Dejar de alquilar y convertirse en dueño de una propiedad parece un deseo inalcanzable. La alta inflación, la imposibilidad de comprar dólares y los requisitos para acceder a un crédito, además de los ingresos exigidos, dejan esta opción cada vez más lejos.
Pero el "sueño de la casa propia" y la inversión en ladrillos están arraigados en la cultura argentina, tradición heredada de los ancestros que llegaron al país, en muchos casos escapando de la guerra.
Damián Lopo, presidente de Crowdium, afirma a iProUP: "El 90% de la población mundial no cuenta con u$s100.000 de patrimonio total, entre ahorros y activos, mientras que el 72% posee menos de u$s10.000. En Argentina una propiedad mediana cuesta arriba de u$s100.000, por lo que solo 9% de los habitantes podría acceder. Ahí hay una falla, sobre todo en países sin financiamiento".
Así, muchos eligen invertir en proyectos inmobiliarios para ir adquiriendo de a poco metros cuadrados y preservar sus ahorros. Y, quién sabe, en algún momento, llegar al techo propio. A esta modalidad se la conoce como crowdfunding o financiamiento colectivo: cada persona compra partes de una propiedad y cuando se venda o alquile obtiene una renta proporcional.
Estas plataformas son cada vez más valoradas porque:
"Antes, para empezar a invertir en ladrillos, lo mínimo era un monoambiente o una cochera. Ahora, estos sistemas democratizan las inversiones inmobiliarias permitiéndole la entrada a cualquier persona", remarca a iProUP Víctor Zabala, CEO y fundador de Sumar Inversión.
"Apostar a los ladrillos sigue siendo una buena alternativa para no perder poder adquisitivo, porque poner la plata en un proyecto de pozo suma un plus, que es la revalorización en el tiempo: comprar al costo y salir a valor de mercado", explica Zabala.
Sumar Inversión permite adquirir módulos o cuotapartes de un desarrollo (terreno y construcción de viviendas), a partir de u$s100 al MEP (unos $28.000) y seguir efectuando desembolsos, si lo desea, en la medida de sus posibilidades.
Una vez que el proyecto está listo, entre 23 y 36 meses después, se ofrece en el mercado. Cuando se vende, la ganancia se reparte entre inversores en función de lo que cada uno desembolsó, más un beneficio estimado según el valor del inmueble, que ronda entre 25 y 30%.
También ofrece un producto de renta fija atado al contrato de alquiler en dólares sobre una propiedad ya construida: la suma que abona el inquilino se distribuye mensualmente entre quienes participan del proyecto, con una tasa fija del 5% anual en esa moneda.
"Queremos que la gente vea esto como un sistema continuo de inversión y ahorro. Si alguien, al término de 10 años, logra reunir el valor de una propiedad, puede canjearlo por alguna unidad de nuestros proyectos o retirar el dinero y comprar un departamento", asegura Zabala.
Gonzalo Abalsamo, CEO de SimpleState, señala a iProUP que uno de los principales atributos de su plataforma es que llega al pequeño ahorrista con tickets que parten de los $10.000 sumado a una oferta de productos que mezclan liquidez y corto plazo.
La empresa analiza diferentes opciones de inmuebles en cinco países antes de una adquisición. Una vez concretada, invitan a los ahorristas a invertir en base a diferentes propuestas:
"Somos un modelo de crowdfunding diferente, porque tenemos productos de corto plazo. Creemos que otras opciones a largo no resultan atractivas para el pequeño inversor, ya que no puede esperar dos años para recuperar su dinero", confía Abalsamo, quien añade que ya vendieron 18 proyectos.
Crowdium se propone como una plataforma para que personas que no tienen grandes ahorros puedan comprar metros cuadrados y generar una rentabilidad en dólares de entre 8% y 12% anual.
"Ofrecemos un instrumento para que esos pesos que en Argentina se devalúan al 7% mensual y no pueden volcarse al dólar sean invertidos en nuestros proyectos para acumular metros cuadrados y, posteriormente, recuperar el capital, las utilidades y volcarlo al pago inicial de una vivienda", indica a iProUP Damián Lopo, presidente de Crowdium.
La plataforma posee 130.000 inversores registrados, que fondearon 23 proyectos por más de u$s25 millones.
"Estamos incorporando tecnología, como blockchain, tokenización de activos e Inteligencia Artificial y Big Data para dar respuestas automáticas y permitir el reconocimiento de documentos", señala Lopo, quien confía que buscan expandirse a Latinoamérica y EEUU.
"La nuestra no es una app de inversión, sino de ahorro", aclara a iProUP Gabriela Linares, cofundadora de Criptoladrillo,plataforma que permite comprar tokens siguen el precio de este material. El funcionamiento es el siguiente:
La plataforma conforma un índice interno en base a una referencia (variación de precio del ladrillo hueco según tres organismos públicos como INDEC, Cámara Argentina de la Construcción y Ciudad de Buenos Aires y la lista de precios de los corralones). La actualización se realiza todos los meses para fijar el valor del token.
Por ejemplo, la variación de agosto fue de 11,52%, llevando el precio al consumidor final a $124. "El contexto genera la necesidad de pensar nuevas opciones de ahorro, porque hoy en Argentina está limitada la compra de dólares y los créditos no son accesibles para cualquiera", señala Linares.
Remarca que "la posibilidad que da la tecnología para fraccionar hace que surjan este tipo de opciones para gente que no tiene casa o necesita hacer una reforma o pintar".
La plataforma ya cuenta con 1.000 usuarios. Apunta a sumar proveedores de todo el país y diversificar la oferta, incluyendo nuevos segmentos como electrodomésticos y decoración. También trabaja en una nueva funcionalidad para que las personas rescaten sus fondos cuando lo necesiten o puedan vender sus tokens.
Hasta que mejore el acceso al crédito y otras variables económicas, la economía digital hace su aporte para avanzar aunque sea un casillero hacia el sueño de la casa propia.