bitcoin cotiza por debajo de esa línea y en un mercado alcista, por arriba. Y en este momento, parece encaminado a testearla. Ese nivel pasa justo por u$s98.920", completa.
Para el experto, "si lo visita y lo rechaza, nos queda espacio para el optimismo, un impulso más, nuevos máximos. Esos valores esperados de u$s130.000, u$s135.000, u$s140.000 y u$s150.000".
De perder ese nivel, Bolé cree que BTC puede caer a un rango entre u$s85.000 y u$s65.000. "Si bien es pronto para declarar un bear market (no lo haríamos antes de perder la EMA55 semanal), seguirá por el momento la impronta bajista. Salvo que recuperemos los u$s108.300 de nivel diario, podríamos con facilidad vernos ante una nueva caída a u$s102.000 e incluso u$s98.000", asegura.
Es un diagnóstico duro, pero útil: dibuja dos caminos. El primero, más amable, exige que Bitcoin recupere y sostenga u$s112.500–u$s114.000 con volumen. Ese movimiento devolvería confianza y abriría la puerta a reintentos por nuevos máximos de corto plazo.
El segundo, más severo, se gatilla si la EMA55 semanal (cerca de u$s98.920 según Bolé) cede. En ese escenario el mercado entra en una fase de ajuste profundo y los objetivos bajistas comienzan a incorporarse en precios (u$s85.000 y u$s65.000).