Con el dólar oficial liberado, pero aún con ligeras turbulencias, y las Elecciones Legislativas nacionales a la vuelta de la esquina, los argentinos intensifican su apuesta por las monedas estables atadas al billete verde como forma de dolarización digital.
A esta tendencia consolidada se suma una novedad clave desde el plano internacional: Estados Unidos aprobó una ley que regula a estas stablecoins y promete transformar el mercado global.
Por qué los argentinos compran más dólar cripto
Argentina sigue liderando el uso de dólar cripto en la región. Según el informe Panorama Cripto en América Latina 2024 de Bitso, el 72% de las compras de activos virtuales en el país correspondió a monedas estables como USDT y USDC, frente a un promedio regional del 39%. En lo que va de 2025, esta preferencia no solo se mantiene, sino que se acentúa.
"En poco tiempo haremos público el nuevo panorama cripto, pero observamos que la compra de stablecoins continúa creciendo: el principal destino de criptomonedas en nuestro país es el dólar digital", señala a iProUP Julián Colombo, director general de Bitso Argentina.
Según directivo, "el primer semestre de este año superará los valores del año pasado. Inestabilidad, cambios en la política monetaria, eliminación del cepo y otros factores incentivan a los usuarios locales a más dolarización a través de criptomonedas".
Con octubre en el horizonte electoral, el mercado local de criptomonedas vuelve a funcionar como termómetro de la incertidumbre. Pese a la desaceleración de la inflación en los últimos meses, los inversores minoristas e institucionales buscan refugio. La compra de USDT y USDC se convierte en un movimiento casi automático ante cada ruido político o económico.
Las leyes cripto que debate el Congreso de EE.UU.
La contadora cripto Liliana Culjak afirma a iProUP que "si bien no son variaciones fuertes, los movimientos en la cotización del dólar despiertan una reacción automática".
"En todo año eleccionario es lógico ver un comportamiento de refugio en el dólar. La dolarización vía cripto no solo crece, sino que se consolida como herramienta de planificación financiera", agrega.
Si bien bajaron las cotizaciones, el dólar cripto operó a $1.281 y superó el martes al MEP ($1.260), contado con liquidación ($1.264) y el oficial ($1.254). Por encima se ubicó solo el blue ($1.310).
EE.UU. aprueba una ley histórica para regular el dólar cripto
La semana pasada, el presidente Donald Trump promulgó una legislación clave: la Ley GENIUS, que establece reglas claras para los emisores de monedas estables.
El nuevo marco exige que las reservas de estas divisas digitales estén respaldadas por activos líquidos de alta calidad, como bonos del Tesoro o efectivo en bancos regulados.
"Creemos que la aprobación de una ley que regula a las stablecoins puede generar un cambio significativo en el comportamiento de los usuarios", sostiene Colombo.
Además, remarca que "la existencia de un marco legal claro brinda mayor certidumbre y confianza al ecosistema. Cuando un activo digital cumple con regulaciones estrictas, auditorías externas y tiene respaldo 1:1, el usuario promedio lo percibe como más seguro y legítimo".
Esta regulación no solo apunta a proteger a los usuarios en Estados Unidos, sino que también puede tener un efecto derrame en los países emergentes, donde las stablecoins son utilizadas como alternativa al sistema financiero tradicional.
Según Chainalysis, entre julio de 2023 y junio de 2024, Argentina y Brasil recibieron más de u$s90.000 millones en criptomonedas cada uno. Las stablecoins representan el 60% del volumen operado en ambos países, superando por amplio margen a otras formas de inversión cripto.
"Una regulación clara actúa como catalizador: no solo valida un comportamiento ya existente, sino que también puede ampliarlo, atrayendo a nuevos usuarios que hasta ahora se mantenían al margen por falta de certezas legales", resalta Colombo.
A nivel global, el volumen operado en monedas estables ya supera los u$s250.000 millones, lo que refuerza su papel protagónico en el ecosistema. Con una regulación firme en la principal economía del mundo y una demanda sostenida en los mercados emergentes, el 2025 podría marcar un punto de inflexión para este segmento.